La disparidad del EBB, el lehendakari y la ley de igualdad
Este domingo, en una entrevista en el grupo Vocento, le preguntaron al lehendakari, Imanol Pradales, si «le molesta un EBB con solo cuatro mujeres frente a diez hombres», a lo que este respondía que «es lo que la militancia ha querido. Es deseable, obviamente, que haya un mayor rol y visibilidad de la mujer no solo en los partidos sino en todos los órdenes de la vida. Pero el EBB que tenemos es el EBB que han decidido las bases».
Es dudoso que el lehendakari diera una respuesta de este tipo en otros órdenes de la vida. En cuanto a la supuesta casualidad o libre albedrío de la militancia para que de los ocho miembros de elección directa del nuevo EBB seis sean hombres y solo dos mujeres, fue el anterior presidente de la dirección nacional, Andoni Ortuzar, quien dejó claro en una entrevista en el Grupo Noticias que había una lista oficial planeada desde arriba.
En ese caso la pregunta fue que «la composición de la futura Ejecutiva ha suscitado controversia porque hay más hombres que mujeres, y se ha atribuido a un acuerdo entre las partes. ¿Usted renunció a cambio de amarrar esta Ejecutiva?». A lo que Andoni Ortuzar contestó con un tajante «no, yo no he participado en ninguna reunión, ni he hablado ni un minuto de esta cuestión, ni he puesto ninguna condición, ni hay nadie en el EBB que es de mi no sé qué. No he participado».
Y Ortuzar explicaba luego con claridad que «lo que ha habido, como es lógico, son los acuerdos no escritos pero que se producen siempre para distribuir cuántas personas proceden de Bizkaia, de Gipuzkoa… Y lo que ha habido es un diálogo primero entre las y los presidentes territoriales, y luego de ellos con Aitor. Eso hay que preguntárselo a los consejos territoriales. Es un puzzle que no es fácil porque hay que tener gente con experiencia jurídica, económica...». Es decir, en la negociación se atendió a cuestiones territoriales pero no a la paridad de género.
Luego, en el proceso de elección, la mayoría de la poca militancia que participó optó por los nombres que se les habían marcado, algunos claramente desconocidos por lo menos fuera de su provincia. Tampoco se sabe nada de los resultados de cada burukide, porque no se han hecho públicos.
Pero hay un dato, especialmente relevante, que el lehendakari debería tener en cuenta a la hora de afrontar esta materia, porque tiene una altísima responsabilidad institucional.
El texto refundido de la Ley para la Igualdad de Mujeres y Hombres y Vidas Libres de Violencia Machista contra las Mujeres de la CAV, en su artículo 27.1, relativo a «asociaciones y organizaciones», recoge que «las administraciones públicas vascas han de promover que en los órganos de dirección de las asociaciones y organizaciones profesionales, empresariales, de economía social, sindicales, políticas, culturales o de otra índole exista una presencia equilibrada de mujeres y hombres (...). A tal fin, entre otras actuaciones, podrán adecuar las subvenciones que les correspondan en función de la adopción de medidas que posibiliten un incremento de la presencia de mujeres en aquellos órganos de dirección en los que estén infrarrepresentadas».
Encogerse de hombros diciendo que las cosas han salido así no parece encajar en la obligación legal del lehendakari de promover que en los órganos de dirección de las asociaciones políticas, cabría entender que especialmente en la suya, exista una presencia equilibrada de hombres y mujeres.

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