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Mohamed VI afronta la mayor crisis tras 20 años de reinado

El levantamiento popular en el Rif va a más y ya es la mayor crisis de los 20 años de reinado de Mohamed VI. Se especula con su visita inminente a la zona. Tanques y vehículos con artillería rodean Alhucemas en una imagen que recuerda a la época de su padre, Hassan II


Las marchas solidarias con los presos del levantamiento popular en el Rif (Hirak) se suceden. La última, el pasado domingo en Casablanca fue multitudinaria y se retransmitió en directo a través las redes sociales. Sabiéndose perdedor en la batalla de internet, Rabat ha apostado por la censura y el apagón de información. Varias veces ha cortado la conexión de internet mientras sucedía una carga policial.

El régimen no reconoció hasta anteayer la muerte del joven manifestante Imad el-Atabi, herido grave en la cabeza por la Policía en una protesta el pasado 20 de julio contra las detenciones de los líderes del Hirak. Fuentes cercanas han asegurado una y otra vez en las redes sociales (con fotos incluidas) que falleció la semana pasada. Sus familiares denunciaron que no les dejan ver el cadáver.

En protesta por su situación varios líderes y activistas comenzaron hace casi más de un mes una huelga de hambre. Muchos ya la han abandonado a la espera de nuevas directrices llegadas de los miembros que pudieron escapar al Estado español y que actualmente están huidos en Málaga. Uno de ellos es Rabia Al Ablaq, que pasó 38 días en huelga de hambre.

Debates internos

El movimiento debate actualmente convocar una huelga general mientras ultima huelgas parciales. Hay sectores que abogan por la acción directa.

La crisis del Rif, la más grave que el rey Mohamed VI afronta desde que llegara al trono en el año 1999 no tiene visos de mejorar. Incluso el nuevo presidente francés, Emmanuel Macron, llevó este tema en su agenda como primordial en la visita que realizo al país magrebí a mediados de junio. Poco trascendió de esa reunión en lo que al levantamiento del Rif se refiere.

Discurso del rey

La región del Rif estuvo atenta el pasado 29 de julio a la televisión. El monarca Mohamed VI ofreció su discurso un día antes de la celebración por sus 20 años de trono. Conocido como «la fiesta de la entronización», quien sucediera allá por el 97 a Hassan II, concede indultos a los presos de las cárceles, pero solo a aquellos que lo piden después de mostrar arrepentimiento y asumir la culpa del crimen cometido.

Entre los indultados este año y en lo que concierne al «problema» (término utilizado por el palacio para referirse a las zonas del Sahara y Rif) solo 40 volverán a pisar la calle, los otros 180 siguen aún en la sombra. 40 activistas y periodistas menores de un total de 1.187 indultos.

En un discurso de marcado carácter populista, Mohamed VI achacó el inicio de las protestas en Alhucemas, que se extendieron como pólvora por el Rif, a la incompetencia de los políticos «que están alejados del pueblo». «El palacio real nunca ha condenado el baño de sangre que Hassan II coordinó en 1958 cuando revueltas con casi las mismas peticiones que las actuales irrumpieron en las calles de Alhucemas», recuerda el activista Faisal: «si eso no es estar alejado de la voluntad del pueblo no se qué más debemos esperar».

Criticado por los detractores y aplaudido por afines a la monarquía, el discurso no dejó indiferente a nadie. Se especula en los últimos días con una visita del monarca a Alhucemas. Ziani asegura por teléfono que las hileras de camiones militares son interminables y que se extienden a lo largo de varios kilómetros en todas las entradas a Alhucemas e Imzouren. El taxista, que hace varias veces el recorrido entre estas dos ciudades y se niega a identificarse más, asegura a GARA que «hay artillería pesada en los montes de alrededor de estas ciudades y varios Toyota con artillería ligera. Paran a todos los que quieren entrar a las ciudades, sin excepciones».

«Las calles están siendo pintadas, según en qué zonas andes te requisan incluso el móvil, hay más policía de incógnito que de costumbre y eso que ya teníamos muchos antes», insiste el taxista.

Mientras tanto, el régimen trata de controlar a los dirigentes y militantes del Hirak en las redes sociales. Se sospecha que varios de ellos fueron detenidos gracias a la geolocalización de sus smartphone, arma de comunicación de los activistas. Al sospechar de esto, los líderes que no habían sido detenidos cesaron de utilizar cualquier tipo de aparato que tuviera conexión, como por ejemplo el portavoz y mano derecha de Zafzafi, Reda Benzaza –entrevistado próximamente por GARA–. Actualmente en busca y captura por la policía marroquí, Benzaza «no se conectó hasta asegurarse que no podrían localizarle por su actividad en Facebook», aseguran fuentes del movimiento.

