Trump logró abrir grietas en el voto que esperaba Clinton
Un análisis más reposado y pormenorizado de los resultados revela matices desapercibidos en la vorágine informativa, pone en cuestión lugares comunes y evidencia la fractura de la sociedad estadounidense. Al punto de que, pese a perder por la mínima, Trump será el quinto presidente de EEUU electo sin haber logrado más sufragios que su rival.
Precisamente, es esa delgada línea entre el triunfo y la derrota lo que, más allá de las peculiaridades del sistema electoral estadounidense, pone en valor lo acertado de la campaña electoral de Donald Trump y de sus asesores, que supieron tocar las teclas adecuadas en esta era de convulsión y de cambio.
Y eso es, paradójicamente, lo que aterra. Que un candidato con semejante perfil y mensaje logre ese plus imprescindible que permite triunfar en política.
Trump ha logrado mantener la mayoría del voto republicano «rural», al que ha sumado el de varios millones de votantes de clase trabajadora (cuellos azules) que se sienten a la deriva por la destrucción de puestos de trabajo producida por los cierres de fábricas y las deslocalizaciones en las zonas industriales.
Uno de cada cinco votantes más pobres (con ingresos inferiores a los 30.000 dólares anuales) dejó el martes de votar demócrata, lo que a la postre fue decisivo para la derrota por la mínima de Hillary Clinton en estados bisagra como Wisconsin, Michigan y Pensilvania.
Ese a la postre definitivo impulso a Trump no le supuso lograr más votos que sus predecesores, John McCain (2008) y Mitt Romney (2012), pero logró cimentar su victoria, arrolladora entre el electorado blanco (58%), masculino (63%) y con pocos estudios (ganó con holgura en las zonas donde más del 75% carece de estudios universitarios).
Trump ha sumado así al voto identitario tradicional republicano el de los demócratas reaganianos del cinturón industrial, que en las primarias de 2008 apostaron por Clinton frente a Obama y que en las presidenciales de ese año y, aunque menos, en las de 2012, votaron por el ya presidente saliente.
Las minorías
Además de la de los jóvenes, la participación de las minorías latina y negra, tradicionalmente menor que la de los blancos, no fue activada esta vez suficientemente por Clinton respecto a Obama (entre 7 y 10 puntos menos). Pero, con ser este dato decisivo, sorprende la ligereza analítica con la que algunos se llevan las manos a la cabeza por que el 29% de los latinos votaran a Trump. Como si esta minoría fuera monolítica, como si no hubiera latinos de quinta generación (e incluso oriundos del suroeste de EEUU). Y como si no hubiera latinos social y moralmente conservadores.
Otro tanto ocurre con el hecho de que el 53% de las mujeres blancas hayan votado a Trump. Y es que centrar la cólera proTrump en los mineros de Virginia y los obreros del automóvil de Michigan olvida que las mujeres blancas enfadadas también existen. Y que, más allá, existen también, y no pocas, las votantes republicanas fieles y que no votarían nunca a un(a) Clinton, hombre o mujer.
El voto en propiedad
Así como hay mujeres machistas y otras que consideran secundarios sus derechos, tampoco es la primera vez que un obrero vota a un multimillonario excéntrico.
La sangría de voto «popular» que sufre no ya la, a efectos electorales testimonial, izquierda en EEUU sino el centrismo demócrata últimamente asociado con el elitismo y la soberbia intelectual tampoco es nueva, lo que no quiere decir que no sea extremadamente preocupante.
La cuestión es que Trump y sus asesores vieron ese hueco. Y lograron, con promesas incongruentes, penetrar en él, hasta llegar a la Casa Blanca..
Las protestas se multiplican en EEUU
Las protestas por la elección de Donald Trump como sucesor de Barack Obama en la Casa Blanca se extienden por todo el país. «No es mi presidente», es el grito que se ha escuchado en las manifestaciones que ayer llegaron hasta las torres Trump en Chicago y Nueva York. Estas protestas se saldaron ayer con un herido de bala en la ciudad de Portland, cuando una personas armada disparó desde su vehículo contra los manifestantes. En su primera entrevista, a “The Wal Street Journal”, Trump señaló que algunas partes de la reforma sanitaria de Obama le gustan y podrían mantenerse. Pero la incertidumbre sobre el futuro del sistema de seguros médicos ha disparado el número de solicitudes para contratar una póliza, y 100.000 personas intentaron hacerlo el miércoles, unas horas después de la elección de Trump, informó la Casa Blanca. Su anulación dejaría sin seguro médico a más de 20 millones de personas.GARA