
Osasuna, liderado por Aimar Oroz y Ante Budimir en ataque, ha logrado una victoria balsámica en El Sadar, poniendo fin a una racha negativa de ocho partidos sin ganar y encarrilando una permanencia que jornada tras jornada comenzaba a crear ciertas dudas.
No hubo sorpresas en el once de Osasuna, y Vicente Moreno repitió el mismo equipo que empató contra el Leganés, con tres centrales en la zaga: Catena, Herrando y Boyomo. Por parte del Girona, Miguel Gutiérrez ha causado baja a última hora, por lo que Míchel ha optado por meter a David López y mandar a Blind al lateral.
Tal y como se esperaba, el Girona ha acaparado la posesión del balón desde el primer momento –el porcentaje ha llegado casi al 70-30–, pero Osasuna ha sabido salir con peligro al contragolpe, buscando los espacios que dejaban los catalanes. Tras un par de internadas de Eraso por banda derecha, Ante Budimir ha empezado a crear peligro en el área contraria. Primero pedía penalti por un empujón en pleno salto, y a continuación Oriol Romeu desbarataba en el último instante un balón que se le quedaba franco al ariete croata.
Pero la ocasión más clara ha llegado en el minuto 25, cuando entre Torró, Rubén García y Moncayola han trenzado una contra a la perfección que Budimir remataba fuera por poco muy escorado en el segundo palo.
Esa clara ocasión ha hecho reaccionar al Girona, que en la siguiente jugada ha logrado mandar el balón a la red, aunque el gol ha sido anulado por fuera de juego. Yángel Herrera peinaba de cabeza un balón en largo para que Danjuma fusilara en el área. Por suerte, la posición ilegal del delantero no admitía dudas.
Tras esa acción, ha sido otro Herrera, el portero rojillo, el que ha tenido que intervenir en dos peligrosos disparos del Girona desde lejos. Primero despejando un lanzamiento de falta direca del propio Danjuma, y después un disparo de Arthur Melo.
Y cuando el partido se acercaba al descanso, ha llegado el tanto que ha adelantado a los navarros en el marcador. Aimar Oroz, que se había quedado descolgado en banda derecha, ha tenido tiempo para preparar el centro, y Ante Budimir ha firmado un gran remate de cabeza tras desmarcarse de los despistados defensores visitantes.
Tsygankov, con un zurdazo que se ha marchado fuera por poco, y Danjuma, con un tiro a bocajarro que ha sacado Boyomo bajo palos –por cierto, tras otro balón en largo–, han acechado un empate que, por fortuna, no ha llegado.
Han aparecido los fantasmas
La segunda parte se presentaba como una reválida para los rojillos, que tantos problemas han tenido esta temporada para cerrar encuentros que se ponían de cara. Al final lo han logrado, pero ha habido que sufrir.
Mientras el Girona seguía con su estéril posesión de balón, Osasuna se lo ha pensado más a la hora de buscar los contragolpes, con el propio Vicente Moreno empeñado muchas veces en frenar a los suyos cuando intentaban irse hacia el ataque.
Durante veinte minutos apenas ha pasado nada, pero los cambios introducidos por Míchel, con un Asprilla muy activo en banda derecha y el siempre peligroso Stuani en punta de ataque, sumado a la imperiosa necesidad de los catalanes, ha hecho que los locales se metieran cada vez más atrás.
Ha sido en el minuto 68 cuando ha llegado el segundo gran susto de la tarde, cuando Stuani, quién si no, mandaba el balón a la red aprovechando el mal despeje de Sergio Herrera al lanzamiento de Arnau. Segundo gol anulado para el Girona por fuera de juego, esta vez por milímetros que sólo puede ver la tecnología del VAR.
El partido empezaba a coger mal color, comenzaban a presentarse viejos fantasmas en El Sadar, y Vicente Moreno se ha visto obligado a reaccionar. Lo ha hecho metiendo a Barja e Iker Muñoz para cambiar a un 4-4-2, y antes de que se pudiera ver si la apuesta era acertada, ha llegado el segundo tanto local.
Un saque de banda en largo llegaba a Budimir, quien tocaba el balón a Pablo Ibáñez para que el navarro marcara el 2-0 con un gran zurdazo desde el borde del área. Euforia en el coliseo rojillo, que se preparaba por fin para un final de partido tranquilo tras despedir a Aimar Oroz con una gran ovación.
Pero no ha sido así. O por lo menos no del todo. El árbitro ha solicitado siete minutos de prolongación y en el 96 Asprilla reducía distancias con otro gran zurdazo desde fuera del área.
No ha habido tiempo para mucho más, pero casi en la última jugada el balón ha impactado en el brazo de Unai García dentro del área. El Girona ha pedido penalti, pero el los árbitros han considerado que la acción no era punible.
Enorme alivio para Osasuna, que llega a los 38 puntos, distancia los puestos de descenso en nueve, y con Europa ya bastante lejos, afrontará la recta final de la Liga en la zona templada de la clasificación.

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