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Exposiciones y una feria de belenes anticipan el ambiente navideño

La temporada de belenes se ha iniciado en Bilbo con la celebración de la octava edición de la Feria Belenista de San Nicolás en el Paseo del Arenal y con exposiciones en diferentes puntos de la villa, en la que ya brillan las 1,2 millones de bombillas que integran la iluminación navideña.

Feria Belenista de San Nicolás.

El cielo despejado y soleado del sábado contrastaba poderosamente con la estampa que se presentaba en el Arenal, donde una zona con «stands» invitaba a los transeúntes a adquirir productos para sus belenes y a anticiparse a las fechas navideñas.

Un hombre vestido con ropas de abrigo y tocado con una txapela deambulaba entre los puestos tocando el txistu y el tambor, y poniendo la nota de color en una zona donde los primeros curiosos empiezan a reunirse ante las figuras y accesorios artesanales que se ofrecen.

Esteban Iglesias, escultor de Bilbo, participa por primera vez con un puesto en el evento. «Traigo figuras hechas a mano, e intento poner mi granito de arena y de color modelando en vivo delante de la gente que viene, haciendo piezas totalmente únicas, que es algo que muchas personas buscan para su belén», afirma.

Por los «stands» de la feria se pueden ver belenes curiosos, como uno de la Asociación Belenista Santos Justo y Pastor, de Bilbo, construido dentro de la carcasa de un televisor antiguo, u otro hecho dentro de una hogaza de pan simulada, en el puesto de la Asociación Belenista de Bizkaia.

Según uno de los representantes de esta asociación vizcaina, Javier Basaldua, «las tiendas especializadas en belenes que había antes en Bilbao han desaparecido, por lo que esta feria es una de las únicas oportunidades para adquirir este tipo de piezas».

Marino Montero, que colabora con Santos Justo y Pastor -asociación bilbaina que organiza la feria-, destaca la asistencia de gente de fuera al evento. «El año pasado vino incluso gente de Burgos. Además, este año prácticamente se han duplicado los puestos, tenemos 18 por los 10 del año pasado», explica.

La agrupación bilbaina también ha traído asociaciones belenistas de diferentes puntos de la geografía española. Así, hay un «stand» de Huesca que ofrece miniaturas hechas con materiales reciclados, uno de la Asociación Belenista Castellana, de Valladolid, o uno de los Belenes Chirivella, de Valencia.

Álvaro Chirivella, representante del negocio valenciano, afirma que viene a Bilbo desde la primera edición de la feria. «Traemos piezas para que la gente complemente sus propios belenes. Puentes, lagos, casas, figuritas... Dependemos mucho del tiempo, pero cuando salen días sin lluvia la gente se anima a venir», comenta.

Con el paso de la mañana, algunos de los asistentes se reúnen en torno al txistulari y se animan a sacar vasos y descorchar una botella de txakoli, y cada vez más gente se detiene a admirar los productos de los puestos.

La mayoría de los asistentes son personas de edad relativamente avanzada, ya que a esta hora la gran mayoría de los niños se encuentran en el colegio. Según Javier Basaldua, «el fin de semana es cuando más vendemos, porque las familias vienen con los niños, que son más impulsivos a la hora de elegir algo que les gusta».

Además de artículos de belenes, en la feria también hay puestos que complementan la oferta con alimentos artesanos, pasteles, libros o juguetes de madera, entre otros.

En cuanto a las exposiciones, se organizan en nueve puntos de Bilba con múltiples belenes. El presidente de la Asociación Belenista de Bizkaia, Jesús Uresandi, explica que el público más habitual suele estar compuesto por familias con niños o por excursiones concertadas de colegios.

Según Uresandi, un ejemplo es la exposición del Museo de Pasos, con un total de 13 belenes, que es «la más social que se realiza, ya que las personas sin mucha experiencia que quieren colaborar suelen hacerlo ahí».