Bilbo, convertida en pista de aterrizaje de la troika y de despegue del PP
Un acuerdo entre el alcalde, Iñaki Azkuna, y el ministro de Economía español, Luis de Guindos, hizo que Bilbo terminara convirtiéndose ayer en escenario para la afirmación de las políticas de empobrecimiento general. Con los jefes del FMI y el Eurogrupo a la cabeza y el Rey español como guinda, Iñigo Urkullu intentó hacer de cordero entre lobos, pero su discurso fue engullido. La respuesta a la cumbre estuvo en la calle.
Iban ya casi seis horas de discursos en el Guggenheim cuando alguien se acordó al fin de las personas cuyas vidas han sido sacudidas por las políticas de ajuste. Fue Leo Wieland, corresponsal en el Estado español de ``Frankfurter Allgemeine Zeitung'', quien preguntó al secretario general de la OCDE qué opinaba sobre esos manifestantes a los que habían oído gritar en el breve paseo desde el museo al lugar de la comida. Ángel Gurría respondió: «A esas personas que están ahí, bajo la lluvia y el frío, les dijimos que si estudiaban les íbamos a dar un diploma, incluso un trabajo, y hoy con ese diploma ya no pueden ni taparse de la lluvia. Había que hacer ajustes, decir lo contrario sería dar una respuesta simplista. Pero esa gente que está fuera tiene razón porque no cumplimos nuestra palabra, aunque nunca es tarde...»
Había dos realidades distintas, dos auténticos planetas separados años luz entre sí, dentro y fuera del Guggenheim que acogió el rimbombante Global Forum Spain. En la calle la precariedad avanza como una balsa de aceite, atrapando a millones y millones de personas; dentro todo eran elogios de las políticas de ajuste, en un ambiente de cierta satisfacción en el que cabían hasta bromas de dudosa gracia. Así, los participantes rieron con muchas ganas cuando Gurría preguntó «si hay algún poder fáctico en la sala».
Las dos palabras más oídas fueron «crecimiento» y «recuperación». La tercera, «reformas». Todo ello con un sujeto único y concreto: «España». Y todo obviando la cruda realidad de la calle hasta extremos insólitos. Un detalle: Francisco González, presidente del BBVA, escribió en su discurso que «hay que erradicar todos aquellos comportamientos éticamente reprobables en la gestión de recursos privados y públicos que perjudican a toda la sociedad, exigir las responsabilidades que correspondan con celeridad y la reparación del daño causado». Según se ha publicado, González cobra 5,16 millones de euros al año y dispone de un plan de pensión privado de 80 millones.
Urkullu, en tierra ajena
Fue un desembarco en toda regla, probablemente la mayor constelación de líderes del capitalismo mundial que se haya concentrado jamás no ya en Euskal Herria, sino en todo el Estado español. A la cabeza, la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, y el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem. Pero también el citado secretario general de la OCDE; el presidente del Banco Europeo de Inversiones, Werner Hoyer; tres comisarios europeos (Joaquín Almunia, de Competencia; Michel Barnier, de Mercado Interno; y Karel de Gucht, de Comercio); el presidente español, Mariano Rajoy, y sus ministros de Industria (José Manuel Soria) y de Economía (Luis de Guindos); y varios de los empresarios más poderosos del Estado.
Aunque políticamente la medalla se la colgara a sí misma la líder del PP vasco, Arantza Quiroga, la dimensión del evento dejaba claro que este foro no era una iniciativa local. Ayer se terminó de confirmar que el impulsor principal ha sido el Gobierno del PP -necesitado de vender recuperación económica-, concretamente a través de Luis de Guindos, que logró convencer a Iñaki Azkuna para que les prestara la ciudad.
El primer edil no pudo acudir por sus conocidos problemas de salud, pero casi todos los oradores se deshicieron en elogios hacia su hospitalidad. Sobre todo Lagarde, que lo citó como «el mejor alcalde del mundo», y Juan Carlos de Borbón, que le visitó el domingo en su casa para agradecerle el apoyo.
