Arnaitz Gorriti
Kirol-erredaktorea, saskibaloian espezializatua / redactor deportivo, especialista de Baloncesto

Bassala Bagayoko: «Sabía que, si tenía que matarme, me iba a matar. Venía con hambre»

El pívot de Bamako debutó en la Liga ACB con 14 años y 7 meses, pero se ha pasado más de dos años sin jugar en la élite después de una gravísima lesión en noviembre de 2022. Adquirido por Bilbao Basket hasta 2028, el jugador de Mali fue una de las claves en la remontada bilbaina ante el Dijon.

Bassala Bagayoko ha emergido después de dos años en la oscuridad por culpa de una gravísima lesión.
Bassala Bagayoko ha emergido después de dos años en la oscuridad por culpa de una gravísima lesión. (Aritz LOIOLA | FOKU)

En agosto de 2024 Surne Bilbao Basket anunciaba la llegada del pívot maliense Bassala Bagayoko, jugador vinculado a los hombres de negro hasta 2028, en un camino en el que el jugador nacido en Bamako el 10 de septiembre de 2006 por fin empezaba a ver la luz.

Formado en la cantera de Fuenlabrada, Bagayoko debutaba en la Liga ACB el 6 de mayo de 2021, con solo 14 años, 7 meses y 15 días, pulverizando el récord de Ricky Rubio como el jugador de debut más precoz en esta competición. Bagayoko estaba dando pasos en su formación como jugador, hasta que en noviembre de 2022 todo se quebró. Una gravísima lesión con la rotura del menisco y el cruzado frenaba bruscamente la progresión del jugador, que no ha vuelto a jugar un partido en la Liga ACB hasta el pasado domingo 30 de marzo.

Contra el Real Madrid, luego de las lesiones de Triggvy Hlinason y Marvin Jones, Bagayoko regresó a la ACB con 11 minutos de juego, con cuatro puntos y dos rebotes, en un contexto de solución de urgencia, junto con Amar Sylla, ante la repentina ausencia de jugadores interiores en el cuadro bilbaino.

Y para postre, tocaba remontar un 77-58 adverso frente al Dijon, una voltereta que, como dijera Zoran Dragic, se dio gracias a la «bomba atómica» que fue el último cuarto, un parcial de 41-16, con un todavía más escalofriante parcial de 28-2 en los cinco últimos minutos.

Aunque los puntos de Abdur-Rahkman y Zoran Dragic hayan vestido como nadie para ese 97-68 para la historia del club bilbaino, la participación de Bassala Bagayoko no puede pasar desapercibida: el de Bamako jugó 16 minutos y medio, incluyendo casi todo el último cuarto, sumando 8 puntos –3 de 4 en tiros de dos y 2 de 2 en tiros libres– 4 rebotes, 4 tapones, un robo y una asistencia, para una valoración de 17. Con el maliense en cancha, Bilbao Basket ganó por 28 puntos.

Pero más allá de los números, Bagayoko dejaba una imagen impropia de un chaval de 18 años, un chaval que ha estado cedido en el Zornotza en Segunda FEB y que hasta el miércoles apenas si había dispuesto de algún minuto suelto en la FIBA Europe Cup, a cuenta de calentar motores poco a poco después de tan prolongada ausencia.

«Sabíamos que la remontada era difícil, pero también que no era imposible», fueron sus primeras palabras en una improvisada comparecencia de presentación –en buena medida porque el técnico del Dijon, Laurent Legname, renunció a comparecer, dado del mosqueo que llevaba por la eliminación y sobre todo por la actuación arbitral–, risueño y con la sonrisa de oreja a oreja, mientras que los gritos de la Peña Hirukoa –que acabó irrumpiendo en la rueda de prensa–, algún conato de irrintzi incluido, se colaba en la banda sonora de la sala de prensa.

«Venía con ganas a este partido. Daba igual cómo pasaba la cosa; yo si me tenía que matar, me mataba ahí. Porque he venido com hambre», subrayó un Bagayoko que trasladó a sus escasas palabras la agresividad que mostró sobre la pista.

Su juego por encima del aro quedó patente en la primera acción que dispuso: un rebote-mate en carrera que puso en pie al Bilbao Arena. Pero más allá de su capacidad atlética en el salto, dando a entender que su lesión de rodilla por fin ha quedado atrás, esa «hambre» que subrayaba el joven pívot quedó patente en su esfuerzo defensivo.

No solo por la intimidación de los cuatro tapones y el sinfín de tiros cambiados sobre unos jugadores del Dijon que se quebraron bajo presión en los minutos finales, sino por la difícil tarea de salir a presionar más allá de la línea del triple y regresar a la pintura a tiempo de que los McDuffie o Sengfelder no pudieran encontrar posiciones cómodas de tiro.

