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Mas asegura que utilizará «todos los instrumentos» a su alcance para que los catalanes decidan

El president de la Generalitat, Artur Mas, ha inaugurado en el Parlament el primer debate de política general de la presente legislatura. Lo ha hecho con un discurso en el que ha vuelto a repetir que el proceso «no tiene marcha atrás», pero en el que no ha concretado la hoja de ruta ni ha aportado novedad alguna.

El president, Artur Mas, durante su discurso ante el pleno del Parlament. (Albert GARCIA)

Tras la cadena humana de la Diada, el discurso del president, Artur Mas, era esperado con curiosidad y esperanza por aquellos que pensaban que aportaría novedades sobre los próximos pasos del proceso catalán. Sin embargo, la intervención de Mas en la inauguración del debate de política general –que durará hasta el viernes– apenas ha aportado nuevas noticias sobre la hoja de ruta.

Mas se ha limitado a repasar la actualidad catalana, rememorando los principales hitos que han hecho que Catalunya llegue hasta donde está –desde la aprobación del estatut hasta la última Diada–. Como conclusión al relato, el president ha declarado que «Catalunya siente un afecto real por España, pero ya no confía en el Estado español» ya que, según ha explicado, «el encaje solo es posible si Catalunya renuncia a ser un sujeto político». «España no tiene más remedio que constatar que tiene un problema muy grave», ha añadido.

Sobre el proceso propiamente dicho, Mas se ha limitado a repetir declaraciones que ya ha ido efectuando a lo largo de los últimos meses, como la llamada a que el proceso sea «lo más transversal posible, con amplias mayorías sociales que vayan creciendo», o la explicación de las cinco vías legales para hacer la consulta. «El problema no es la legalidad, lo que hace falta es voluntad política», ha señalado.

Ninguna concreción sobre la hoja de ruta

A la hora de hablar de las acciones futuras, Mas no ha aportado información novedosa alguna, sino que se ha limitado a señalar que «no hay marcha atrás posible», blandiendo como prueba los pasos dados hasta ahora, como la Declaración de Soberanía o la constitución de diversas instancias como la comisión parlamentaria de estudio del derecho a decidir o el Pacto Nacional por el derecho a decidir.

Sobre el futuro, tras citar la invitación al diálogo de Rajoy, el president ha recordado que son «partidarios del máximo diálogo y negociación» y que por eso han presentado «hasta cinco vías para realizar la consulta». «Pero si el Estado español no acepta, como principio, una consulta sobre el futuro de Catalunya, ¿qué se puede negociar?», ha acabado preguntándose.

Pese a ello, se ha limitado a insistir en que mantendrán la hoja de ruta, que contempla una consulta en 2014, y que «antes de final de año» definirán la fecha, la pregunta y el marco o marcos legales que acompañarán a la consulta. «Quiero que este triple acuerdo sea alcanzado por todas las fuerzas favorables al derecho a decidir», ha añadido Mas en este punto, en una clara referencia al PSC.

Finalmente, si bien ha insistido en que quiere «una consulta acordada o tolerada por el Estado», ha repetido las palabras que pronunció en una reciente entrevista radiofónica, pero esta vez sin mencionar el 2016: «Si pese a nuestra inequívoca voluntad de diálogo y de acuerdo ninguna negociación con el Estado es posible, estoy dispuesto a utilizar todos los instrumentos democráticos y legales a mi alcance para facilitar que el pueblo de Catalunya pueda decidir libremente su futuro como país, incluida la convocatoria de elecciones».