El Gobierno de Lakua fue receptivo a la idea desde el principio, pero a medida que la bola ha ido creciendo también ha aumentado su incomodidad. El PNV ya dejó claro la pasada semana en el Parlamento de Gasteiz que no quería aparecer como el partido del FMI en Euskal Herria, ante lo que el PP le acusó de estar «acomplejado» frente a EH Bildu.
El caso es que Iñigo Urkullu intentó diferenciarse en su discurso de presentación. El lehendakari clamó contra los paraísos fiscales y la economía especulativa, censurando que «la cuantificación de los flujos financieros y monetarios es cien veces superior a la capacidad de producción de la economía real». Luego denunció «la tiranía de un mercado financiero tan poderoso, sin alma y sin controles, que pone en riesgo el Estado de Bienestar». Y más tarde señaló a la banca porque «es el momento de exigirle una contrapartida: los rescatados tienen ahora la responsabilidad de ser rescatadores».
Tres intereses
Pero las palabras de Urkullu quedaron absolutamente sepultadas por la treintena de intervenciones posteriores. Lo suyo fue clamar en el desierto, ejercer de extranjero en su propia casa.
En este primer Forum Global Spain había tres grandes líneas de discurso, todas ellas totalmente alejadas geográficamente de Euskal Herria e ideológicamente de la mayoría social vasca. Por un lado, los mandatarios internacionales acudían a insistir en la vía del recorte (y en esto nadie con menos complejos que Lagarde, que insistió en que al Estado español le queda aún mucho por reformar). Por su parte, los responsables españoles llegaban a hacer propaganda de sus políticas. Y los empresarios, por último, venían a preguntar qué hay de lo suyo, cuando no a engrasar aún más su estrecha relación con el poder político: el ejemplo más claro fue el de Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, que agradeció a Rajoy que no hubiera pedido el rescate europeo «en un momento en que había mucha gente gritando para que lo hiciera. Ahora estamos así gracias a ello».
Para todo ello, Bilbo era solo una anécdota, un lugar como otro cualquiera. Si acaso, fue saludada someramente como ejemplo de «innovación» (Lagarde), de «dinamismo» (De Guindos) y «cuna de emprendedores» (Rajoy).
Euskal Herria o la economía vasca no aparecieron en ningún discurso salvo en el de Urkullu, que también en esto se quedó solo. Destacó que «Euskadi es una economía abierta» y con un carácter pionero en la internacionalización, tan saludada en esta jornada («somos hijos y nietos de Juan Sebastián Elcano, hemos vivido abiertos al exterior»). Nadie siguió por ahí, porque obviamente para el resto de intervinientes Euskal Herria solamente es una zona más del Estado español.
También cayó en saco roto su mención al nuevo tiempo abierto en Euskal Herria y a las consecuencias positivas que crea. «Como ustedes saben, el 20 de octubre de 2011, ETA declaró un cese definitivo de la acción armada tras meses de haber anunciado también un alto el fuego permanente, general y verificable. Vivimos en un nuevo tiempo de construcción de la paz y la convivencia -expuso Iñigo Urkullu-. Una oportunidad para nuestra generación, que vamos a aprovechar en positivo. Esta realidad nos ofrece un nuevo escenario como país y contribuye a conformar una imagen más positiva de Euskadi en el mundo. Tenemos confianza en su contribución a la inversión, el crecimiento y el empleo».
Cerró la jornada Mariano Rajoy, que llegó tarde y empapado por el temporal. Luego lanzó a la carrera su mitin: «España exporta más mercancías que en toda su historia mientras las de Italia, Francia o Alemania caen». Afuera seguía el temporal auténtico, el de sus políticas.
INTERVENCIONES
Christine LAGARDE
«España debe profundizar en la reforma laboral»
La directora general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, advirtió de que las «cicatrices» de la crisis en el Estado español tardarán años en sanar, por lo que recomendó profundizar en la reforma laboral, ayudar a reestructurar la deuda empresarial y fomentar el tejido productivo. Destacó que el desempleo sigue siendo el principal reto, por lo que debe profundizarse en la reforma del mercado laboral «no para beneficiar a los que tienen empleo, sino a los que quieren tenerlo», a través de una reducción de costes fiscales, «no necesariamente salariales».
