Nuevo Impuesto sobre el Patrimonio: un regalo a los superricos
La propuesta para sustituir el Impuesto sobre la Riqueza y las Grandes Fortunas de Gipuzkoa presentada por el Gobierno foral dejará de recaudar 12,9 millones de euros del 1% de la población más rica. En un momento de estrecheces, Hacienda perderá el 20% de los ingresos por este impuesto, restando progresividad al sistema en su conjunto.
7.538 personas presentan declaración del Impuesto sobre la Riqueza y las Grandes Fortunas. Una cifra que representa apenas el 1% de la población de Gipuzkoa, pero que acumula la mayor parte de su riqueza. En 2017 esos contribuyentes ingresaron en Hacienda 64,3 millones por la riqueza que poseen. Con la propuesta que ha presentado el Gobierno presidido por Markel Olano pasarán a pagar 13,9 millones de euros menos. Es decir, en una época de penuria y estrecheces, se perderá un 20% de la recaudación en esta rúbrica, ingreso que hace precisamente la clase más pudiente de la sociedad. Una importante rebaja fiscal a los ricos, tal y como reflejan las memorias de impacto económico que acompañan al proyecto. Este es el primer dato que llama la atención de la propuesta presentada para sustituir el impuesto actual, que fue aprobado en su día con los votos de Bildu y PSE.
El proceso para desmontar el Impuesto sobre la Riqueza ha sido largo. En un primer momento, el Ejecutivo de Markel Olano se limitó a retirar la bonificación a las participaciones empresariales dejándolas exentas, tal y como reclamaba Adegi. Así, se pasó de gravar una parte de dichas participaciones a no tenerlas en cuenta a la hora de calcular la riqueza de las personas. Este cambio obligó a la Diputación a subir la tarifa del impuesto para poder mantener la recaudación. De este modo, se pasó de una escala que iba del 0,25% hasta el 1% a otra que llegaba hasta el 1,5%.
El escudo fiscal
Esta vez, sin embargo, no hay compensación alguna y la recaudación caerá. Dos son los cambios fundamentales de este nuevo Impuesto sobre el Patrimonio, que no es sino la vuelta al viejo y rancio impuesto de toda la vida, el mismo que sigue vigente en Araba y Bizkaia. Por una parte, se modifica la escala, a la que se le añaden tres nuevos tramos. La nueva escala va desde el 0,2% hasta el 2,5%. El efecto de la escala, sin embargo, se ve mitigado porque se introduce de nuevo un límite máximo al pago por este impuesto, el llamado escudo fiscal que acota lo que se pagará por este impuesto en función de la renta del contribuyente. De esta manera, si con la nueva escala se ganarían 20 millones de euros de recaudación, con el escudo fiscal se pierden 33 millones. El saldo neto es que se perderán 12,9 millones de euros, según los cálculos realizados por los técnicos de Hacienda.
Distribución de la rebaja
Como recalcó ayer el diputado de Hacienda, Jabier Larrañaga, en la presentación del proyecto en Juntas Generales, prácticamente la mitad de los contribuyentes (3.616) pagará más y la otra mitad (3.753) pagará menos, mientras que 169 seguirán pagando lo mismo. No obstante, lo más interesante es cómo se distribuye esa rebaja del impuesto, quiénes son los que pagarán más y quiénes menos.
Conviene recordar que los primeros 700.000 euros de riqueza están exentos, así como la vivienda habitual hasta un máximo de 300.000 euros, es decir que aproximadamente por el primer millón de euros de riqueza no se paga impuesto.
A partir de ahí, el tramo más bajo –hasta 400.000 euros de base liquidable, descontando ese primer millón– pagará de media 57 euros menos. El 95% de los 3.051 contribuyentes de este tramo pagarán menos. Aquí están prácticamente todos los que pagarán menos.
Los siguientes tramos, por encima de 400.000 euros de base liquidable y por debajo de 3,2 millones de euros, pagarán más, entre 81 y 1.093 euros de media, dependiendo del tramo. 3.441 contribuyentes de estos tramos de patrimonio pagarán más.
Por encima se quedan las grandes fortunas, personas que declaran más de 3,2 millones de base liquidable. En estos últimos tramos la rebaja fiscal será sustancial. Pagarán a Hacienda entre 7.892 y 193.545 euros menos de media. De la reducción se beneficiarán por lo tanto 340 personas: 207 contribuyentes que declaran entre 3,2 y 6,4 millones de patrimonio; 95 que poseen entre 6,4 y 12,8 millones; y 38 personas con una riqueza declarada que supera los 12,8 millones de euros.
Prácticamente la mitad de los contribuyentes pagará menos con el nuevo impuesto. Pero son precisamente los más ricos los que se benefician en mayor medida de los cambios propuestos por el Gobierno de Markel Olano. Un proyecto de impuesto para que los ricos sigan convirtiéndose en superricos.