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Los partidos alemanes miran con un ojo a París y con otro a Kiel

Hoy 2,3 millones de alemanes están llamados a votar el parlamento de Schleswig-Holstein, preludio de las elecciones de Renania del Norte-Westfalia del próximo domingo. En ambos casos el SPD se juega el poder ante una CDU reforzada en las encuestas a nivel nacional.


Desde que los sondeos fracasaron en varias elecciones regionales alemanas, hay que mirar también con cautela las encuestas que tratan de pronosticar el resultado en Schleswig-Holstein. Además, el 35% del electorado se declara indeciso ante estos comicios que deciden la composición del parlamento del estado federal más norteño de la República Federal y que garantiza a la minoría danesa (SSW) su presencia en el hemiciclo aunque esta no supere el eliminatorio 5% de los votos.

En la capital, Kiel, el ministro-presidente socialdemócrata Torsten Albig (SPD) corre el peligro de perder la mayoría, garantizada por el tripartito con los ecologistas Verdes y el SSW.

Le disputa el primer puesto la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Daniel Günther, que ha recibido el apoyo directo de la canciller Angela Merkel, quien ha recuperado una amplia distancia a su rival socialdemócrata Martin Schulz a nivel nacional. En unos comicios nacionales la CDU podría obtener el 36% de los votos y el SPD el 28%, pero en Kiel el margen se reduce a 32 puntos para democristianos y 29 para socialdemócratas. Sea como fuere necesitarán a un socio para gobernar.

Por ser la tercera fuerza política luchan los Verdes (12%), y el Partido Liberaldemocrático (FDP-11%). Ambas formaciones podrían servir de socios a la CDU o al SPD, siempre que estos no opten por una Gran Coalición. «Todo apunta a una coalición jamaicana» afirmó el líder regional del FDP, Wolfgang Kubicki, aludiendo a los colores con los que se suele identificar a los tres partidos (CDU-Verdes-FDP). La alternativa sería la denominada «coalición semáforo», encabezada por el SPD, con el FDP y los Verdes como socios.

No está claro que el partido socialista Die Linke vaya a superar el 5%. Los sondeos lo ven en el 4,5%, lo que duplicaría el porcentaje de votos obtenidos hace un lustro.

Igual de dudoso es si la xenófoba Alternativa para Alemania (AfD) logrará más de 5 puntos. Su fracaso sería el primero después del congreso del partido en abril y de una serie de éxitos regionales que han confirmado hasta ahora su consolidación a lo largo del territorio alemán.

El auge de Die Linke se explica por la peculiar situación social en Schleswig-Holstein y por la política social del Ejecutivo el SPD. La formación socialista ha llevado su campaña por este flanco, denunciando que el land cuenta con el mayor número de alumnos que dejan la carrera sin haberse graduado y que en el occidente alemán es el número uno en salarios mínimos. Además denuncia la falta de viviendas de alquiler moderado o las altas tarifas de las guarderías municipales. A consecuencia del resultado de 2012, Die Linke ha optado por las primarias y una nueva política comunicacional, además de buscar apoyo en movimientos sociales. Está por ver si los esfuerzos han sido suficientes para que su candidata principal, Marianne Kolter, vuelva al hemiciclo después de cinco años de ausencia.

Un factor que podría favorecer a Die Linke es la debilidad de los Verdes que en el ámbito del ecologismo y la ayuda a los refugiados lucha por los mismos votantes. Los ecologistas están viviendo a nivel nacional, pero también en Renania del Norte-Westfalia, una considerable pérdida de simpatía, Die Linke quizás pueda soñar también con imponerse a la AfD como tercera fuerza a nivel nacional.

En Renania, la opositora CDU lleva un empate técnico con el SPD que gobierna aún con los Verdes el land más poblado de la RFA. Tanto en Düsseldorf como en Kiel la composición del futuro ejecutivo dependerá de la fuerza de los liberales y de si los Verdes pueden dar la vuelta a su tendencia a la baja pero aparte de la aritmética de los escaños, el color de cada gobierno no supondrá ningún cambio político esencial si no participan Die Linke o la AfD.