El Athletic avanza lo justo para ganar al colista
Tras seis jornadas de espera, los rojiblancos se reencontraron con la victoria. El Málaga se adelantó pronto pero el Athletic volteó el marcador en unbuen primer tiempo que no tuvo continuidad.
ATHLETIC 2
MÁLAGA 1
Mes y medio después de imponerse al Alavés y tras encadenar media docena de larguerazos ante equipos de todo tipo y condición, el Athletic se reencontró con la victoria. Tres puntos que le sitúan a solo cuatro de la séptima plaza –que puede volver a dar acceso a competición europea–, que se conquistaron tras remontar un gol encajado a las primeras de cambio en un primer tiempo que mejoró considerablemente mucho de lo visto esta temporada y con un marcador que se pudo mantener después, algo que no siempre ha sucedido –en la primera vuelta frente al propio Málaga, sin ir más lejos–.
Y, sin embargo, una parte de San Mamés volvió a despedir con pitos a su equipo. También se habían escuchado antes y por momentos incluso estuvieron aderezados por un «Kuko vete ya» que no fue mayoritario pero se escuchó con nitidez. La victoria, por muy deseada que fuera, no mitigó el descontento de la familia rojiblanca. Y no es de extrañar. Porque todo lo bueno que dejó el primer tiempo desapareció a la vuelta de vestuarios. Paso adelante de un rival obligado a reaccionar, paso atrás de los vizcainos, juego escaso si no nulo y más movimiento en el área propia que en la ajena. De hecho, hubo que echar mano de la calidad de Kepa, que detuvo un penalti de forma magistral, para mantener la ventaja y evitar que llegara el segundo de un Málaga que tiene arriba sus principales carencias. Solo ha marcado 16 goles esta temporada –la cuarta parte de ellos al Athletic– y ni los refuerzos invernales ni la llegada de José González al banquillo se ha dejado notar demasiado en ese sentido: apenas había marcado dos en 2018 hasta llegar a San Mamés. Un equipo que, además, afrontaba el choque con una lista interminable de bajas.
Algo que también tuvo que ver con las protestas de la afición. El Athletic estuvo más que correcto en el primer tiempo, sí. Pero lo justo para imponerse a un colista que llegaba a Bilbo con siete derrotas –las tres últimas consecutivas– y tres empates en los diez partidos anteriores y que, en el mejor de los casos, acabará la jornada a siete puntos de la 17ª plaza. Y que, aún así, fue capaz de adelantarse en el marcador, llegar vivo, a duras penas pero vivo, al descanso y amenazar muy seriamente la ventaja local en la segunda parte. Aunque tampoco se debería obviar que los rojiblancos atraviesan un tramo complicado del calendario y que el de ayer era el quinto partido que disputaban en dos semanas, algo con lo que también tendrá que ver su bajón en la segunda parte del encuentro.
Novedades
Evidentemente, José Ángel Ziganda había refrescado su alineación, con seis cambios respecto al equipo que se enfrentó el jueves al Spartak. Media docena de novedades entre las que destacaba la presencia de Iñigo Córdoba, fuera del once en Liga en los tres últimos meses, y la dupla San José-Beñat en el centro del campo.
Los dos últimos se contaron entre los grandes protagonistas del primer tiempo. Sobre todo el arratiarra, al que se vio cómodo como pocas veces en una temporada con pocos minutos y escasa continuidad. Repartió juego, sirvió balones y el equipo lo agradeció. Sobre todo cuando sintonizó con De Marcos y Susaeta, en una banda derecha por la que llegó casi todo el peligro.
El Athletic pareció salir enchufado al césped. Antes de que se cumpliera el minuto, Iñigo Martínez, Raúl García y Córdoba ya habían montado la primera acción de ataque, provocando el primer córner del partido. Susaeta y Aduriz dieron continuidad al talante ofensivo del equipo ante un Málaga que parecía incapaz de sacudirse el dominio rojiblanco de encima.
