Denuncian el trato «inhumano» que han recibido el fallecido López Peña y sus familiares
La abogada Yolanda Molina ha destacado que la familia de Xabier López Peña ha recibido y recibe un trato de «desprecio» por parte de autoridades francesas y la dirección del hospital donde falleció y ha anunciado que emprenderá acciones legales contra los organismos que han actuado de esta forma «inhumana». La familia aún no ha podido ver su cadáver.
Miembros de Etxerat, Herrira, Jaiki Hadi y la abogada Yolanda Molina han protagonizado en Baiona una emotiva rueda de prensa donde han puesto sobre la mesa la situación que vivía el fallecido preso político Xabier López Peña y el trato «inhumano» que ha recibido su familia durante las últimas semanas.
La letrada ha detallado que López Peña fue trasladado al hospital el pasado 11 de marzo y que hasta más de dos semanas después, sus allegados no recibieron ninguna notificación sobre su paradero y su estado de salud.
Ha precisado que tocaron las puertas de varios sitios. El de los juzgados, el del hospital, el de la prisión... pero que en ningún lugar recibieron colaboración alguna. El fiscal llegó a decir a Molina que «no iba a perder el tiempo en un asesino».
La única información que fueron recibiendo en aquellos angustiosos días llegó desde los compañeros de módulo de la prisión de Fleury, quienes certificaron que López Peña no estaba en prisión y que fue trasladado a un centro de salud.
Sus familiares no tuvieron oportunidad ni siquiera para verle con vida. López Peña fallecía a las 01.00 de la madrugada del pasado sábado, jornada en la que sus familiares finalmente consiguieron un vis a vis con el preso. Sin embargo, llegaron trece horas tarde, y fueron informados de su fallecimiento entonces, cuando se dirigían a realizar la visita.
Molina ha denunciado que todavía no han conseguido ver su cuerpo y que probablemente puedan hacerlo este mismo martes en París.
Asimismo, ha subrayado que durante la autopsia que le fue practicada para esclarecer los motivos de su muerte, no hubo presencia de ningún médico de confianza, a pesar de haberlo requerido anteriormente.
La letrada ha destacado el trato «inhumano» y de «desprecio» que han recibido sus familiares, que no han sido informados de la situación del preso y tampoco de su fallecimiento. Es por ello que emprenderá acciones legales contra los organismos (prisión, Fiscalía, hospital...) que han negado sus derechos a la familia de López Peña.
Diagnosticado en 2009
Desde Jaiki Hadi, Itsaso Idoiaga ha precisado que la situación de los presos enfermos es cada vez más difícil. Ha recordado que a López Peña le fue diagnosticada una cardiopatía en el año 2009, aunque en todos estos años apenas ha recibido tratamiento para la enfermedad.
Según Idoiaga, el preso fallecido permaneció en un primer momento en el área penitenciaria del hospital cuando sufrió la hemorragia cerebral en lugar de ser trasladado a la Unidad de Cuidados Intensivos, algo «inexplicable» para la miembro de Jaiki Hadi.
Llamada al Gobierno francés
Por su parte, Etxerat y Herrira han dirigido sus discursos directamente al Gobierno francés para denunciar el «inmobilismo» que ejerce en este asunto. Han recordado que las movilizaciones de Bilbo y Baiona han dejado claro cuál es el deseo de la sociedad vasca y han reclamado al Ejecutivo de Hollande que contribuya a solucionar el conflicto político vasco y la situación de los presos.
Asimismo, han anunciado que en los próximos días convocarán movilizaciones para el viernes en Ipar Euskal herria.
Esta tarde se celebrará una nueva movilización en Galdakao a las 20.00.
Xabier López Peña era natural de esta localidad vizcaina y tenía 54 años. Estaba en prisión desde mayo de 2008, cuando fue arrestado en un piso de Burdeos junto a Jon Salaberria, Igor Suberbiola y Ainhoa Ozaeta. Se le situó en la recta final de las conversaciones mantenidas por ETA y representantes del Gobierno español entre 2005 y 2007.
López Peña es el segundo preso vasco que fallece este mes. El pasado día 14, el getxoztarra Anjel Figueroa fue hallado muerto en su domicilio de Algorta. Figueroa sufría una enfermedad grave e incurable y salió de la cárcel de Langraiz en 2008, en régimen de prisión atenuada, para continuar cumpliendo la condena en su domicilio.