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Paul Auster en la Alhóndiga: «No se puede juzgar la vida de una persona hasta que acaba»

El escritor estadounidense Paul Auste ha presentado su última novela, ‘4 3 2 1’, en Bilbo y ha señalado que «no se puede juzgar la vida de una persona hasta que acaba», ya que «las cosas pueden dar un giro en su último segundo».

Paul Auster en Bilbo. (@azkunazentroa)

Paul Auster (Newark, Nueva Jersey, EE.UU., 1947) ha hecho esta reflexión en una conferencia de prensa a propósito de su último trabajo, en el que plantea cuatro vidas distintas para su protagonista, Archie Ferguson, a la vez que repasa la sociedad norteamericana de hace 50 años.

El autor ha afirmado que no cree en el destino. «Nunca he creído en esas cosas, es un poco pensamiento místico», ha subrayado Auster antes de resaltar que no se puede juzgar la vida de una persona hasta que acaba, porque puede haber un final inesperado.

«Acabo de leer que llega un gran huracán al Caribe. Hay gente que va a perder la vida. Nadie desea que ocurra, pero van a sufrir por ello. ¿Es el destino?. No. Es mala suerte, estar en el camino del huracán. Y esto ocurre con otras cosas en la vida», ha expuesto Auster.

Desde este punto de vista, el escritor ha subrayado que ‘4 3 2 1’ es en cierta forma una obra en contra del destino y que en la novela ha pretendido profundizar en cómo la vida de las personas puede ser distinta «si las circunstancias fueran distintas, aunque sea solo ligeramente».

«Todos estamos confinados a una única vida, pero tenemos la sensación de que, en paralelo, hay otras vidas que podríamos haber vivido. Si tu padre hubiera sido rico, si vivieras en otra ciudad, si no te hubieras roto la pierna... Hay muchas variables. De eso va el libro, de preguntarse, 'Y si...'», ha explicado.

Ha dicho que no es una novela autobiográfica y que ninguno de los cuatro Ferguson es él, aunque ha subrayado que quiere «a todos» sus personajes.

«No sé cómo se puede escribir una novela sin querer a los personajes, incluso a los que son siniestros o malos», ha añadido el autor.

Auster, considerado uno de los puntales de la literatura norteamericana contemporánea, ha dicho que no tiene planes sobre lo que escribirá tras esta novela. «No tengo planes para el futuro. Hay escritores que tienen seis libros en la cabeza. Yo no», ha señalado.

Ha recordado que ha necesitado tres años para escribir su última obra. «Creo que es bastante rápido. Son mil páginas escritas a mano. Más rápido me hubiera reventado la cabeza», ha comentado.

Auster ha explicado que todo lo escribe «a mano, párrafo a párrafo. Cuando acabo un párrafo, lo paso a la máquina de escribir. Lo meto en una carpeta y vuelvo al siguiente párrafo en mi cuaderno», ha detallado Auster, quien ha confesado que lleva toda su carrera siguiendo el mismo proceso.

Ha indicado que, a la hora de ponerse a escribir, lo que necesita es «una buena primera frase. Si la consigo -ha añadido-, es la que me va a dar el tono y la cadencia que quiero».

Ha dicho que, a menudo, la siguiente frase que escribe de una obra es la última, pero, al final, suele cambiarla. «Las cosas más inesperadas ocurren cuando uno escribe. No me gusta planificar con mucho detalle. Comienzo con un impulso, una 'música' que escucho, y a partir de ahí, sale, pero no sé donde voy. Voy tanteando en la oscuridad», ha relatado Auster.

Ha recordado que, hace 35 años, hasta 17 editoriales rechazaron su obra ‘Ciudad de cristal’, ahora publicada en 45 idiomas. «Los rechazos -ha dicho- fueron buenos: me enseñaron que no escribía para que me publicasen. Y seguí escribiendo».