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Unzueta plantea la prórroga de un plan de residuos alejado de Europa

El Gobierno foral propone una prórroga hasta 2020 del II Plan Integral de Gestión de los Residuos Urbanos de Bizkaia (PIGRUB), que no ha cumplido con sus propios objetivos ni con las directivas europeas, para consensuar otro. La Diputación limita ese debate al ámbito institucional, evitando un profundo debate social.


La diputada foral de Sostenibilidad y Medio Natural, Elena Unzueta, compareció ayer ante las Juntas Generales para dar algún detalle de la evaluación final del II Plan Integral de Gestión de los Residuos Urbanos de Bizkaia (2005-2016), del que se desprende que se han cumplido 10 de los 13 objetivos marcados a nivel estatal y autonómico, aunque lejos de los retos que fijan las directivas europeas y más aún de las establecidas para 2030.

Con esta presentación, el Gobierno foral persigue abrir un debate en el seno del Consejo de Sostenibilidad de Bizkaia y también en la Cámara para elaborar un nuevo PIGRUB. Primero trató durante años de ocultar las cifras reales de reciclaje en Bizkaia, hace unos meses el propio diputado general reconoció que las tasas de las que alardeaba no eran ciertas y ayer propuso a los grupos junteros prorrogar la vigencia del plan hasta 2020, para trabajar en una nueva planificación de la gestión de los residuos acorde con los objetivos que ha fijado la UE para 2030.

La diputada manifestó que el Gobierno foral no elude la «autocrítica», aunque lo cierto es que a la hora de fijar la responsabilidad en los bajos niveles de reciclaje insisten en señalar a la ciudadanía en general o a la huelga que mantuvieron los trabajadores de la planta de tratamiento mecánico biológico (TMB) de Artigas. «No tenemos ninguna varita mágica», respondió a los junteros David Lopategi (EH Bildu) y Josean Elgezabal (Podemos) que ponen en cuestión que haya «voluntad política» por avanzar en la reducción, reutilización y reciclaje.

La Plataforma Zero Zabor se dirigió hace unos meses al diputado general de Bizkaia, Unai Rementeria, para aclararle que «no era que la ciudadanía se hubiese relajado, sino que no ha contado con los medios necesarios para reciclar».

Unzueta informó a grandes rasgos en las Juntas Generales de la tercera evaluación realizada por la consultora Cima, donde reconocen «altibajos» pero «posibilidad de mejora» en las tasas de reciclaje y reutilización. Según esta última revisión del PIGRUB, solo se ha dejado de cumplir el objetivo de vertido crudo cero –sin un tratamiento previo– a vertedero. La responsable foral indicó que se ha pasado de depositar en el vertedero el 53,8% de los residuos en 2004 al 19,1% en 2016, asegurando que «hay margen de mejora» en este aspecto con la coletilla de que la huelga en la TMB no lo permitió en el último ejercicio.

La titular del Departamento de Sostenibilidad y Medio Natural trató de mandar un mensaje positivo al respecto, al decir que sí se ha culminado el proceso para dotar a Bizkaia «de las infraestructuras de gestión de residuos urbanos operativas indispensables para dar respuesta a las necesidades».

Elena Unzueta dejó claro que cualquier posible modificación del PIGRUB no cuestionará ni a Zabalgarbi ni a la TMB. «En 2005 se acordaron unas líneas estratégicas, no vamos a destruir ninguna de esas infraestructuras», subrayó.

Mejorar en todo el reciclaje

La diputada reconoció que «no se ha llegado a cumplir del todo» el reto que fija la normativa española de aumentar la recogida selectiva de aparatos eléctricos y electrónicos hasta los 4,6 kilos, aunque aseguró que «se está cerca», ya que son 3,36 los kilos por habitante y año que se depositan de forma selectiva. Tampoco se ha alcanzado el 60% de tasa de reciclaje en las fracciones de vidrio, papel y cartón, que se ha quedado en el 59% y el 54%, según los datos ofrecidos ayer. Sí se han cumplido los objetivos marcados en el reciclaje de los envases metálicos, plásticos y de madera.

Se ha cumplido «con creces» la regulación española en relación a los residuos de pilas, baterías y acumuladores, que establecía una tasa de reciclaje del 50% para 2020 y que en Bizkaia suponía ya en 2016 un 80,6%. Y se ha satisfecho también la norma estatal de residuos biodegradables, que fijaba el objetivo de reducir el depósito en vertedero al 25% de los valores de 1995 para 2016. En Bizkaia, esa última reducción se marcaba en 130.768 toneladas, muy por encima de la cifra real alcanzada el año pasado, que fue de 45.625.

La Diputación también da por superado el índice de reciclaje de residuos urbanos, fijado en el PIGRUB en el 40% y que el año pasado alcanzó el 43,78%. Son los últimos porcentajes ofrecidos por el Ejecutivo foral, quien en febrero pasado informó de que en 2014 esa tasa era del 67% y tres meses después lo situó en el 42,62%, confirmando la tesis de los ecologistas de que los datos «estaban manipulados».

Tasa compostaje muy baja

No se ha llegado a la tasa del 4% en compostaje, que se sitúa en el 1,1%. De cara a incrementar ese indice, Unzueta anunció «nuevas medidas y actuaciones complementarias para tratar de alcanzar, al menos, ese porcentaje marcado inicialmente».

En materia de prevención y preparación para la reutilización, la Diputación afirma que se ha conseguido que la generación per cápita se mantuviera en 1,13 kilos por habitante y día, esa es la cantidad que se produjo el pasado ejercicio, que los residuos comerciales no superasen las 220.000 toneladas –el año pasado fueron 130.018 toneladas– y que la generación de residuos urbanos no llegara a las 697.000 toneladas, quedándose en 605.232 en 2016.

Bizkaia ha producido 527 kilos de residuo urbano por habitante y año, los mismos que los generados en 2001, tal y como se fijó en la Estrategia Ambiental de Desarrollo Sostenible 2002-2020. En ella también se establecía la reducción del porcentaje de basuras que se llevan a vertedero hasta el 30% en 2020, cuando según los datos ofrecidos por el Gobierno foral en 2016 era del 19,1%.

Tras esta tasa se ocultan las toneladas que se incineran a diario en Zabalgarbi, una infraestructura que ni PNV ni PSE ni PP se cuestionan. Por contra, EH Bildu y Podemos defienden que la incineradora es un «obstáculo» para que se desarrolle otra gestión distinta de los residuos.

Diferentes agentes defienden que Bizkaia se aleja de las estrategias por las que apuesta Europa, cada vez más remisa a la incineración. Insisten en que Zabalgarbi es «el gran obstáculo» a la minimización, reducción y reciclaje de los residuos, poniendo el ejemplo del «lentísimo avance» en la recogida selectiva de la materia orgánica a través del contenedor marrón, que la Diputación continúa negando.