
Tras la publicación este miércoles en NAIZ de los resultados de un informe internacional realizado por la Fundación ToxicoWatch que había detectado contaminación por dioxinas en huevos recogidos en los alrededores de la incineradora de Zubieta, la Diputación de Gipuzkoa se puso en contacto con este medio para desmentir «de manera tajante las afirmaciones» publicadas y para denunciar «la falta de rigor del estudio presentado por ToxicoWatch».
Este no fue el único medio de comunicación que se hizo eco de dicho estudio. La noticia fue recogida por la principal agencia de noticias del Estado español, EFE, así como por otros periódicos como “La Vanguardia” y “La Razón”. En el plano internacional, el informe fue difundido por Swissinfo, el portal dependiente de la televisión pública suiza (la Sociedad Suiza de Radiodifusión y Televisión).
El citado trabajo de ToxicoWatch, apoyado por ZeroWaste Europe, no versa en exclusiva sobre Zubieta, sino que alertaba también de los datos de contaminación recabados en el entorno de otras dos incineradoras europeas, una ubicada en París y otra en Harlingen, Países Bajos.
Según GHK, este trabajo carece de validez científica. «Los datos reales, obtenidos a partir del exhaustivo estudio epidemiológico realizado por BioGipuzkoa, desmienten por completo las afirmaciones de ToxicoWatch», asegura GHK.
Según esta fuente, los investigadores de BioGipuzkoa están acreditados como CIBER por el Instituto Carlos III, mientras que la Fundación ToxicoWatch «está lejos de tener ese nivel de excelencia técnica». La Diputación de Gipuzkoa es parte de las entidades que conforman BioGipuzkoa.
El informe que menciona GHK, y cuyo resumen ha remitido también a este medio, fue presentado en las Juntas de Gipuzkoa en mayo del año pasado por Jesús Ibarluzea, experto en el área de Salud Pública de BioGipuzkoa e investigador principal de ese estudio.
Ese informe concluyó que los niveles de dioxinas estabapor debajo de los valores límite fijados por la normativa europea y que no había grandes diferencias en el área «influenciada» por la incineradora (barrio de Zubieta y los municipios de Usurbil y Lasarte) y aquella que se fijó como de control en el trabajo (Beasain, Ordizia y Urretxu).
CUATRO AÑOS DE MUESTREO
El trabajo de BioGipuzkoa (adjudicado mediante dos licitaciones públicas realizadas en 2017 y 2020) monitorizó varios indicadores durante los años previos a la puesta en marcha para tomarlos como base y evaluar potenciales cambios, y continuó durante los cuatro años siguientes con la planta ya en activo.
El informe final data de marzo de 2024, aunque la mayoría de los datos que se emplearon para realizar las conclusiones finales son algo anteriores, del último cuatrimestre de 2023.
Además de las conclusiones generales y de los avales científicos del equipo investigador, GHK destaca de este informe encargado por la Diputación que las mediciones de aire han sido continuas y «sistemáticamente inferiores a los valores límite».
Y, sobre todo, remarca que «en cuanto a los niveles de contaminantes en suelo, leche y huevos, es destacable que son inferiores a los reglamentados» en las normativas.
MALOS DATOS
Precisamente, es este punto el que más impacto ha tenido estos días, puesto que ToxicoWatch encontró elevados niveles de tóxicos en muestras de huevos.
Según recogía Swissinfo en su información del 1 de abril, ToxicoWatch remarcó en la presentación de su trabajo en Bruselas que un huevo recogido en Hernani a 3,5 kilómetros de la planta presentó los niveles más altos de dioxina detectados en Europa por esta fundación en 13 años.
El equipo investigador que lidera Abel Arkenbout detectó, además, «químicos eternos» o sustancias perfluoroalquiladas (PFAS) «en todos los huevos de gallinas de traspatio» que recogieron en los alrededores de Zubieta.
Junto con ello, este trabajo denunciaba tasas de contaminación 300 veces más altas en musgos que las que tomaron como muestra en la zona antes de que la incineradora comenzara a funcionar.
CONTRASTES
El informe de BioGipuzkoa también analizó huevos en el área expuesta los años 2021, 2022 y 2023.
El último párrafo de las conclusiones recoge lo siguiente: «Los niveles de dioxinas, furanos y dl-PCBs en suelo y en huevos y leche producidos localmente han sido inferiores a los límites reglamentarios y similares o inferiores a los referidos en la mayoría de los estudios realizados a nivel nacional e internacional. No se han observado diferencias entre zonas en los niveles medidos en leche, sin embargo, en huevos los niveles son ligeramente superiores en la zona expuesta en relación con la zona control».
Más adelante, BioGipuzkoa indica que dos muestras de leche y dos de huevos sí que sobrepasaron los límites, si bien dice que «en ambos casos la fuente del origen de la contaminación estaba localizada en la propia explotación» y sin relación con la incineradora.
El informe de ToxicoWatch es un poco más preciso sobre cómo recabaron las muestras de huevos de patios traseros de viviendas. Los recogieron en siete puntos diferentes, todos ellos a una distancia inferior a cinco kilómetros de Zubieta y sin una zona de control. Las muestras recogidas en cada lugar oscilan entre seis y diez huevos.
Quizá la diferencia más relevante esté en las fechas, dado que las muestras de la organización internacional fueron tomadas en mayo de 2024, cuando el estudio de BioGipuzkoa ya había terminado.
ToxicoWatch indica, asimismo, que el método de análisis de las dioxinas en huevos fue DR Calux y que cuando estas mediciones superaron los valores permitidos se contrastaron con una prueba GC-MS de confirmación. Los análisis fueron realizados por BioDetection Systems en Amsterdam, laboratorio acreditado según la norma RvA L401, precisa esta organización.

«Comandos Anticapitalistas de ETA», ¿ignorancia o errata intencionada de la consejera?

Despliegue tecnológico sin precedentes en el Bidasoa ante la preocupante situación del salmón
Encuentran muerto a un montañero en Izarraitz
