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Roberto Larrañaga (Confebask): «Las políticas de empleo no consiguen lo que no consigue el tejido productivo»

Roberto Larrañaga.

1. Observando los datos con los que se ha cerrado el ejercicio de 2015 en el capítulo de empleo/desempleo, ¿qué perspectiva tienen de cara al próximo año y a medio plazo?

2. ¿Qué medidas implantadas en los últimos años consideran que han sido positivas para la creación de empleo, es decir, para reducir el número de personas en paro?

3. ¿Qué medidas ha planteado o ha puesto en marcha con el objetivo de la creación de empleo la organización a la que pertenece?

4. ¿Cree necesario implantar programas específicos para determinados grupos de población: jovenes, mujeres...?

5. ¿Cómo valoran las políticas de empleo que las distintas instituciones han desarrollado en los últimos años como respuesta a la crisis económica?

6. De forma resumida, ¿por qué tipo de empleo apuestan: contratos indefinidos o temporales, horarios flexibles o fijos, salarios establecidos por convenios sectoriales o ligados al rendimiento de la empresa…?

1. De cara a 2016, nuestra previsión es que siga creándose empleo. Y que lo haga a un ritmo parecido al de 2015. Estaríamos hablando del orden de 18.000 nuevos afiliados a la Seguridad Social, y una tasa de paro del 13%, un 1’5% menor a la de 2015.

2. La nueva legislación laboral ha dado a las empresas la capacidad de adaptarse a los cambios y a los bruscos descensos de las ventas, modificando las condiciones de trabajo, y evitando despidos durante la crisis. Eso ha permitido entre otras cosas, salvaguardar puestos de trabajo y que muchas empresas no hayan tenido que cerrar. Y que cuando las ventas y la demanda crezcan, puedan incorporar trabajadores. A medida que el panorama mejore, también lo harán las contrataciones.

3. Para crear empleo, primero hay que adaptarse a los tiempos. Y es evidente que nuestras empresas y nuestra forma de funcionar es muy diferente a lo que había hace 30 años. Es ahí donde se entiende el nuevo modelo de Relaciones Laborales que planteamos, que supere el actual marco de confrontación por otro de colaboración, mutua confianza y transparencia. Si se percibe la empresa como un proyecto compartido, en donde todos rememos en la misma dirección, superando recelos y aplicando unos y otros su buen hacer profesional y su honestidad, el empleo, la estabilidad y el salario repuntarán.

4. Desde luego que sí. Y por eso, entre otras cosas, llevamos 25 años trabajando codo con codo empresas, gobierno vasco y centros educativos, en una formación profesional específica para nuestras empresas que a día de hoy, por cierto, es puntera en el estado español. Nuestro objetivo de aquí al 2020 es que el modelo vasco de FP dual, dirigido a las necesidades concretas de nuestra industria, implique a 7.000 jóvenes y más de 5.000 empresas. Y hay que tener en cuenta que la inserción laboral de la FP vasca en industria es del 90%. Es verdad que un asunto que tendremos que mejorar, y estamos en ello, es la incorporación de mujeres a la FP dual, hoy todavía muy por debajo de lo que sería satisfactorio.

5. Las políticas de empleo no consiguen lo que no consigue el tejido productivo. De ahí que lo primero que hay que tener en cuenta es que los que crean empleo de forma mayoritaria son los empresarios, no los gobiernos. Éstos sí pueden incentivar su creación con subvenciones directas a la contratación, ayudas fiscales y de otro tipo. Y en ese sentido, echamos de menos dos cosas: unos presupuestos con más inversión pública – que dinamice la economía vasca y genere más empleo – y una política fiscal que permita a nuestras empresas competir, al menos en igualdad de condiciones, con las de nuestro entorno.

6. Apostamos por la estabilidad. La temporalidad estructural es mala para el trabajador y también para la empresa. Lo que sucede es que hay que redefinir la estabilidad y, sobre todo, relacionarla con la flexibilidad. No es posible lo uno sin lo otro porque en tiempos de cambio constante solo es estable aquello que se adapta. De ahí que tengamos que trabajar en una mejor definición de esta relación entre los dos factores. Pero, eso sí, con un objetivo claro: ganar estabilidad.