Solo lo parecía, lamentablemente. A los diez minutos probó con una primera estirada de En Nesyri, que Iñigo Martínez cortó con contundencia. Y solo dos minutos después repitió, esta vez con acierto. Centró Lestienne desde la derecha y el mismo En Nesyri –puntería selectiva la del marroquí, que en dos temporadas en Primera División solo ha marcado tres goles, dos al Eibar y uno al Athletic– empalmó el 0-1.
A las grada se le quitaron hasta las ganas de pitar. Al equipo, por suerte, no las de reaccionar. En solo dos minutos restablecía el empate con una muy bonita jugada entre Beñat, De Marcos y Susaeta que el eibarrés cruzó para marcar el 1-1. No se conformaron los rojiblancos y, pese a que hubo más interrupciones de las que habrían querido –incluyendo la sustición de Adrián, que se marchó lesionado–, consiguieron dar forma al partido. Se hicieron con el balón, lo movieron con criterio, generaron ocasiones y, mejor aún, se colocaron por delante. A dos minutos del descanso, Beñat lanzó una buena falta que Roberto despejó a córner, aunque solo logró posponer el gol: el propio Beñat botó el saque de esquina para que San José, solo en el área, volease el 2-1.
Kepa evita el disgusto
El Athletic se fue al descanso con ventaja y la sensación de que los tres puntos se quedarían en Bilbo sin excesivos problemas. No duró demasiado.
A la vuelta de vestuarios, el Málaga, no le quedaba otra, dio un pasito adelante. Y a los vizcainos se les atragantó su presión. Tocaba sufrir otra vez y poco faltó para la estocada. Al cuarto de hora de la reanudación, Lekue derribaba a Rosales dentro del área. Amarilla al vizcaino, lanzamiento de penalti para En Nesyri... y paradón de Kepa, que despejó a córner.
El subidón no bastó para reanimar al Athletic, que siguió penando hasta el final, sin que las sustituciones –tras la de Saborit por Lekue llegó el «Kuko vete ya»– mejoraran el decorado. Ni siquiera lo hizo la rigurosa expulsión de En Nesyri, a poco más de cinco minutos del final. Pero aguantó y acabó celebrando la victoria.
Algo más necesitará el miércoles, cuando recibe al Valencia en San Mamés.
«Estoy a disposición del club y por mi parte no va a haber nunca ningún problema», asegura Ziganda
De la misma forma que la victoria se despidió con pitos, la comparecencia de José Ángel Ziganda en sala de prensa versó durante muy buena parte sobre su situación y la de la grada.
Al ser cuestionado sobre si entendía el porqué de la actitud del público, aseguró que «no lo sé. Evidentemente entiendo que si el segundo tiempo hubiese sido como el primero, no habría sido así. Quieren que juguemos bien, que juguemos muy bien y este años nos está costando y además nos está costando sacar puntos. Quiero entenderlo por ahí, no le doy más vueltas. Lo que nos queda es no mirar para otro lado, no entristecerte y darle duro». «El puesto es lo que lleva –prosiguió–. Y las ganas de estar aquí, con la gente que está, con las ganas de trabajar que tiene, no se me van a quitar. Evidentemente, los que me conocéis, sabéis que estoy a disposición del club y que por mi parte no va a haber nunca ningún problema».
Una última frase llamativa, en la que profundizó el técnico al ser cuestionado al respecto. «Quiero decir que voy de la mano. Y que vamos a trabajar en equipo para intentar sacarlo entre todos juntos. Que voy de la mano con el club, que quiero que entre todos lo saquemos adelante. Que tiremos adelante, agradar a más gente de la que agradamos, que se sientan contentos con lo que ven», aseguró Ziganda, que recordó que los pitos «no son agradables pero el público es soberano. Y más de lo que me ha dado a mí el público y siempre he dicho que tiene razón, ahora que las cosas no son tan bonitas como han sido siempre para mí... Hay que estar a las duras y a las maduras y aceptarlo, aunque obviamente me gustaría darle la vuelta».
En lo que respecta al encuentro, destacó que el primer tiempo fue «bastante bueno, con criterio, con sentido, haciendo las cosas bien», pero asumió que en la segunda parte, el equipo se «ha partido y lo hemos pasado mal».A.U.L.