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Entrevista
JOAN JORDÁN
JUGADOR DEL EIBAR

«Me encuentro mucho mejor pero todavía puedo dar bastante más»

Le tocó sufrir en el primer cuarto de la temporada pero ahora es uno de los artífices de la reacción azulgrana. En un gran momento de forma y en plena racha realizadora –cuatro goles en los seis últimos partidos–, Joan Jordán se ha convertido en un futbolista indiscutible en el centro del campo azulgrana, hasta el punto de haber desplazado a Gonzalo Escalante de la titularidad.


Cuenta los días para que llegue el viernes y pueda pasar unos días de asueto con su familia. «Pero también el jueves», apunta. Y es que Joan Jordán, como sus compañeros, está disfrutando estas semanas todo lo que había sufrido en las anteriores. Así que, aunque los cuatro meses ya de competición se notan, cada partido «es una oportunidad para seguir disfrutando y para seguir creciendo».

De hecho, estoy segura de que hace mes y medio estaban más cansados que ahora.

Sin duda. Lo comentábamos el otro día tras el partido del Valencia. Llega el minuto setenta y has corrido lo mismo pero si estás en una mala dinámica estás muerto y si las cosas marchan bien estás a tope. La cabeza hace milagros.

Para el vuelco que ha pegado el equipo, habrá hecho falta algo más que trabajar la cabeza.

Nunca hay una sola explicación, para nada. Cada jugador, individualmente, está mucho mejor ahora y el equipo ha recuperado también el nivel. Creo que era algo que tenía que llegar porque el trabajo era bueno desde el principio. Pero cuando se empiezan a acumular malos resultados, por el motivo que sea porque cada partido es diferente, aparecen las dudas, los nervios, entras en una mala dinámica y es muy difíci salir. Hacía falta seguir trabajando y seguir creciendo, que lo estamos haciendo, pero también un empujón y creo que el partido contra el Betis nos vino muy bien en ese sentido. Era lo que necesitábamos para tirar definitivamente hacia adelante.

Como dice, la mejoría ha sido colectiva e individual. Su evolución es una de las más evidentes.

Me encuentro mucho mejor, aunque creo que todavía puedo dar bastante más. No digo a nivel goleador, sino a nivel de juego. Creo que puedo mejorar y mejoraré, como creo que sí he mejorado en este tiempo. Los jugadores nuevos que vinimos necesitamos nuestro tiempo para hacernos a un equipo con su identidad, para adaptarnos a lo que requiere el Eibar, a lo que quiere Mendilibar... Al principio te cuesta un poco pero creo que ahora estoy en dinámica de poder dar al míster lo que quiere.

No hay más que echar mano de los números. Titular en los cuatro últimos partidos. Esa confianza también se notará al jugar.

El míster me dio confianza desde el primer día. Pero ni mi juego ni los los resultados me ayudaban a poder dar mi mejor nivel. Las sensaciones del equipo no eran buenas y las mías personalmente tampoco. Al final se une todo, el estar mejor individualmente ayuda al equipo y que al equipo le vaya bien, que tenga buenas sensaciones y consiga resultados, nos ayuda a estar mejor individualmente, a rendir mejor.

¿El cambio empieza en uno mismo, entonces?

En buena medida, sí. Las sensaciones del equipo no eran positivas pero es que individualmente tampoco lo eran. No es que cuatro estuvieran jugando la ostia pero el equipo no arrancaba. Se juntaba todo. Y ha habido que trabajar para que se juntase todo también en lo bueno. Siguiendo con el trabajo colectivo y preocupándose individualmente de mejorar. Y una vez que empiezan a llegar los frutos es más fácil prolongar esa mejoría, no voy a decir que se trabaja más pero sí se trabaja mejor, de otra manera. Como te he dicho antes, la cabeza hace milagros, aunque no sea lo único.

Supongo que se nota hasta cuando saltan al campo.

Sí, el nivel de confianza con el que entras en el partido... No sólo el mío, el de todo el equipo, es muy alto. Entras pensando “si estamos como tenemos que estar, tenemos muchas opciones de ganar”. Y ha habido un momento en esta Liga en el que la sensación no era esa, era “vamos a darlo todo, a ver si sale algo bueno”. Ahora estamos convencidos de que va a salir algo bueno, de que tenemos opciones de ganar. Luego puedes ganar o no porque los resultados dependen de muchas circunstancias y los rivales también juegan para algo, pero sí saltamos convencidos de que lo vamos a hacer bien.

En su caso, al juego le ha añadido los goles. Ha marcado ya más goles que el año pasado en la mitad de partidos con el Valladolid. ¿Sorprendido?

Bueno, el juego también es diferente. El míster nos pide que lleguemos a la frontal del área y con nuestro sistema de juego creo que puedo tener muchas opciones de finalizar jugada. En estos últimos partidos se me está dando bien pero a veces también es cuestión de rachas. Lo que quiere el míster es que haya oportunidades. Y si además entran, mejor.

Me da la sensación de que el que le hizo al Valencia lo va a recordar durante mucho tiempo.

Fue un gol muy importante para mí. Para empezar porque me quité la espina del penalti que mandé a las nubes contra el Getafe. Me jodía mucho, no por mí, sino por el equipo, porque estoy seguro de que de haberlo metido habríamos ganado el partido y habrían sido cuatro victorias consecutivas. Tenía esa espina y me la quité. Y además el gol, el momento... En un partido tan difícil contra un gran equipo, en el minuto que era, la gente, la tensión... se juntó todo y fue un gran momento.

¿También la victoria lo fue para el equipo? ¿Uno de esos triunfos que marcan un antes y un después pese a la buena racha que ya traían?

Puede ser, la manera de decir que realmente estamos muy bien. Pero la dinámica ya era esa e incluso creo que de no haber ganado al final habría servido también porque el equipo lo hizo realmente bien ante un rival complicadísimo.

Ahora toca despedir el año contra el Girona. Menos nombre pero no sé si menos dificultad.

Conozco muy bien al Girona y sé que va a ser muy difícil. Tienen una idea de juego muy clara, llevan cuatro o cinco años con los mismos automatismos, y además están a un gran nivel, vendrán con tanta confianza como nosotros. Pero iremos a por la victoria, a ver si alargamos la racha para irnos felices al parón.