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Entrevista
Mattin Troitiño
Portavoz de Etxerat

«Nunca perdimos la esperanza y tampoco la perderemos ahora»

El próximo domingo, Etxerat celebra una asamblea extraordinaria para valorar los últimos seis meses. Mattin Troitiño avanza que será una cita «importante» para los familiares, tras un periodo en el que han sufrido mazazos como el aval a la «doctrina Parot» pero también ven algún rayo de luz como la petición de información de la Defensora sobre los presos enfermos.

Mattin Troitiño, en el centro, en la comparecencia de Etxerat para valorar el cese definitivo de la actividad armada de ETA. (Juanan RUIZ/ARGAZKI PRESS)

Empezando por lo más actual, ¿cómo valora Etxerat que la Defensora del Pueblo español le haya pedido información sobre los presos enfermos? ¿Abre alguna expectativa?
Lo valoramos positivamente, y más aún que nos haya solicitado información exhaustiva sobre la situación que viven nuestros familiares presos con enfer- medades graves e incurables. Esta decisión, que la podríamos entender también como de carácter político, abre una vez más las puertas para que el Gobierno español actúe con responsabilidad. Esperemos que el camino emprendido tenga recorrido y que ese recorrido sea respetar escrupulosamente los derechos de nuestros familiares enfermos y termine en excarcelarlos, con todos sus derechos.

Han pasado ocho meses desde la decisión de ETA, que según algunos medios abriría todas las compuertas. Pero la política carcelaria sigue intacta, ¿qué sensación genera esto entre los familiares, hay un punto de angustia con el paso de los meses?
En todo este tiempo nuestros familiares encarcelados han sido utilizados como chantaje o moneda de cambio en base a intereses políticos y partidistas. Y en este momento seguimos en esa situación. Que ETA haya dado pasos hacia la resolución del conflicto no quiere decir que todo este hecho. Ni mucho menos. Son los estados francés y español los que siguen aplicando una política penitenciaria de exterminio contra nuestros familiares y allegados y siguen generando sufrimiento.

Por ejemplo, ¿qué impacto ha tenido sobre los familiares la decisión del Constitucional sobre la «doctrina Parot»? ¿Ha sido un contratiempo, un jarro de agua fría o algo todavía peor?
Nos ha marcado mucho. Pero nunca perdimos la esperanza y tampoco la perderemos ahora. Resulta complicado entender cómo se puede hacer una aberración de ese tamaño, si no es en parámetros de generar frustración y sufrimiento. Por eso mismo tenemos que tener la convicción de que de una manera u otra conseguiremos que nuestros familiares con las condenas cumplidas salgan a la calle. Y aún más, que conseguiremos desactivar todo tipo de artimañas que hacen viables estas condenas de por vida. Está en nuestras manos.

¿A qué achaca Etxerat que esté costando tanto empezar a encarrilar el tema de los presos?
Por un lado, tener que encaminar de una manera real el tema de presos y exiliados políticos requiere hacer un ejercicio de entender el porqué de la existencia de represaliados políticos en este país. Y en este momento el Estado español no está por esa labor, simplemente porque le supondría tener que reconocer que en este país llevamos viviendo décadas en un conflicto de carácter político, que ha tenido también consecuencias políticas que solamente se podrían arreglar en términos políticos. Tendría que dar soluciones y medidas políticas reales a la realidad que viven nuestros familiares y allegados encarcelados. Y por otro lado, al Estado español le interesa mantener a cientos de ciudadanos y ciudadanas encarcelados simplemente porque se convierte en una herramienta para poder seguir en una situación de bloqueo.

En los últimos meses es notorio el cruce de mensajes, aunque sea a nivel indirecto, entre el Gobierno y EPPK. Aquel ha movido una pequeña ficha con el llamado Plan de Reinserción, el Colectivo se muestra abierto a dar pasos si se eliminan las medidas de excepción... ¿Cómo se sitúan los familiares ante este debate cruzado, cuál es su posición y su demanda?
Lo que ha hecho el Gobierno ha sido simplemente hacer pública la llamada «vía Nanclares». Ese movimiento se ha mantenido en los criterios anteriormente utilizados, unos criterios de no querer avanzar y bloquear una solución integral. En cuanto a EPPK, nos ha enseñado un gran nivel de responsabilidad y de saber situarse en el nuevo momento político que vivimos. Nuestros familiares han sabido responder a una situación complicada y sumamente comprometida. La petición de diálogo de EPPK a los gobiernos español y francés es de suma importancia. Deben saber que antes o después tendrán que dialogar con nuestros familiares y allegados para así poder avanzar en la resolución de la existencia de presos y presas políticas vascas.