Uno de los artífices de este masivo espionaje a simpatizantes en la red ha sido la empresa Mena Media Consulting gracias a su contrato con el Ministerio de Interior. Si bien la empresa fue fundada por un familiar de los jeques saudíes y actualmente su capital es oficialmente casi en su totalidad del país saudita, varias informaciones que circulan por la red desde hace años aseguran que el verdadero dueño y gestor de esta compañía es Fouad Ali el Himmam. Mano derecha desde joven del monarca alauita y su asesor de confianza desde su entronización, mueve los hilos desde esta atalaya de varios medios de comunicación afines al monarca y promueve el espionaje a la disidencia que pueda dar quebraderos de cabeza al majzén. El Himmam incluso creó en el año 2008 el Partido Autenticidad y Modernidad (sin que llegara a ocupar ningún puesto de importancia) afín al Palacio Real y segundo en las elecciones presidenciales. El PAM se ha convertido en azote del Movimiento Popular del Rif.

Ello no ha impedido la dimisión estos días del secretario general del PAM, Ilyas al Omari, a quien el rey ha convertido en cabeza de turco para intentar conjurar la crisis.

Imágenes de Abdelkrim

Una crisis que va a más y que la visita del rey podría espolear. La presencia de banderas amazigh y de retratos del rifeño Abdelkrim –histórico líder de la lucha de liberación anticolonial– la división en el seno del Ejército, la prensa oficialista y la opinión pública es cada vez mayor. Nunca estos sectores habían estado tan divididos por una crisis interna desde que Mohamed VI se coronara rey. Ante este levantamiento de los «nuevos discípulos de Abdelkrim» Europa mira de reojo. Lo único que espera Bruselas es que el régimen alauíta, reconocido por la UE como «gendarme europeo del África del Norte» no se desestabilice y pueda acallar las protestas. Ni a Bruselas ni a París les interesa un Magreb desestabilizado.

 

El rif, una tierra indómita escenario de sucesivas revueltas ahogadas en sangre

En 1958 las protestas contra las políticas del gobierno marroquí (que poco antes había dejado de ser un protectorado francés y no admitía representantes rifeños en la administración) derivaron en revueltas cuando la frontera entre el Rif y Argelia fue cerrada por las tensiones entre Rabat y Argel.

Al grito de «¡Invasores árabes fuera del Rif!», los rifeños sintieron que volvían a ser colonializados después de haber luchado durante años contra las metrópolis de España y Francia. Para sofocar las protestas, un joven Mulay Hassan se puso al frente de las tropas marroquíes que bombardearon con ayuda francesa, y usando fósforo blanco y otras armas prohibidas años después, a la población civil con el pretexto de que «daban cobijo a los terroristas». Aún a día de hoy, la cifra de víctimas mortales de aquella masacre con armas químicas sigue siendo un misterio, ya que, por miedo a represalias, los familiares enterraban a sus seres queridos en las montañas; familiares que además no constaban en ningún registro civil.

Historiadores marroquíes manejan un balance aproximado de un millar de muertos en el bando rifeño. Años más tarde, y en vísperas de la Marcha Verde que colonializaría el Sahara hasta entonces ocupado por España, Mulay Hassan, convertido ya en Hassan II, el monarca marroquí padre del actual, mostró su verdadero perfil criminal en una entrevista informal con los periodistas que aguardaban la entrada en la región, en el transcurso de la cual se jactó de sus acciones en el Rif y dijo que si era necesario ejecutar a más de 3.000 saharauis como hizo en el 59 con los rifeños, lo haría sin pestañear.

Casi 60 años más tarde las movilizaciones volvieron a surgir en esta indómita tierra para Rabat. Mohsin Fikri murió aplastado en un camión de basuras en Octubre del 2016 cuando intentaba recuperar el pescado incautado por la Policía maroquí. Ese pescado que un policía arrojó dentro de la trituradora por negarse a pagar un soborno. «Accidentalmente», la máquina se puso en marcha con el joven vendedor dentro, que murió triturado. La muerte fue grabada en video y se viralizó en internet despertando la ira de los rifeños.

Hartos de que el majzén (gobierno en la sombra que rige el país magrebí sin ninguna garantía democrática) ninguneara a la población no árabe de la zona y se olvidara sistemáticamente de las inversiones en la región (no hay universidades ni centros oncológicos) comenzaron las protestas.

Nasser Zafzafi, un hombre de 38 años, se convirtió en la cara visible de un movimiento popular que a la postre se llamaría Hirak (Movimiento Popular). Actualmente Zafzafi y otras 180 personas están detenidas a la espera de juicio, mientras que otras 40 (de un total de 220 detenidos) han sido indultadas por la festividad que ha conmemorado los 20 años de la entronización de Mohamed VI el 20 de julio. Ninguno de los indultados es un líder de peso en Hirak, que se niegan hoy en día a pedir un indulto, ya que esto supone aceptar la culpa y claudicar ante el régimen alauí.