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El sacerdote chantajeado borró su ordenador después de hablar con el arzobispo

El cura que denunció la extorsión por parte de una banda que tenían una foto sexual de él con un joven de 17 años borró los datos de su ordenador después de hablar en persona con el arzobispo.


Al menos cuatro curas navarros han sido extorsionados por tres personas de nacionalidad rumana que utilizaban a un menor de 17 años como cebo. Solo se sabe de uno de ellos que haya denunciado. Este sacerdote, Eugenio Lecumberri, borró toda la información de su teléfono móvil y su ordenador antes de presentar la denuncia. Previamente se había puesto en contacto con el Arzobispo de Iruñea, que puso a su disposición a los servicios jurídicos de la diócesis.

Según consta en las diligencias del caso, el entonces párroco de Taxoare sufrió el primer episodio de extorsión el 19 de enero del pasado año. Después de diez días presionado por la supuesta banda, puso los hechos en conocimiento del arzobispo Francisco Pérez. Esta reunión se produjo el 29 de enero. Desde ese momento, Lecumberri actuó asesorado.

Sin embargo, cuando presentó la denuncia (el 11 de febrero), el sacerdote no entregó ni si móvil ni su ordenador, pese a que en ellos se encontraban las llamadas amenazantes y los correos pidiendo dinero. El cura excusó la no entrega de su teléfono en que había cambiado de número, debido a que intentó esquivar las llamadas de los chantajistas. No obstante, cuando la Policía le requirió los menajes de WhatsApp el 24 de febrero, él manifestó «haber borrado todas las conversaciones de la aplicación». Entre las llamadas borradas hay algunas posteriores a su encuentro con el arzobispo, por lo que el sacerdote actuaba ya asesorado por la diócesis.

De igual forma se puede determinar que el borrado del ordenador se produjo también mientras el cura tenía el apoyo judicial del arzobispo, ya que entregó la transcripción escrita a mano de un correo electrónico que había eliminado de su cuenta. Según obra en las diligencias, ese correo llegó a inicios de febrero. Es decir, días después de su reunión con Pérez. En ningún momento se explica cómo los chantajistas llegaron a tener acceso a su correo.

El 1 de marzo, el vicario judicial del Arzobispado envió una nota advirtiendo de la amenaza que suponía esta banda. Ordenaba a todos los chantajeados avisar a la diócesis y no acceder al chantaje, pero no decía nada de acudir a la Policía.

 

Otro cura pagó 100.000 euros a la banda de extorsionadores

Los tres rumanos que van a ser juzgados como organización criminal por estos chantajes recibieron decenas de miles de euros. Lecumberri admitió haber pagado 39.0000 euros, pero manifestó saber de otro sacerdote que les entregó más de 100.000 euros. Aunque se sabe que al menos hay tres curas más, solo se ha identificado públicamente a uno de ellos: Santos Villanueva. El anterior párroco de San Lorenzo abandonó sus funciones supuestamente por miedo a los extorsionadores. En realidad, la supuesta banda fue detenida enseguida, pero aún así Villanueva pasó varios meses en Canadá, donde tiene familia, hasta que se calmaron las cosas. La de San Lorenzo es una de las iglesias con más devoción de Nafarroa, ya que se encuentra en ella la capilla de San Fermín. Actualmente, San Lorenzo ha iniciado una campaña de recogida de fondos para reacondicionar esta capilla (que cumple 300 años). Necesitan 116.000 euros para las obras, un poco menos que lo que se pagó a los chantajistas.