EEUU y China, en el punto de mira de los compromisos de la cumbre
La cumbre del clima COP21 comenzó en París entre grandes palabras sobre el futuro del planeta, la vinculación con los atentados del 13N y con el foco puesto sobre los compromisos a los que estén dispuestos los principales emisores de gases de efecto invernadero, EEUU y China. Pekín y Nueva Delhi defienden el crecimiento de los países en desarrollo.
China y EEUU, los dos mayores contaminantes del planeta son los principales focos de atención en la cumbre sobre el clima COP21 que comenzó ayer en Bourget, cerca de París, y en la que 195 países intentan alcanzar un acuerdo que frene el calentamiento global del planeta.
El presidente estadounidense, Barack Obama, en un encuentro con su homólogo chino, Xi Jinping, aseguró que ambos, «en tanto que principales emisores de carbono, estamos convencidos de que nuestra responsabilidad es actuar». Por su parte, Xi abogó por que China y EEUU «se asocien para ayudar a que la logre los objetivos esperados». Pero a la vez, reclamó margen para que cada nación adapte la solución a sus necesidades.
El mandatario chino defendió que el acuerdo se centre en fortalecer las acciones globales, en las que los países desarrollados respeten sus compromisos de financiación y aquellos en desarrollo aceleren su transición energética, para lo que pidió que se transfieran las tecnologías necesarias a los países más pobres. El presidente chino reclamó que se respeten las diferencias entre cada nación porque «no hay que privar a los países en desarrollo de la necesidad legítima que tienen de hacer retroceder la pobreza».
Principal emisor de gas de efecto invernadero y primer productor y consumidor de carbón, China plantea alcanzar un pico de emisiones en 2030 antes de su estabilización.
También el primer ministro indio, Narendra Modi, aseguró que son los países desarrollados los que tienen que afrontar sus responsabilidades y asumir los principales recortes de emisiones de gases contaminantes, ya que disponen de los mejores medios. «Es justicia climática. Los países en vías de desarrollo deben mantener el espacio suficiente que permita el desarrollo», indicó Modi. Añadió que sería «un error moral» no imponer más cargas a los países ricos, a quienes pidió, por un lado, elevar su objetivos y, por otro, ayudar con 100.000 millones de dólares anuales a los más pobres hasta 2020, además de facilitar el acceso a las tecnologías de las energías renovables, para lo que puso sobre la mesa la cuestión de las patentes. Modi señaló que «los compromisos nacionales de reducción de emisiones deben hacerse en función de la huella de carbono» que se haya dejado en el pasado. También los líderes latinoamericanos pusieron el acento en la ayuda a los países más pobres.
La cumbre arrancó con un minuto de silencio por las víctimas del 13N y con grandes frases a favor de salvar el planeta. «Dejemos a nuestros hijos un planeta a salvo de catástrofes», dijo el presidente francés, François Hollande, que vinculó la lucha por el planeta con la lucha «contra el terrorismo».
El objetivo es un compromiso para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, con el fin de limitar el calentamiento global a 2ºC más que en la era preindustrial. 184 países han llevado sus propios planes, pero, a su vez, líneas rojas que no quieren traspasar. Ayer aparecieron algunas iniciativas como una alianza solar impulsada de una treintena de países y una campaña para fijar precio a las emisiones de carbono.
Putin y Obama hablan de Siria
Pekín y otras ciudades del norte de China se ahogaban ayer en una densa niebla contaminante de una densidad récord este año, una alegórica circunstancia que recordaba la urgencia de frenar las emisiones contaminantes el mismo día de la apertura de la cumbre de París. Con temperaturas invernales en torno a cero o bajo cero, la capital china se encontraba sumergida en una densa bruma blanquecina impregnada de un fuerte olor a carbón, y la densidad de las partículas peligrosas era superior en más de veinte veces al nivel de exposición recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Si esta organización admite 25 microgramos por metro cúbico de aire de partículas de 2,5.... de diámetro, a las 17.00 había hasta 625 microgramos, según la embajada estadounidense en Pekín y al sudeste de la ciudad, el pico llegaba a los 976. Por su tamaño, estas partículas penetran en los pulmones y cada año son la causa de miles de muertes prematuras en China. Los niveles que se esperaban en la vecina provincia de Hebei sobrepasaban también los 500 microgramos, según cifras oficiales.
Pekín decretó el fin de semana la «alerta naranja» al detectar el nivel de polución más elevado de este año. «Todo el mundo debe evitar salir en lo posible», incluso las personas con buena salud, precisó el portal meteorológico oficial chino. La alerta naranja señala concretamente que los niños en los colegios no deben salir al exterior, y algunas fábricas deben suspender su actividad.
«Apenas se puede ver a la gente», lamentaba un internauta en la red social china Sina Weibo. «Parece que la nube de contaminación ha bajado a la estación de metro». La llegada de un frente frío hoy debería ayudar a reducir los actuales niveles de contaminación en el norte del país, según la oficina china de protección del medio ambiente.
China, principal emisor de gases de efecto invernadero y primer consumidor mundial de carbón, tendrá un papel clave en la conferencia del clima de París (COP21). Según la prensa del país, el presidente, Xi Jinping, abogará por «un acuerdo histórico, equilibrado y justo» sobre las emisiones de carbono después de 2020 y defenderá los intereses de las economías en vías de desarrollo respecto al cambio climático, presionando a los países ricos para que lleven a cabo transferencias de tecnologías y de capitales».
La segunda economía mundial emitió entre 9.000 y 10.000 millones de toneladas de dióxido de carbono en 2013, cerca del doble que EEUU y casi 2,5 veces la contaminación de la Unión Europea.GARA
Pekín, sumergida en una niebla de polución, alegoría de la urgencia
La cumbre del clima de París sirvió también para mantener contactos al margen, como el de los presidentes de EEUU y Rusia, Barack Obama y Vladimir Putin, en el que abordaron la guerra siria y el conflicto de Ucrania. Según el Kremlin, coincidieron en una solución política en Siria y, tras el encuentro, los respectivos jefes de Estado Mayor abordaron por teléfono la lucha contra ISIS. En cambio, el Kremlin descartó una posible reunión en París entre Putin y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. El líder ruso ha ordenado la imposición de sanciones contra Turquía después del derribo por un caza turco de un bombardero ruso en la frontera con Siria. La tensión, lejos de relajarse, aumentó ayer cuando Putin aseguró que «la decisión de derribar el avión fue dictada por el deseo de garantizar la seguridad de las vías de suministro de petróleo al territorio de Turquía». Erdogan prometió dimitir si se demostraba la acusación de Putin.
Por otra parte, el ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, sugirió la posibilidad de colaborar con el Ejército sirio contra el ISIS, pero solo si Bashar al Assad no sigue al mando, una postura a la que se sumó la ministra alemana de Defensa, Ursula von der Leyen. En Londres, el Partido Laborista dio a sus diputados libertad de voto respecto a la propuesta de que Gran Bretaña se sume a los bombardeos en Siria, ante la intención de muchos de ellos de votar a favor del Gobierno.GARA