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La Guardia Civil irrumpe violentamente en el colegio electoral de Puigdemont

Agentes de la Guardia Civil han irrumpido en el colegio electoral en el que inicialmente tenía previsto votar Carles Puigdemont, en Santa Julià de Ramis, y ha cargado y desalojado mediante la fuerza a las personas que formaban una cadena humana alrededor de la entrada. Posteriormente han derribado la puerta a golpes. Pese a tdo, Puigdemont ha depositado su voto en otro lugar y posteriormente ha acudido a Santa Juli, donde ha destacado que «la imagen exterior del Estado español ha continuado empeorando y hoy ha llegado a unas cotas de vergüenza que le acompañarán para siempre».

Guardia civiles llevan en volandas a una mujer mayor.

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La Guardia Civil ha entrado a la 9.20 en el pabellón deportivo de Sant Julià de Ramis, que era el punto previsto para que votara a las 9.30 el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont.

Más de 50 agentes han empezado a acordonar el exterior desde las 9.05, y en un cuarto de hora han desalojado violentamente a las personas que bloqueaban la entrada y han forzado la puerta. Un helicóptero sobrevuela la zona.

Pese de a todos sus esfuerzos, la intervención de la Guardia Civil no ha podido evitar la imagen de Carles Puigdemont depositando su papeleta en una una.

Puigdemont ha acudido posteriormente al colegio en el que se había anunciado su presencia, de donde ya se había marchado la Guardia Civil tras requisar las urnas. «He votado en Cornellà. Colas muy largas. Su dignidad contrasta con la indignidad de la violencia policial», ha indicado.

El president ha sido recibido en Sant Julià de Ramis entre gritos de «president» y «votarem». Ha denunciado el «uso injustificado, irracional e irresponsable de la violencia por parte del Estado español», que lo «avergonzará para siempre», aunque «no detendrá el deseo de los catalanes de poder votar pacífica y democráticamente».

«Toda Catalunya vuelve a hacer colas pacientemente, aguantando la lentitud que ha provocado esta acción injustificada e injustificable», ha añadido.

«La imagen exterior del Estado español ha continuado empeorando y hoy ha llegado a unas cotas de vergüenza que le acompañarán para siempre», ha insistido.