Luis DE GUINDOS
Ministro de Economía
«La recuperación económica esta vez no es en falso»
El ministro de Economía, Luis De Guindos, aseguró que esta «no es una recuperación en falso» como la que se produjo, «por ejemplo, en 2011». Añadió, no obstante, que la recuperación «aún es tenue» y que sigue siendo imprescindible mantener «el rumbo de las reformas».
Jeroen DIJSSELBLOEM
Presidente del Eurogrupo
«Hay que tener tener valentía política para seguir con los ajustes»
El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, incidió en que para garantizar un crecimiento sostenible de la economía española y europea se debe continuar con las reformas, y para ello es necesario tener «valentía política para convencer a los electores de que son necesarios más ajustes». Tras subrayar los resultados de la reforma financiera, que ha llevado a que «los bancos españoles estén en muchos aspectos por delante de los de la zona del euro», advirtió de que «hace falta hacer más trabajo, el desempleo es todavía demasiado alto», y el mercado laboral «no es tan flexible como en el resto de la zona del euro».
Joaquín ALMUNIA
Comisario de la Competencia
«La competencia incentiva la innovación y la inversión»
«Como comisario de Competencia, estoy sorprendido de la cantidad de barreras que todavía perviven en nuestro mercado interior, en bienes que creíamos haber conseguido que circularan libremente», dijo Joaquín Almunia. Tras mencionar las palabras en el mismo foro del presidente de Talgo, Carlos Palacio Oriol, que vende sus trenes en Arabia o Kazajistán, añadió que «escucho a veces que la política de competencia tiene que aflojar un poco. Es un error, lo que hay que hacer es lo contrario: la competencia incentiva la innovación y la inversión».
Angel GURRIA
Secretario general de la OCDE
«Para lograr mejores salarios hay que aumentar la productividad»
El secretario general de la Organización mundial para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Angel Gurría, abogó por incrementar la productividad como fórmula para subir los salarios en el Estado español, ya que el aumento salarial «no tiene nada que ver con un nivel absoluto de salarios» sino con la remuneración al trabajo y «lo que ese trabajo produce en una hora. Eso es en lo que debemos trabajar», dijo. No obstante, añadió que el Estado español ya «está recuperando la competitividad» porque sus medidas, aunque llegaron «tarde», están empezando a dar frutos.
César ALIERTA
Presidente de Telefónica
«Sin un mercado digital único habremos perdido el tren»
«Europa necesita regular un mercado digital único, o de lo contrario, habrá perdido el tren de la competitividad. El inicio de la revolución digital se hará sobre la base de las conexiones digitales y ello requiere una regulación única».
Ignacio SANCHEZ GALAN
Presidente de Iberdrola
«Nunca dudé de que esta recuperación llegaría»
«Nunca dudé de que esta recuperación llegaría y por ello me empeñé en divulgarla allí donde podía. España tiene un activo importantísimo, su gente, luchadora y honrada, a lo que se suman las importantísimas reformas del Gobierno de Rajoy».
Francisco GONZÁLEZ
Presidente del BBVA
«España se ha alejado del precipicio, pero hay que ser cautos»
Francisco González afirmó que «España se ha alejado del precipicio» y ha iniciado la recuperación, aunque advirtió de la necesidad de no caer en la autocomplacencia y seguir haciendo reformas y fomentando la competitividad.
Werner HOYER
Presidente del BEI
«Las pymes son la clave para resolver el problema del paro»
El presidente del Banco Europeo de Inversiones (BEI), Werner Hoyer, se mostró convencido de que el Estado español y «su fuerte sector de pymes» serán «una de las principales contribuciones a la modernización de la economía de Europa». Tras destacar que este tipo de empresas «dependen demasiado del sector bancario doméstico», apostó por apoyar a las pequeñas y medianas empresas europeas para atajar las elevadas tasas de desempleo juvenil. «Las pymes son la clave para resolver ese problema», dijo.
Carlos PALACIO ORIOL
Talgo
«Estamos contribuyendo de forma importante a salir de la crisis»
El presidente de Talgo, Carlos Palacio Oriol, aseguró que su compañía «está contribuyendo de forma importante a la salida de la crisis en España a través de exportaciones de trenes de Alta Velocidad y productos industriales de alto componente tecnológico».