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El Gobierno bipolar del 155


El Gobierno de Lakua está liderado por el lehendakari, Iñigo Urkullu, que defiende el derecho a decidir por la vía de la consulta legal y pactada. Y está asociado con un partido, el PSE, que asegura que ese derecho es «supuesto» y «no aparece recogido en ninguna constitución ni convenio internacional», según afirmó ayer el consejero Iñaki Arriola en el Parlamento. Urkullu es contrario al 155 y afirma que el encarcelamiento del Govern es «absolutamente desproporcionado» y revela «una falta de inteligencia política absoluta en el Estado español». Por contra, Arriola y el PSE apoyan la intervención de la autonomía catalana y, sin tener siquiera la gallardía de defenderlo, arguyen –como el maltratador de manual– que yo no quería y mira lo que me has obligado a hacerte (Puigdemont). «Usted sabe perfectamente –le dijo el consejero Arriola al parlamentario de EH Bildu Unai Urruzuno– que el PSOE ha sido de los que más han trabajado para intentar evitar que se aplicara el 155 y, si se ha aplicado, es precisamente porque el presidente Puigdemont y su Gobierno han despreciado todas las oportunidades que han tenido encima de la mesa».

Este Gabinete con dos polos distintos sobre el 155 trata de salvar tan flagrante contradicción con la excusa de que esta cuestión está fuera de su programa. Lo que Urruzuno se preguntó ante ello es si «¿para el Gobierno PNV-PSE no es nuclear la defensa del autogobierno? ¿No lo es la intervención de una autonomía? ¿No lo es la posibilidad de encarcelar un gobierno elegido democráticamente en las urnas?». Pero las preguntas quedaron en el aire.

Como en el aire está el reconocimiento de la República Catalana por parte del Ejecutivo de Lakua y del Parlamento. Y el portavoz del Ejecutivo, Josu Erkoreka, respondió ayer que en realidad no ha habido tal proclamación en el Parlament, porque figuraba en el preámbulo y no en la parte dispositiva de lo aprobado el 27, y eso se habrá hecho por algo. Avanzó el consejero que no le extrañaría que esta fuera una de las líneas de defensa de los consellers encarcelados. Y acusó a EH Bildu, que propone ese reconocimiento, de ir más allá que la propia mayoría catalana, coincidiendo –«será por casualidad», endulzó la acusación– con la jueza Carmen Lamela.

La parlamentaria Jasone Agirre buscó explícitamente en el contenido y el tono de su discurso tejer complicidades con el Gobierno, y le ofreció sus manos abiertas para dar una respuesta conjunta, desde «la parte del pueblo que representamos cada uno», al ataque que sufre Catalunya, y que será extensivo, porque ya se amenaza con el 155 a cualquiera que intente superar los límites actuales. Pero Erkoreka respondió con displicencia. Y es que no debe ser fácil explicar que en Madrid el 155 impide acuerdos con el PP, pero aquí pueden gobernar con el PSE.