Urkullu insiste en pactar el autogobierno con quien lo ha «degradado» e «invadido»
El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha vuelvo a abogar por el pacto y la negociación con el Estado, por buscar «una nueva convención», después de reconocer que en los últimos 30 años la sucesión de gobiernos españoles ha «degradado» el Estatuto e «invadido» sus competencias. Urkullu ha abierto con un discurso de casi hora y media el Pleno de Política General.
Ha arrancado el último curso de esta legislatura en el Parlamento de Gasteiz con el tono monocorde del discurso del lehendakari. Monocorde en la dicción y monocorde en el fondo. Marca de la casa en un momento en el que el propio Iñigo Urkullu ha calificado de «importante» con las citas electorales de Catalunya este domingo y en diciembre la que traerá un «nuevo Gobierno» en el Estado, lo que espera que puede hacer que se abra una nueva época de relaciones.
Los plenos de política general ya no revientan las tribunas de prensa e invitados, como ocurría en tiempos anteriores. En todo caso, se mantiene cierta representación institucional. El presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, Juan Luis Ibarra, y el fiscal superior, Juan Calparsoro, ocupaban un lugar privilegiado en el palco de autoridades, junto a los tres diputados generales y el exlehendakari José Antonio Ardanza. También ha estado presente el presidente del EBB, Andoni Ortuzar.
Poca o ninguna novedad
Urkullu, como es habitual, ha comenzado su discurso combinando las estadísticas que le servían para hablar de un crecimiento económico, con las apelaciones a la prudencia y al trabajo para poder salir de la crisis. Largo espacio para hablar de los proyectos sectoriales puestos en marcha y avance de las leyes y programas que su Gobierno impulsará en los próximos meses.
Pero tras la operación policial de esta semana y con la vista puesta en el proceso catalán, lo que se esperaba con más interés eran sus posibles anuncios en el ámbito de la paz y la convivencia y en el del nuevo estatus. Poca o ninguna novedad.
En lo relativo a la paz, Urkullu ni siquiera ha hecho referencia a la detención de quienes en ETA podrían garantizar un final ordenado, aunque sí que ha asegurado que «el extremo debilitamiento de ETA es un hecho positivo». A partir de esa premisa, ha insistido en reclamar el desarme y que la organización haga «un reconocimiento del daño injusto causado, algo tan sencillo como decir que matar estuvo mal».
«Acuerdo-base para la convivencia»
En materia de presos, el lehendakari ha exigido a la izquierda abertzale «que levante el veto colectivo que impide a los presos optar a los beneficios penitenciarios individuales y transitar por las vías legales de reinserción y resocialización». Urkullu ha hecho esta afirmación la víspera de que la Audiencia Nacional tenga que pronunciarse mañana sobre los recursos individuales de presos que han visto rechazadas sus solicitudes de acercamiento a Euskal Herria. Además, ha anunciado que presentará al nuevo Gobierno español que salga de las próximas elecciones una propuesta para recuperar, desde la legalidad «el estado de normalidad penal y penitenciario».
El lehendakari ha dado a conocer que tras las elecciones presentará «un acuerdo-base para la convivencia. Se inspirará en el suelo ético y se prevé como herramienta para crar un espacio compartido en materia de convivencia a medio plazo».
En cuanto a la búsqueda de nuevo estatus, el lehendakari insistió en que la vía no es la unilateralidad, sino la negociación y el acuerdo. De esta forma, «como Nación Foral que somos», busca alcanzar el reconocimiento y «seguir construyendo Euskadi en una Europa más fuerte y abierta». La paradoja es que Iñigo Urkullu quiere alcanzar ese acuerdo con un Estado que en 30 años y con gobiernos del PP y del PSOE, «ha degradado la naturaleza del Estatuto» y ha producido una «legislación invasiva de sus competencias».
Y en un momento en el que el domingo se van a celebrar en Catalunya unas elecciones plebiscitarias sobre independencia sí o no, el Gobierno del PNV plantea al Estado «un nuevo pacto desde el mutuo reconocimiento y la bilateralidad efectiva». Porque el lehendakari cree «en la unión desde la voluntad democrática y la libre adhesión y no en la unidad desde la imposición y la unilateralidad».
El pleno continuará a partir de las 14.30 con los discursos de los grupos, la réplica del lehendakari y las consiguientes contrarréplicas.