¿Qué supondría para los familiares que se iniciara un acercamiento? ¿Es un sueño por el momento o una hipótesis que ven cada vez más cerca?
Lo único que pedimos es que se levanten las medidas de excepción que aplican a nuestros familiares y que todo el EPPK sea repatriado, para terminar con la política de dispersión que supone un sufrimiento añadido para nosotros y nosotras. Y de ese modo, posibilitar que el EPPK sea agente directo. Un acercamiento supondría un avance, pero no una solución. Terminar con los miles de kilómetros que debemos realizar cada fin de semana, con todo lo que ello conlleva, seria un paso imprescindible para paliar una sangrante situación. Pero la solución estaría en repatriar a todos y todas las presas políticas vascas.

Se está remarcando mucho el incremento imparable y preocupante de la edad media de los presos. Lógicamente, esto es aún más dramático en el caso de sus familiares (padres, madres...). Muchos están falleciendo sin ver a sus hijos e hijas en casa de nuevo...
95 presos y presas llevan más de 20 años en prisión. Y de ellos, 29 suman más de 25 años. No haber solucionado la problemática ha conllevado que se alarguen de manera exagerada los años de estancia en prisión. Estas situaciones crean enfermedades físicas y psicológicas para nuestros familiares. Y señal de ello son los catorce presos y presas con enfermedades graves e incurables, o que el 25% del EPPK sufra algún tipo de enfermedad. Muchos padres y madres, incluso abuelos y abuelas, no tienen la posibilidad de poder visitar a su familiar encarcelado. La dispersión ha sido un factor que ha creado este tipo de situaciones.

Tras la movilización gigantesca de enero, ¿qué sensación palpan los familiares en la calle? ¿Perciben un grado de apoyo cada vez mayor, aunque no se manifieste con tanta contundencia, o ven riesgo de que se vaya difuminando si no se empiezan a cumplir las expectativas?
La manifestación marcó un antes y un después en cuanto a la denuncia mayoritaria de terminar con una política penitenciaria cruel. Ese día se hizo palpable que mucha más gente de la que creíamos hace suyas estas exigencias. Y supuso un salto cualitativo para poder encaminar iniciativas populares en barrios, pueblos y ciudades vascas. Tampoco debemos olvidar que la solidaridad traspasó fronteras, hasta llegar a los lugares mas recónditos. Valoramos muy positivamente las iniciativas populares que está realizando Herrira en toda Euskal Herria. Desde Etxerat vemos que, aparte de la solidaridad con los represaliados y con sus familiares y allegados, se está generando una gran masa popular de denuncia.

El Gobierno de Patxi López está a punto de completar su ciclo, ¿qué valoración hacen de él? ¿le piden algo en esta recta final?
En todo su mandato no ha hecho otra cosa que mirar hacia otro lado. Nunca ha querido hacer frente a esta problemática. Y eso es algo imperdonable. Nunca se ha comprometido con las labores que exige ser lehendakari, y en concreto con los derechos de los y las ciudadanas que vivimos en la CAV. Y también en el caso de nuestros familiares encarcelados. Etxerat siempre ha tenido las puertas abiertas y las manos tendidas hacia los demás, y en este caso no será diferente. Le pedimos que actúe contra una política penitenciaria que está generando muchísimo sufrimiento. Le pedimos una vez más que se sitúe en favor del respeto de todos los derechos para todas las personas, sin exclusión alguna.

¿Y al nuevo Ejecutivo francés? Sarkozy se fue sin cumplir nada de sus buenas palabras en la visita a Lapurdi, ¿qué creen que hará Hollande?
El Estado francés siempre ha tenido interés en desvincularse de cualquier factor que surja del conflicto que vivimos. Y en el caso de los presos y exiliados vascos no ha sido una excepción. Está en nuestras manos presionar al Estado francés para que haga suya esta realidad y actúe en consecuencia. No es la primera vez que Sarkozy hacía declaraciones de este tipo. Hace ocho años, cuando ejercía de ministro del interior, cuando tuvimos oportunidad de interpelarle, también nos prometió cambios en la política penitenciaria francesa, pero como ahora han sido promesas vacías que no han llegado a ningún lugar. Las últimas declaraciones de la Asamblea francesa sí son una señal de que incomoda tener a presos políticos vascos en territorio galo. Y de que poco a poco se está agrietando ese silencio que tanto ha durado.

¿Qué puertas está tocando Etxerat y cuáles le falta por tocar?
Etxerat sigue trabajando conjuntamente con los agentes políticos, sociales y sindicales. Situarnos dentro del Acuerdo de Gernika nos ayuda a mantener esa constante relación y poder incidir en el respeto de los derechos de los represaliados políticos vascos. Seguimos y seguiremos interpelando a las instituciones para exigirles que actúen con responsabilidad. Siempre hemos recibido negativas al diálogo de algunos partidos. PNV, PSOE y PP tendrían que tener disposición a escucharnos y comprometerse. Aún no ha llegado, pero antes o después nos tendrán que escuchar.