La segunda ronda de conversaciones indirectas entre Irán y Estados Unidos concluyó ayer en Roma con una atmósfera «constructiva» y un compromiso de mantener un tercer encuentro, además de reuniones técnicas.

Tras la reunión entre el ministro de Exteriores iraní, Abas Araqchi, y el enviado especial estadounidense para Oriente Medio, Steve Witkoff, el mayor éxito del diálogo es que continúe, dado lo alejado de las posturas.

Así, ambas partes acordaron avanzar a la siguiente fase, que incluye reuniones técnicas sobre el programa nuclear iraní.

«Lo improbable es posible»

«Estas conversaciones están cobrando impulso y ahora incluso lo improbable es posible», afirmó el mediador, el ministro de Exteriores de Omán, Badr bin Hamad al Busaidi. El Ministerio de Exteriores omaní dijo que «el objetivo es sellar un acuerdo justo, duradero y vinculante que garantice a Irán la completa liberación de armas nucleares y sanciones y que mantenga su capacidad para desarrollar energía nuclear con fines pacíficos».

Tras los encuentros técnicos, los negociadores volverán a reunirse el próximo sábado en Omán para evaluar los resultados.

«No hay razón para demasiado optimismo ni demasiado pesimismo», señaló Araqchi, que aseguró que solo se trataron cuestiones relacionadas con el programa nuclear, y no la cuestión de los misiles balísticos del país persa ni su apoyo a grupos en la región, como insiste EEUU.

Washington ha llegado a reclamar a un desmantelamiento nuclear total o a la inclusión del programa de misiles mientras el presidente de EEUU, Donald Trump –responsable de romper el acuerdo de 2015–, ha continuado con las amenazas y además de seis nuevas rondas de sanciones, el jueves afirmó que no ha descartado un plan de Israel de destruir las instalaciones nucleares iraníes si no hay acuerdo.

El líder supremo de Irán, Alí Jamenei, ha concedido plena autoridad a Araqchi para negociar sobre las bases de «seriedad, garantías, equilibrio, ausencia de amenazas, celeridad, eliminación de sanciones, rechazo al modelo libio, contención de los alborotadores (como Israel) y facilitación de la inversión, sin concesiones».

Por otro lado, Irán afirmó ayer que en caso de llegar a un acuerdo con EEUU, solo la Agencia Internacional de Energía Atómica podría supervisar y verificar su programa nuclear, y que «no aceptará a ninguna otra institución».