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Entrevista
MARTINA ANDERSON
CANDIDATA DE SINN FÉIN Y MIEMBRO DE FRIENDSHIP

«En realidad la UE solo se comprometió seriamente en Irlanda en una fase tardía»

En plena campaña en la que aspira a la reelección, marcada de entrada por la detención de Gerry Adams, Martina Anderson hace un alto para explicar a GARA cómo se ve el proceso vasco desde Irlanda y cuál es la labor concreta de Friendhsip, el intergrupo del Parlamento Europeo que lleva desde 2006 contribuyendo a la solución del conflicto. Esta exvoluntaria del IRA incide en la necesidad de articular presión a todos los niveles para implicar a la UE, como se logró en el caso irlandés.


Hace ya ocho años que se creó Friendship, ¿qué balance cabe hacer de su trabajo, qué ha conseguido y qué no?

Friendship ha logrado despertar entre los eurodiputados hasta cierto punto el interés por el proceso de paz en Euskal Herria y atraer la atención internacional hacia situaciones concretas, como la política penitenciaria española. También ha facilitado un espacio para mostrar las evoluciones que se han dado en Euskal Herria a través del diálogo entre varios actores políticos y sociales, y eso nos ha permitido desarrollar estrategias en relación con aspectos concretos del proceso de paz. Los actos organizados por Friendship han sido especialmente relevantes por su alto perfil.

Obviamente, el proceso de paz no está avanzando tan rápido como quisiéramos. El Gobierno español no se ha sumado como debería haberlo hecho. Para que las cosas avancen, se necesitará mayor presión internacional, junto a la presión que se haga dentro de Euskal Herria.

En el proceso irlandés la implicación de las instituciones europeas resultó mucho mayor. ¿A qué lo atribuye?

El verdadero impulso al proceso irlandés vino de los propios republicanos irlandeses. Costó bastante tiempo persuadir a los gobiernos británico e irlandés de la necesidad de emprender un diálogo y de obtener el apoyo de la comunidad internacional para ese proceso. En realidad, la UE solo se comprometió seriamente en una fase bastante tardía, cuando vio que el proceso se estaba reforzando y consolidando. Nosotros solo podemos presumir de que los gobiernos británico e irlandés dieran su consentimiento para que la UE se involucrara en el proceso, cosa que no está sucediendo con los gobiernos español y francés en relación con el proceso vasco.

Sin embargo, debemos reconocer que la cuestión del conflicto en Irlanda y los primeros pasos para que derivase en un proceso de paz fueron reconocidos en una fase temprana. Los eurodiputados fueron instados a abordar las causas del conflicto. E incluso antes de que el IRA anunciara el cese de hostilidades, el entonces presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, reconoció que la UE tenía la responsabilidad de hacer algo. Este hecho supuso un impulso al proceso y empujó a los gobiernos británico e irlandés a hablar con los republicanos irlandeses. Desafortunadamente, no parece que actualmente exista la misma política en las instituciones de la UE.

Durao Barroso afirma que el mejor momento de su mandato ha sido recibir el Nobel de la Paz. Visto que no ha aportado apenas en el caso vasco, ¿cómo valora esa declaración?

Hay otras muchas personas y organizaciones que se merecen recibir el Premio Nobel de la Paz más que la Unión Europea.

¿El próximo presidente podría tener una implicación mayor? ¿Qué haría falta para ello?

Eso obviamente dependerá de hasta dónde esté dispuesto el próximo presidente de la Comisión Europea a hacer frente a la intimidación del Gobierno español. El historial de los recientes presidentes no ha sido positivo en términos de hacer frente a los grandes estados miembros en una amplia serie de cuestiones. Por tanto, para poder resistir la presión del Gobierno español se requerirá una presión en sentido contrario a muy diferentes niveles. Si otros gobiernos públicamente instan a Madrid a unirse al proceso de paz vasco, si se puede construir una masa crítica dentro del Parlamento Europeo, si cada vez más ciudadanos españoles demandan una actitud positiva hacia el proceso, si la comunidad internacional se compromete con esta cuestión... Cuanto mayor sea la presión para resistir en diferentes frentes, más fácil será convencer a las instituciones europeas de que respondan en sentido positivo.

Gerry Adams ha sido detenido recientemente, Arnaldo Otegi sigue preso. ¿Qué conclusión saca y qué referencialidad tienen esos casos a nivel europeo?

Pese al hecho de que nuestro proceso está más avanzado que el vasco, hay todavía elementos significativos en las altas esferas políticas y de seguridad hostiles al proceso de paz y, en particular, a los republicanos. Hay algunos que estarían más cómodos con un conflicto armado que con una confrontación política por la unidad irlandesa. El arresto de Gerry Adams tuvo claras connotaciones políticas. Las fuerzas oscuras del sistema pensaron que arrestándole podrían dañar a los republicanos y, en particular, a las aspiraciones electorales de Sinn Féin. El apoyo que estamos recibiendo sobre el terreno demuestra que su plan ha fracasado.

En cuanto a Arnaldo Otegi, que siga en prisión es un continuo escándalo y demuestra que las fuerzas oscuras mantienen una posición fuerte en el Estado español. Demuestra la hostilidad que sienten muchos hacia un proceso de paz. Que al líder de Sortu lo tengan en semejante situación es un escándalo internacional y europeo, y algo que debería ser condenado por los demócratas de todos los países.

Aún hay casi 500 presos vascos en cárceles españolas y francesas. ¿Qué deben hacer las instituciones europeas? ¿El Tribunal de Estrasburgo es la única vía?

Como expresa que soy, entiendo la importancia de esta cuestión. Que yo estuviera en una cárcel británica supuso una fuerte presión para mi familia y mis amigos. En la medida en que el proceso avance, sería necesario excarcelar a todos los presos, pero mientras eso se da todos deberían ser trasladados a Euskal Herria para que sus familias no sufran ese castigo. Y todos los presos gravemente enfermos tendrían que ser excarcelados inmediatamente para poder pasar sus últimos días con sus familiares y amigos. El Gobierno español debería dejar de tolerar la tortura y maltrato a los presos. La Corte Europea de Derechos Humanos es una importante vía para avanzar, pero en última instancia la solución a esta cuestión requiere continuar con la presión política desde la comunidad internacional.

EH Bildu puede estar a su lado en Estrasburgo...

Josu [Juaristi] fue recibido con una calurosa bienvenida a nuestro Ard Fheis [conferencia anual] de Sinn Féin en febrero pasado. Sé lo difícil que es ser un único eurodiputado -esperamos que Sinn Féin obtenga más de un representante- pero, aún así, es posible tener impacto. Para empezar, hay todo un movimiento detrás del eurodiputado. Josu no estará sentado solo porque será portavoz de una nación. Además hay otros eurodiputados que son amigos de los vascos y que apoyan la independencia de Euskal Herria y el proceso de paz. La construcción de alianzas puede marcar la diferencia. Como eurodiputado, Josu tendrá los mismos derechos que cualquier otro eurodiputado, los mismos que cualquier otro eurodiputado del PP. Su presencia en el Parlamento Europeo representará un reto directo para los partidos políticos españoles para unirse al proceso de paz.

¿Cómo es la relación de Sinn Féin con Sortu y EH Bildu? Los medios españoles han especulado a veces sobre discrepancias, supuestos enfados...

¿Sí? Ni lo sabía. Nuestra relación con ellos es una de las más importantes que tenemos. Serán travesuras de los medios...