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DOS DE LAS 3.000 SIMAS DE LARRA, ENTRE LAS MÁS HONDAS DEL MUNDO

Hace 50 años se alcanzó en la sima de San Martín el récord mundial de profundidad. Ahora se encuentra en el puesto 17, con -1.410 metros de desnivel, pero los espeleólogos esperan alcanzar la cota -1.800 metros. Eso la situaría en el tercer puesto del mundo.


El pasado día 12 rescataron en una sima de Larra, en territorio navarro, a un espeleólogo francés que permaneció 76 horas herido a 210 metros de profundidad. Casualmente, solo un día después se celebró en Areta (Arette) la asamblea plenaria de la Association de Recherches Spéléologiques Internationales de la Pierre-St-Martin (ARSIP), organización que fue fundada en agosto de 1964 en una cabaña próxima al mugarri 262, más conocido como Piedra de San Martín. Para entonces, el macizo de Larra ya estaba reconocido como uno de los más importantes del mundo, y todavía alcanzó más notoriedad cuando esta asociación dio un gran impulso a las exploraciones internacionales. Fruto de ello fue el descubrimiento de la sima Basabürükü Leizea-Tête Sauvage, que se convirtió en récord mundial de profundidad tras alcanzarse la cota -1.252 metros.

En la asamblea plenaria de ARSIP se eligió un nuevo equipo, presidido por Jean-Paul Guardia, y se celebró el 50 aniversario del récord mundial de profundidad con una visita a la sima de la Piedra de San Martín, en la que participaron unos 160 espeleólogos de varias generaciones.

Larra sigue siendo en la actualidad uno de los macizos kársticos más importantes del mundo, con unas cifras abrumadoras. Su red de sistemas hidrológicos tiene unos 440 kilómetros de desarrollo, y cuenta con unas 3.000 simas catalogadas por una docena de expediciones de diversos países, de las que 170 están equipadas con sistemas de seguridad. Allí se encuentra también La Verna, la tercera sala subterránea más grande del mundo, a la que se pueden realizar visitas turísticas. Curiosamente, la segunda más grande del planeta, la Torca del Carlista, está en el otro extremo de Euskal Herria, en la muga entre Bizkaia y Cantabria.

De esas 3.000 simas catalogadas, la más conocida internacionalmente es la de la Piedra San Martín. Su profundidad vertical es de 1.410 metros, lo que la sitúa en el puesto 17 del mundo. También está en Larra, cerca de la muga con Huesca, la sima Illaminako Ateeneko Leizea (denominada BU-56, por estar en el paraje de Budogia), que tiene 14,5 kilómetros de desarrollo y se encuentra en el puesto 18 del ranking mundial de profundidad, con una cota de -1.408 metros.

Esperan llegar a los -1.800 metros

Las exploraciones espeleológicas en el gran complejo de la Piedra de San Martín no cesan. Expediciones de grupos belgas, franceses, ingleses, húngaros, españoles, catalanes y vascos continúan realizando numerosas visitas con fines deportivos y científicos. Algunos de estos grupos han realizado progresiones hacia la base del Anie (Auñamendi) con la esperanza de alcanzar los 1.800 metros de desnivel subterráneo, pero son campañas que requieren un esfuerzo humano descomunal. Si lo consiguen, esta cavidad se situaría como la tercera del mundo en profundidad, solo superada por la sima Sarma, de Georgia (-1.830 metros) y la sima Krúbera-Voronya (Abkhazia), que se adentra en la tierra nada menos que 2.197 metros.

Ríos subterráneos

Las exploraciones espeleológicas en Larra también están ayudando a hacer el ‘‘mapa’’ de su inmensa red hidrológica. Esta zona kárstica es una de las que recibe mayor cantidad de precipitaciones de Euskal Herria, gran parte de ellas en forma de nieve, que se filtran entre la piedra caliza y acaban creando auténticos ríos subterráneos.

Uno de los últimos en ser descubierto se bautizó como Río de la Mesa de los Tres Reyes, porque la cavidad que llevó a los espeleólogos hasta él se encuentra en la ladera sur de esta montaña, la más elevada de Euskal Herria. La exploración de la cavidad comenzó en el 2000, y dos años después se produjo el descubrimiento del río.

Si se consigue enlazar esta cavidad (denominada E-2000) con la BU-56, se alcanzarían los 1.700 metros de profundidad y se situaría en el cuarto puesto del ránking mundial.

Curiosamente, la gran mayoría de las precipitaciones que caen en Larra van a parar a la vertiente norte, hacia Zuberoa y Bearne, de ahí que el río Belagua, que aguas abajo se convierte en el Ezka, tenga aportaciones más bien escasas.