Camps defiende que participó «en una cumbre» sin saber que era el Valencia Summit
Francisco Camps, expresidente de la Generalitat valenciana, ha asegurado que participó en la cumbre Valencia Summit «sin saber qué era». El Instituto Nóos firmó un convenio de colaboración por 6 millones con la Generalitat Valenciana y la Sociedad Estratégica para la Promoción Turística de Valencia para organizar la candidatura para unos Juegos Europeos que no se celebraron.
El expresidente de la Generalitat valenciana Francisco Camps, quien ha comenzado a declarar como testigo en el juicio del caso Nóos, ha manifestado que participó en la inauguración de un congreso sobre turismo y deporte «sin saber que se llamaba Valencia Summit», uno de los eventos organizados por el Instituto Nóos y por cuyas tres ediciones la entidad percibió más de 3 millones de euros a pesar de que su coste real habría sido de unos 900.000.
«Lo he sabido después», ha aseverado Camps, quien ha negado haber dado orden alguna en relación a este proyecto puesto que del mismo se encargaba la Ciudad de las Artes y las Ciencias (Cacsa), «un monstruo de una dimensión enorme».
Sí ha reconocido que en 2005 dio «impulso político» a la preparación de la candidatura de la Comunidad Autónoma en los denominados Juegos Europeos (JJEE), trabajos que recayeron en el Instituto Nóos por un total de 383.000 euros públicos a pesar de que no existen constancia de que éstos se llevaran a cabo.
A preguntas de la fiscal anticorrupción Ana Lamas, el exalto cargo del PP ha manifestado que sabía que Iñaki Urdangarin «estaba detrás» de la entidad, si bien ha precisado que «lo importante no eran Nóos ni Urdangarin, sino los JJEE».
Camps renunció «por españolidad»
El Instituto Nóos firmó un convenio de colaboración por 6 millones con la Generalitat Valenciana y la Sociedad Estratégica para la Promoción Turística de Valencia para organizar la candidatura para los Juegos Europeos. De esa subvención para los Juegos Europeos, que nunca se celebraron, la Generalitat abonó a Nóos 382.000 euros y rechazó facturas por casi 2 millones de euros.
Según ha apuntado el propio Camps, renunció en 2007 a organizar los JJEE de 2010 a petición del Comité Olímpico Español (COE) «por lealtad, por patriotismo y por españolidad» para no interferir en las aspiraciones de Madrid de organizar los Juegos Olímpicos de 2016.