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Donostia toma otra dirección con la elección de Goia como alcalde

Eneko Goia ya es alcalde de Donostia, con lo que el PNV recupera el cargo que perdió hace ya 28 años. El Pleno ha estado marcado por la actitud de futuro marcada por EH Bildu y la pataleta del PP por lo ocurrido en Gasteiz.

Eneko Goia recibe la vara de mando por parte de Juan Karlos Izagirre. (Juan Carlos RUIZ/ ARGAZKI PRESS)

Juan Karlos Izagirre (EH Bildu) ha entregado la vara de mando de la ciudad de Donostia a Eneko Goia (PNV) en un pleno sin novedades. Tampoco las ha enunciado el nuevo primer edil, en un discurso sin afirmaciones relevantes, todo en un tono tranquilo y sin estridencias.

Aunque es EH Bildu quien pierde la Alcaldía, quien más crispado ha aparecido ha sido el PP. Miren Albistur ha decidido competir simbólicamente por la vara de mando, algo que ha dicho que no pensaba hacer, en disconformidad por la pérdida hoy de la Alcaldía de Gasteiz. No entiende que el PNV no desalojara hace cuatro años a Izagirre en Donostia y ahora sí haga lo mismo con Javier Maroto (PP).

Por parte de EH Bildu, se ha estrenado en lides de portavoz Amaia Almirall, que ha prometido una oposición «constructiva y propositiva», contrastándola con lo ocurrido en estos cuatro años. Ha marcado como objetivos el impulso a la resolución del conflicto político y sus consecuencias, la defensa del Estado del Bienestar y no dar «ni un paso atrás» en los avances logrados por el Gobierno Izagirre en materias como la participación.

El ya exalcalde no ha tomado el acta de edil como anunció, ya que vuelve a la Medicina, pero sí ha estado en el Pleno para entregar la vara de mando a Eneko Goia.

En la votación por la Alcaldía no han competido ni EH Bildu ni el PSE, que han votado en blanco. Goia ha obtenido por tanto solo los votos de su partido (9) por 3 del PP y 2 de Irabazi. En consecuencia, no tiene mayoría absoluta, pero accede al cargo como cabeza de lista más votada el 24M. Ernesto Gasco (PSE) se ha mostrado esperanzado con conseguir un acuerdo con el PNV en las próximas semanas. Algo a lo que, al margen de las dinámicas de cada localidad, aboca el pacto global anunciado el viernes por las cúpulas de los dos partidos.