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Entrevista
UNAI SORDO
SECRETARIO GENERAL DE CCOO EUSKADI

«El Gobierno Vasco apela a los sindicatos cuando los incendios ya están montados»

El secretario general de CCOO Euskadi, Unai Sordo, asegura que la puesta en marcha del contrato de relevo por parte del Gobierno de Lakua no sería suficiente para que el sindicato regrese a la mesa de diálogo social porque antes hay que «resolver otras cuestiones», entre ellas, otros acuerdos alcanzados en ese foro que están pendientes y un «debate de fondo» sobre el mismo modelo de diálogo social.


En una entrevista realizada por Europa Press, Unai Sordo recuerda que CCOO Euskadi decidió abandonar la mesa de diálogo social hasta que no se ejecuten los acuerdos adoptados en ese foro, entre ellos, el de las ayudas al contrato de relevo que, según anunció posteriormente el Ejecutivo de Iñigo Urkullu, podría aprobarse dentro de unas semanas. Sobre este punto se muestra escéptico: «Eso de que en el próximo Consejo de Gobierno se va a aprobar lo llevamos oyendo desde hace tiempo y hemos puesto pie en pared ante el reiterado incumplimiento de los plazos a los que el Gobierno y Lanbide se habían comprometido».

Resalta que la decisión de dejar el foro de diálogo no partió de «un calentón», sino de la «constatación» de que no ha habido voluntad de impulsar algunas medidas que están encima de la mesa, así como de la necesidad de abordar una reflexión «mucho más estratégica» sobre «cómo se articulan en el país las políticas de empleo y las políticas económicas, y qué papel tienen los agentes sociales en ese terreno».

Dice que su sindicato no tomará parte «en apuestas de diálogo para la foto ni en apuestas de poco recorrido» y que habrá que confirmar si se pone en marcha la medida del contrato de relevo con efectos retroactivos a 1 de enero de 2016. En todo caso, incide en que «hay más cosas que resolver».

Concretamente, CCOO considera que se deben afrontar temas como el plan de empleo de rehabilitación de viviendas y también una «reflexión de fondo» sobre el modelo de concertación al que aspira el Gobierno. «Esa incógnita hay que resolverla en los próximos meses porque, desde luego, el recorrido de una mesa de diálogo en el que se pacten medidas que parcheen situaciones como se está haciendo ahora está bien, pero no justifica un espacio de diálogo social», añade.

Diseño compartido

A su juicio, se debe afrontar un debate sobre el modelo de diálogo y la participación de los agentes sociales en el diseño del conjunto de las políticas de empleo y de algunas políticas de activación económica.

También cree que sindicatos, empresarios e instituciones tienen que tener un espacio de prospección y análisis sobre la evolución de las empresas y sectores para que, ante «cosas como estas de Arcelor, no se llame a los sindicatos solo cuando el pastel está ya en la mesa, cuando las situaciones están a punto de desbordarse».

A su juicio, es necesaria esa reflexión de fondo para «hablar de cosas de muchísimo calado sobre el futuro de este país».

«El Gobierno tiene que explicarnos hasta dónde está dispuesto a llegar en un esquema de ese tipo. Y, en ese caso, el sindicato nunca se va a negar a espacios de diálogo tripartito que sean útiles, pero ese esquema de acuerdos puntuales que luego tardan un año y pico en cumplirse está agotado», advierte.

Opina que «no es serio» que el «aparato institucional» de Lakua tarde tanto en poner en marcha las medidas y cree que es una cuestión de «voluntad política». Señala que el Ejecutivo autonómico da «muestras continuas» de que «tiene muy poco pulso político a la hora de decidir si, de verdad, quiere mantener un espacio de diálogo social o no». «A mí me da la impresión de que no tiene ningún entusiasmo, es algo que percibimos desde hace bastante tiempo y esa actitud me parece bastante lamentable».

El dirigente sindical indica que, si el Gobierno no tiene «voluntad de poner todo esto en marcha», no entiende «a qué se refiere el lehendakari, Iñigo Urkullu, cuando la semana pasada hace un llamamiento a los sindicatos ‘para arremangarse’. Aquí se tenía que arremangar todo el mundo».

Replica que el problema es que «el Gobierno apela a las centrales cuando los incendios están montados» y piensa en los sindicatos «como si fuéramos bomberos de la realidad».

Comenta que «no es defendible» hacer «apelaciones voluntaristas a arremangarse» cuando es «el propio Gobierno el que no está dando salida ni a los mínimos acuerdos que tenemos hasta ahora».

Confebask, en otro mundo

Por otra parte, ante el estudio presentado por Confebask sobre las necesidades de personal de las empresas, contesta que la patronal vasca «dice unas cosas que, a veces, parece que vive en un mundo distinto».

«Hablan de que el problema no es salarial en la contratación cuando están cayendo los salarios –añade–; hablan de que el problema no es de condiciones de trabajo cuando vemos que se están incrementado las diferencias entre unos contratos y otros, cuando vemos que cada vez hay más precariedad».