El Alavés cae en el estreno liguero
Leganés y Alavés han sido los encargados de disputar el primer partido de la Liga 2017/2018, que ha finalizado con una derrota del conjunto Alavés por 1-0. [Página especial sobre la Liga]
Ha habido igualdad en el arranque del encuentro mientras los equipos se asentaban en el campo. Poco vértigo, mucho control y un acercamiento del anfitrión nacido de un centro de Szymanowski desde la izquierda que no han rematado ni Guerrero ni Gabriel.
Por su parte, el Alavés esperaba su momento y ha aparecido de manera inesperada al llegar Diego Rico tarde al corte derribando dentro del área a Burgui. Ha lanzado la pena máxima Manu García pero su golpeo, flojo y al centro, no ha sorprendido a un sereno Cuéllar.
La acción ha dejado tocados a los visitantes y ha animado al rival, que ha imprimido la intensidad justa para convertirse en dominador. Zaldua, Szymanowski y Gabriel han dibujado un triángulo con base trazada de derecha a izquierda y vértice al borde del área, donde el brasileño ha rematado desviado.
No ha tenido suerte en esa, pero sí poco después. El primer gol de la temporada 2017-2018, eso sí, no será recordado por su belleza. Una falta tirada por Guerrero la ha desviado con la cabeza Sobrino incrustado en la barrera. Ese toque ha descolocado a Pacheco, que solo ha podido dejar el balón manso dentro del área. Gabriel, debajo del larguero, podía incluso haber celebrado el tanto antes de marcarlo.
A partir de ahí, y hasta el descanso, la pesadez de piernas y el desgaste de la pretemporada han ganado protagonismo en detrimento del fútbol. Con la salida de los vestuarios, el ritmo ha vuelto a elevarse progresivamente.
Les faltaba, en cambio, claridad a los gasteiztarras, perdidos en balones largos y alguna que otra incursión por banda. Los locales tampoco estaban para alardes pero al menos han generado cierto peligro como en una contra conducida por Omar en la que a Eraso le ha sobrado generosidad en los metros finales.
Buscando algo más ha mirado Zubeldia al banquillo y ha decidido que era la hora de Pina y Romero. Lo agradeció el equipo, que de su mano ha recibido el impulso necesario para perseguir con más ahínco. De hecho lo han tenido ambos, el primero con un golpeo que ha tapado bien la defensa y el segundo a través de un impacto lejano que ha obligado al vuelo de Cuéllar.
Quien más se ha acercado ha sido Burgui. El extremo, que había ido de menos a más con el transcurrir del choque, ha conducido con habilidad y se ha sacado un zapatazo que ha besado el larguero enmudeciendo al estadio.
No ha entrado y se han esfumado las esperanzas de sumar toda vez que los madrileños han tenido la capacidad suficiente para saber sufrir, gestionar la ventaja y contener la embestidas.