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Eneko Goia dice que la carta de vecinos a la FIFA es «otra manifestación del ‘club del no’»

El alcalde de Donostia se ha mostrado radicalmente en contra de la petición de las asociaciones vecinales para que Donostia no sea sede del Mundial de fútbol de 2030. «Si por ellos fuera, la repercusión internacional de la ciudad sería ninguna», ha declarado.

Imagen de archivo del alcalde de Donostia, Eneko Goia.
Imagen de archivo del alcalde de Donostia, Eneko Goia. (Jon URBE | FOKU)

El alcalde de Donostia, Eneko Goia, ha opinado que la carta de asociaciones vecinales remitida a la FIFA para que la capital guipuzcoana no sea sede del Mundial de fútbol en 2030 es «una manifestación más del ‘club del no’» y que, «si por ellos fuera, la repercusión internacional de la ciudad sería ninguna».

En la rueda de prensa tras la Junta de Gobierno local de este martes, Goia, preguntado por los periodistas sobre la citada misiva, ha señalado que, con «este tipo de actitudes», la ciudad no tendría «ni Behobia, ni Donosti Cup, ni Festival Internacional de Cine, ni no sé cuántas cosas más».

«Yo, sinceramente, no comparto ese punto de vista, en absoluto», ha afirmado. El primer edil ha puesto en valor que Donostia es «referente en organización de pruebas deportivas» y eso «debería hacernos sentirnos orgullosos».

Datos y recuerdos

Cabe recordar que, según indicaba la misiva firmada por las asociaciones vecinales y Plataforma de donostiarras por el decrecimiento turístico Parte Zaharrean Bizi, Asociación de Vecinos de Intxaurrondo Zaharra (IZBE), Plataforma Heriz (Antigua), Egia Bizirik, Herripe Auzo Elkartea (Herrera) y Asociación de Vecinos de Ulía, Plataforma Bizilagunekin, eventos como el Mundial de fútbol de 2030 la idea de «acercar ‘el espectáculo deportivo de primer orden a la ciudadanía’, no es más que un negocio cuyo objetivo es fomentar la industria turística y la especulación inmobiliaria», con el «beneficio económico de unos pocos», como razón de fondo para elegir la sede donostiarra.

Para ello, datos en mano, por un lado, denunciaban que en el período entre 2015 y 2024 «el precio de compra de la vivienda –en Donostia– ha aumentado un 47,36% y el del alquiler un 44,54%», dentro de «un proceso de turistificación salvaje, que está generando graves perjuicios a la población local».

Asimismo, las asociaciones vecinales se hacían eco de un informe de la propia FIFA de noviembre de 2024, según el cual «la capacidad de alojamiento actual de Donostia no será suficiente para acoger al número de visitantes que se espera atraer con el Mundial».

Ello provocaría una situación de «colapso» en la ciudad que traería efectos nocivos, tales como «el empeoramiento de la emergencia habitacional, el crecimiento de la actividad turística, la mercantilización del espacio urbano, el desarrollo de infraestructuras de transporte insostenibles y las medidas securócratas que condicionarán la vida de la población».

Ajeno a los argumentos de las quejas, Eneko Goia ha preferido recordar «muy bien la etapa del Tour, que fue un gran acontecimiento, o las semifinales de los partidos de rugby de la liga francesa, o este próximo 26 de abril tendremos el partido de Aviron en Anoeta».

Y es que a su juicio, son «apuestas positivas» que hace la ciudad y «con actitudes como esas», a su juicio, la proyección internacional que tendría esta ciudad sería «realmente ninguna».

Para descalificar esas quejas vecinales, Goia las ha agrupado con la expresión ‘el club del no’, que recuerda a otra acuñada hace tiempo por UPN para criticar a quienes se oponían a sus macroproyectos, a los que llamaba despectivamente ‘la coordinadora del no’.