Gernika, 80 años de mentiras radiografiadas a cuatro voces
En el marco de la extensa conmemoración del bombardeo de Gernika, Xabier Irujo, María González Gorosarri, Ingo Niebel e Iñaki Egaña se han dado cita esta tarde en Astra para mirar atrás y tratar de arrojar luz a lo sucedido hace 80 años. También para debatir sobre el lugar que, en el futuro, Euskal Herria debe dar a lo sucedido en esta villa.
Ocho ojos ven mejor cuando de lo que se trata es de arrojar luz sobre lo ocurrido hace 80 años en Gernika, así como sobre las versiones propagadas con posterioridad. Ardua tarea a la que han dedicado la tarde el director del Center for Basque Studies de la Universidad de Nevada (EEUU), Xabier Irujo, la profesora de la UPV/EHU María González Gorosarri, el periodista e historiador Ingo Niebel y el también historiador –aunque hoy en el papel de moderador– Iñaki Egaña. Los cuatro han hablado largo y tendido en Astra, a solo dos jornadas de que llegue el 80 aniversario del bombardeo de Gernika.
Irujo, autor de un reciente libro sobre el tema (“Gernika, 26 de abril de 1937”, editorial Crítica), ha sido contundente a la hora de zanjar el debate sobre la calificación de genocidio a la política franquista hacia Euskal Herria. «Sí, sin duda, es genocidio. Puede haber genocidio sin matar a una sola persona, de lo que se trata es del intento de eliminar el patrón nacional, la red cultural de un grupo humano», ha asegurado Irujo.
Tras anunciar que en otoño publicará otro trabajo con las 35 grandes mentiras sobre el bombardeo de Gernika, Irujo ha lamentado que «la verdad lleva incinerada 80 años, primero se hizo a base de terror, y cuanto más terror se ejerce sobre una verdad, más tarda en hacerse ver, sobre todo porque la mentira no se entierra con terror, sino con verdad». «Si alguien escribe hoy en día que murieron menos de 600 personas le está dando la razón a Queipo de Llano y llamando mentiroso a (Noel) Monks», añadió Irujo en referencia al periodista del ‘Daily Express’ que visitó Gernika tras el bombardeo.
Niebel, por su parte, lamentó que en Alemania no ha habido grandes trabajos sobre el bombardeo de la legión Cóndor en Gernika, y advirtió sobre cierto revisionismo que empieza a cuajar también en el país germano.
Sin embargo, subrayó la diferencia entre Berlín y Madrid a la hora de afrontar la memoria histórica. «El nazismo sufrió su Leningrado y después su Nuremberg», apuntó, antes de recordar que, por ejemplo en Colonia, el cuartel de la Gestapo se convirtió en un Museo sobre la Memoria. «¿Aquí dónde lo pondrían? ¿En Intxaurrondo? La diferencia es que la Gestapo desapareció y la Guardia Civil sigue», ha añadido Niebel.
Por su parte, González Gorosarri ha recordado que durante estos 80 años, desde el primer día, han existido dos verdades: «la oficial, que es mentira, y la del pueblo». Una lógica que sigue hoy en día: «Ahora admiten que hubo un bombardeo fascista, pero dicen que se les fue la mano a alemanes e italianos, que el objetivo militar era el puente de Errenteria».
La profesora de la UPV/EHU, que también ha abogado por la utilidad de la memoria histórica como espacio de activismo político, ha añadido que el mejor ejemplo de que las cosas no han cambiado tanto es que la conmemoración del bombardeo en Madrid se limita a homenajear el cuadro de Picasso. «Como podría haber sido “Las señoritas de Avignon”», ha lamentado.