«En el último cuarto por fin hemos metido también los triples, pero también es que hemos defendido increíble y hemos podido jugar a la carrera», subrayaba Jaume Ponsarnau, destacando la labor defensiva de Pantzar... y del propio Bagayoko, que veía realizado su deseo de volver a sentirse jugador tras un parón tan largo.

«Al principio fue muy difícil y pensaba que no iba a llegar. Pero veía que en el camino cada vez venía algo nuevo y yo me sentía cada vez mejor. Y resulta que cuando me han dado la oportunidad, la he aprovechado. En el partido del Real Madrid ahí estaba con ganas de probar muchas cosas, y me fueron saliendo, y veía que había llegado la hora de volver a hacer cosas en la cancha», declaraba el pívot de Bamako, que admitió que en Bilbo «estoy cómodo. No me puedo quejar».

Rescisión unilateral

Más allá de su larga demora en el regreso a las canchas, hay que subrayar que la vida de Bassala Bagayoko no ha sido fácil. Debutó con Fuenlabrada y firmó con el equipo madrileño hasta 2026, pero en verano de 2023 el jugador maliense decidía romper su vinculación contractual con el conjunto fuenlabreño, en un momento en que los problemas de retrasos en los pagos le resultaba bien acuciante.

Ya en el momento de su marcha del ‘Fuenla’, Bagayoko se encontró con la amenaza para nada velada de que el club iba a intentar hacerse valer, aunque fuese por la vía de los tribunales.

Una vía que volvía a abrirse luego de su llegada a Bilbao Basket, al punto que Fuenlabrada reclamaba 1,1 millones de euros por el jugador en concepto de cláusula de rescisión, ante lo que Bilbao Basket alega que Bagayoko ya no estaba bajo contrato con el club madrileño en el momento de su fichaje, sino que era un «jugador libre». Lo cierto es que el club reclamaba ese dinero principalmente al propio jugador y no al club bilbaino.

En todo caso, el nuevo CEO del Baloncesto Fuenlabrada, Borja Rupérez, declaraba al medio «Relevo» que «Baloncesto Fuenlabrada va a defender su institución y su escudo hasta el final. Con lo cual, haremos que todo el peso de la ley caiga sobre aquellos que han intervenido en esto. Tanto el jugador como su tutor, manager, y desgraciadamente Bilbao Basket, que es una entidad amiga, pero que ha fichado al jugador teniendo contrato en Fuenlabrada, estando advertidos todos los clubes de la ACB hace un año y habiendo advertido a Bilbao este verano de las circunstancias».

En ese sentido, la ayuda de Xavi Rabaseda –el capitán de Bilbao Basket también tiene un pasado en Fuenlabrada–, le está viniendo de maravilla a Bagayoko.

«Cuando él habla, yo solo tengo que escuchar y no tengo nada que decir. Pero él me decía que no era imposible esta remontada, y por lo demás, Xavi me dice literalmente lo que tengo que hacer y lo que no tengo que hacer. Y él me ha dicho que cuando salga, tengo que darlo todo, y es lo que he hecho», culminaba la inesperada figura que empieza a emerger en Bilbao Basket.

Coincidencia con el Athletic

Como queda decidido, el partido de ida de la final de la FIBA Europe Cup tendrá lugar en el Bilbao Arebna de Miribilla el miércoles 16, en horario por determinar, aunque lo más probable es que se respete el horario habitual de las 20.00. La vuelta, por su parte, se disputará una semana más tarde, el día 23, a las 19.15 horario de Euskal Herria –las 20.15 en Grecia– en el PAOK Sport Arena de Salónica, donde el PAOK de Salónica –rival de Saski Baskonia aquel 12 de marzo de 1996 cuando los gasteiztarras levantaron la Recopa de Europa en el Araba Arena– congrega a más de 8.000 espectadores cada jornada.

Ese encuentro en tierras helenas, por desgracia, tiene un ligero inconveniente. Y es que coincidirá con un partido del Athletic en San Mamés, que disputará a las 19.00 el partido de la jornada 33 de Liga ante la Unión Deportiva Las Palmas.

Si mantiene el horario, muchos de los aficionados y abonados del Surne Bilbao Basket que también son seguidores e incluso algunos socios del Athletic, deberán decidir si se desplazan a San Mamés en un choque que puede ser importante para el Athletic en su pelea por lograr una plaza de Liga de Campeones o si animan a los hombres de negro en su tercera final, después de la final de la Liga ACB perdida en 2011 frente al Barça y, sobre todo, la de la Eurocup de 2013, en el que los pupilos de Fotis Katsikaris, pese a la masa de aficionados que se movieron en dirección a Charleroi, no pudieron celebrar un primer gran título al caer frente al conjunto ruso del Lokomotiv Kuban de Krasnodar.