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Rivera se reunirá mañana con Rajoy pese a que este ignora sus condiciones

No ha sido Albert Rivera sino José Manuel Villegas el que ha comparecido para fijar la posición de Ciudadanos sobre el desplante del presidente español, Mariano Rajoy. Este se ha presentado por la mañana para anunciar que quiere iniciar un proceso de negociación pero ignorando las seis condiciones impuestas por el partido naranja. Rivera y Rajoy se verán mañana a las 13.00 horas. 

Rajoy y Rivera posan para los medios antes de su última reunión. (GERARD JULIEN /AFP)

No era plaza fácil para José Manuel Villegas, portavoz de Ciudadanos. El desplante de Mariano Rajoy, que ha anunciado el inicio de un proceso de diálogo ignorando las condiciones impuestas por su partido, le dejaba contra la espada y la pared. Levantarse de la mesa era un paso más hacia las terceras elecciones y Ciudadanos es el menos interesado en ello. Seguir como si nada hubiese ocurrido implicaba pasar por debajo del futbolín y quedar ante la opinión pública como un partido humillado.

Al final, la semántica se ha convertido en el aliado del partido naranja. Albert Rivera acepta la cita con Rajoy para mañana a las 13.00 horas pero únicamente para saber si acepta o no sus seis condiciones. Es decir, que volvemos al mismo lugar en el que estábamos ayer. Así, mientras Ciudadanos puede decir que va al encuentro a exigir su plan «anticorrupción», el PP puede alegar que la de mañana es la primera reunión de la negociación de cara a la investidura.

Villegas, que ha sustituido a Rivera ante la prensa, ha descartado poner fechas límite pero ha considerado que una investidura posterior a las elecciones de la CAV y Galiza del 25 de setiembre podrían al Estado en una posición de incumplimiento respecto a sus socios europeos.

Ha reconocido que esperaba que Rajoy diese hoy una respuesta pero se ha mantenido cauto y no ha querido dar un portazo. Como principal amenaza, el portavoz de Ciudadanos ha esgrimido que, si no se aceptan sus condiciones, no modificarán su posición en una sesión de investidura, lo que implicaría votar «no» en primera vuelta y abstenerse en la segunda. Claro, que una de las condiciones es que se fije fecha para esa sesión. Y no parece que Rajoy esté dispuesto a someterse al Congreso si no tiene garantizados los apoyos. Al final, es la pescadilla que se muerde la cola. Aunque, en este caso, es el pez grande, el PP, el que tiene todas para comerse al pequeño, que es Ciudadanos.

«Para un no debate no hacía falta perder siete días y podíamos haber aprovechado este lapso de tiempo», ha señalado Villegas, visiblemente molesto. «Seguimos a la espera. Esperamos que mañana salga esa concrección y podamos avanzar», ha reiterado. Es decir, que después de una semana de espera, Rajoy obliga a Rivera a esperar en el hall otras 24 horas. Y este sabe que no tiene opción a darse la vuelta.