Isabel Malsang (AFP)

Del Elba al Ebro, los grandes ríos europeos están invadidos por los microplásticos

Los microplásticos se han extendido a través de los principales ríos de Europa, según catorce estudios publicados simultáneamente en la revista ‘Environmental Science and Pollution Research’.

El río Ebro, uno de los estudiados, a su paso por territorio alavés.
El río Ebro, uno de los estudiados, a su paso por territorio alavés. (Raúl BOGAJO | FOKU)

«La contaminación está presente en todos los ríos europeos estudiados», asegura Jean-François Ghiglione, responsable de investigación en ecotoxicología microbiana marina en el Centro Nacional de Investigación Científica del Estado francés (CNRS), quien en 2019 coordinó estudios sobre nueve ríos en todo el continente.

La operación involucró a 40 químicos, biólogos y físicos de 19 laboratorios de investigación, así como a numerosos estudiantes de doctorado e investigadores posdoctorales.

Se recogieron y analizaron muestras en las desembocaduras de los ríos, incluyendo el Elba, Ebro, Garona, Loira, Ródano, Rin, Sena, Támesis y Tíber. Luego los investigadores se dirigieron río arriba hasta llegar a la primera gran ciudad situada a orillas de cada río.

«Los microplásticos son más pequeños que un grano de arroz», explica Alexandra Ter Halle, química del CNRS en Toulouse, quien participó en el análisis. Las partículas tienen menos de cinco milímetros de tamaño y las más pequeñas son invisibles a simple vista.

Entre ellos se encuentran fibras textiles sintéticas procedentes del lavado de ropa y microplásticos liberados por los neumáticos de los coches o al desenroscar las tapas de plástico de las botellas. También se incluyen gránulos plásticos vírgenes, materia prima utilizada para fabricar productos de plástico.

«3.000 partículas de plástico cada segundo»

El nivel «alarmante» de contaminación observado fue en promedio de «tres microplásticos por metro cúbico de agua», según los científicos. Está lejos de los cuarenta microplásticos por metro cúbico registrados en los diez ríos más contaminados del mundo (Amarillo, Yangtsé, Mekong, Ganges, Nilo, Níger, Indo, Amur, Río de las Perlas y Río Hai), que atraviesan países donde se fabrica la mayor parte del plástico o donde más se procesan los residuos.

Pero esto no tiene en cuenta el volumen de agua que fluye. «En Valence, en el Ródano, hay un flujo de 1.000 metros cúbicos por segundo, lo que significa que hay 3.000 partículas de plástico cada segundo», apunta Ghiglione. El Sena en París contiene alrededor de 900 por segundo.

Los investigadores quedaron «sorprendidos» al descubrir, gracias a avances analíticos logrados durante el estudio, que «la masa de microplásticos invisibles a simple vista es más significativa que la de los visibles».

Asimismo, que «los microplásticos grandes flotan y son recogidos en la superficie, mientras que los invisibles se distribuyen a través de la columna de agua y son ingeridos por numerosos animales y organismos».

Contaminación «difusa y establecida»

Uno de los estudios identificó una bacteria virulenta en un microplástico del Loira, capaz de causar infecciones en humanos. Otro resultado inesperado fue que una cuarta parte de los microplásticos descubiertos en los ríos no proceden de residuos, sino de gránulos plásticos industriales.

Estos gránulos, asimismo llamados «lágrimas de sirena», también se pueden encontrar esparcidos en las playas después de accidentes marítimos.

Este descubrimiento fue posible con la ayuda de «El plástico bajo la lupa», un programa científico en el que participan cerca de 15.000 estudiantes franceses de secundaria, quienes recogen muestras de las orillas de los ríos cada año.

Los científicos optaron por no elaborar una clasificación de los ríos europeos más contaminados, ya que las cifras fueron globalmente «equivalentes» y los datos aún insuficientes. El impacto de las ciudades sobre los niveles de microplásticos también es poco claro.

«No hemos demostrado un vínculo directo entre la presencia de microplásticos y la cercanía de una gran ciudad; los resultados río arriba y río abajo de una ciudad no son muy diferentes», expone Ghiglione.

«Lo que vemos es que la contaminación es difusa y establecida», y que «proviene de todas partes» en los ríos. «La coalición científica internacional de la que formamos parte reclama una reducción significativa de la producción de plástico primario, porque sabemos que la producción de plástico está directamente ligada a la contaminación», concluye.