
La Junta Militar birmana declaró ayer una tregua de tres semanas en el conflicto en el país, un día después de rechazar un alto el fuego ofrecido por las guerrillas, para facilitar las tareas de ayuda tras el terremoto de magnitud 7,7 que ha dejado de momento cerca de 3.000 muertos.
El comunicado del Gobierno militar, que detenta el poder desde el golpe de Estado de 2021, habla de «alto el fuego temporal» y señala que los grupos armados que violen sus términos serán objeto de «contraataques», según medios oficialistas.
La víspera, el jefe de la Junta, Min Aung Hlaing, había dicho que «algunos grupos étnicos armados no están en estos momentos luchando, pero se están organizando y entrenando, por lo que el Ejército continuará con sus necesarias operaciones defensivas».
Sus palabras respondían al anuncio de la Alianza de la Hermandad de que no realizarán «operaciones ofensivas», excepto en casos de defensa propia, y que, para ello, declaran «una pausa humanitaria unilateral durante un mes». Su objetivo es «asegurar que las tareas de rescate por el terremoto se realicen de forma rápida y efectiva».
El seísmo que sacudió Myanmar el viernes deja ya más de 2.900 fallecidos y más de 4.500 heridos, según la Junta Militar, tras devastar el centro-norte del país, que se encuentra sumido en un conflicto bélico con múltiples grupos armados de la oposición desde el golpe de Estado de 2021, lo que agrava la situación y obstaculiza las labores humanitarias, incluidos los rescates de los desaparecidos.
La alianza, formada por el Ejército Arakán, el Ejército de Liberación Nacional Ta’ang y el Ejército para la Alianza Democrática de Birmania, lanzó en octubre de 2023 una operación en el noreste del país que luego se extendió a otras zonas, ocasionando serias derrotas a las fuerzas de la Junta.
El Gobierno de Unidad Nacional (NUG), que combate a la Junta y controla partes de Myanmar, ya declaró una tregua de dos semanas el pasado sábado para facilitar el envío de ayuda, pero ha denunciado que los militares continúan atacando zonas rebeldes.
Denuncian bombardeos
El NUG, formado por la oposición política a la asonada, así como por activistas y líderes étnicos, afirmó esta semana que el Ejército ha llevado a cabo hasta once bombardeos en distintas zonas país desde que golpeó el seísmo.
La ONU espera que los militares no continúen con los bombardeos y advirtió de que la recuperación del país tras el seísmo depende de que se detenga la guerra civil.
Kanni Wignaraja, subsecretaria general de la ONU y directora regional del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para Asia y el Pacífico, señaló que «es el momento para que la comunidad internacional intervenga, hable con las autoridades y trabaje con ellas para mediar en una solución».

El papa Francisco recomendó el libro ‘Miñan’ de Amets Arzallus e Ibrahima Balde

Los aranceles de Trump amenazan con dejar a EEUU sin navidades

Aritz Otxandiano denuncia un ataque contra su vivienda: «Se han sobrepasado todos los límites»

Gogora quiere meter a ETA también en el Memorial 3 de Marzo de Gasteiz
