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Entrevista
SAÚL SANTOLARIA
PRODUCTOR, INGENIERO DE SONIDO, VOCAL...

«No hay preferencias con Van Morrison, partimos de revisar todo su repertorio»

Tras más de un centenar de conciertos del ciclo Izar & Star en el que músicos de Euskal Herria tributan a un grande de la historia, faltaba Van Morrison. La deuda se resuelve hoy con la actuación en Kafe Antzokia de The Troubadour All Star Band, once músicos en escena.


Van Morrison tendrá hoy en Kafe Antzokia de Bilbo su correspondiente homenaje con la actuación de The Troubadour All Star Band, agrupación de once miembros para la ocasión y destinatarios del compromiso de versionar a Van Morrison y una carrera que ya supera los cincuenta años de actividad y cerca de cuarenta referencias, tres publicadas en los últimos ocho meses, ya que “You're driving me crazy” se publica el 29 de abril. Atrás quedan “Roll with the punches” y “Versatile”. No obstante, no creeemos que en el repertorio elegido por The Troubadour All Star Band se encuentren canciones de álbumes tan próximos cuando posee títulos históricos y momentos sublimes a lo largo de finales de los sesenta, todos los setenta y buena parte de los ochenta y los noventa.

Además de Saúl Santolaria, voz y armónica, se cuenta con Diego Lasheras, piano, teclados, Hammond y dirección musical (El Consorcio, El Mentón de Fogarty, Last Fair Deal, espectáculo “Concert for Bangladesh”...); Pit Idoyaga, guitarra (John Wayne, Rubia y The Fakeband); Alberto Iglesia, guitarra (Grand Matter y Derringer); Gorka Escauriaza, bajo, (Oskorri y Nevada); Aritza Castro, batería (Banda Municipal de Barakaldo, Master Trío, Tótem y actualmente Aritza Castro Quartet); Unai Somocueto, percusión (Bedroom); Lara Sagastizabal, voz y coros (Manhattan-Bilbao Jazz Zubia, Joshua Edelman, Travelling Brothers, y actualmente en el Teatro de la Zarzuela de Madrid), más una sección de metales a cargo de Carlos Roch, trompeta y dirección de la sección de metales (Banda Municipal de Bilbao, Capitan Groove y Jabbo Jazz Band); Andoni Aizpuru, saxo alto (Crazy Jazzers, Chalwa Band y Big Band CSMN) y Juan Luis Novo, trombón (Capitán Groove, profesor de los conservatorios de Leioa y Bilbao Musika Eskola). Como puede comprobarse una apuesta recia y sólida que se toma este reto con el máximo respeto y solvencia.

Saúl Santolaria (1976) es un curtido músico de Getxo, productor, ingeniero de sonidos, multiinstrumentista... y un enamorado de las voces, un aspecto que siempre ha cuidado en sus diferentes etapas.

«En mi casa siempre sonaba música, soy el último de cinco hermanos donde la mayor me saca 14 años, así que había de todo. Desde John Williams y Ennio Morricone en el apartado fílmico pasando por John Denver y Cat Stevens (mi gran "game changer") el que me cambio la vida, James Taylor, Dylan, Meat Loaf, Dire Straits, Beach Boys, The Eagles y un disco maravilloso recopilación de toda América Latina y otro de María Dolores Pradera que no paraban de sonar... Mi hermano mayor, Alberto le daba más por ahí. Por supuesto, también los clásicos como Beatles, Stones, pero en casete... Luego mis hermanas curraban en un bar vintage en los bajos de Aurrera, zona Argüelles en los 80 en Madrid para pagarse sus estudios, se llamaba Atenea, muy underground tipo 70's y jevilón... Cuando iba a Madrid a patinar a los campeonatos de skate siempre acababa allí escuchando a la Creedence, Eagles, Crosby Stills and Nash y, por supuesto, Bruce Springsteen, que era lo más en esa época de finales de los 80.

Participa en el denominado Getxo Sound, vive un tiempo de agitación, pero la música californiana de fuertes melodías y armonías vocales le seducen fuertemente.

Luego de estrenarme como músico tocando la batería durante el denominado movimiento grunge con diferentes bandas del también denominado Getxo Sound y acabar haciéndolo en Lord Sickness, ahí escuchaba a Descendents, Bad Religion, Green Day (con los que acabamos patinando la primera vez que vinieron de gaztetxes por aquí, como el de Laudio, en Soraluze no pudimos estar). Luego empecé a recuperar mis raíces con Bedroom, mi proyecto personal junto a el también músico Daniel Merino y a profundizar en la música californiana de finales de los 60... Jackson Browne, Joni Mitchell, la Grateful Death, The Byrds, Buffalo Springfield, America, Neil Young…, pero también aquellos que la ciudad de Los Ángeles acogía en su seno como Steely Dan, Chicago, Doobie Brothers, Stephen Bishop... Bajo la etiqueta Getxo Sound había un sinfín de bandas retro o hardcore casi punk que nada tenían que ver con ninguna casilla: Gravestones, Magic Teapot, Los Clavos, Melmak etc... y menos con clichés como el Kronnen etc... Más bien creo que fue un término que el Aula de Cultura de Getxo o algún colectivo tipo Balium con b se sacó de la manga para darle sentido a una escena con cierta relevancia o repercusión.

CSN&Y también fueron una referencia, la California jipi y dorada. Algunos aspectos de esa época, el buen gusto por el folk-rock quedan reflejados en su espléndido disco junto a The Heartdrivers.

David Crosby era la conexión con lo divino. El que me tocaba más mi zona espiritual. Stills era el de los temazos y el más talentoso guitarrista. Nash tenía la canción perfecta y la sensibilidad comercial a veces naif, a veces supermaduro, Neil Young... Neil Dios. El proyecto Heartdrivers nació de mi relación y amistad longeva con el musicólogo y musicoterapeuta argentino Carlos Fregtman también músico guitarrista compositor y productor donde dimos rienda suelta a nuestro amor por el género. Él me invitó a Marbella y en tres días el disco estaba listo. Es un ir y venir de ideas que cada cierto tiempo cuajan en una producción cuando nuestras agendas lo permiten.

Experiencias diversas en las que lleva más de veinte años...

Formé parte fugaz de los primeros Smile en un par de bolos luego de haber montado Bedroom. Después de dejarlo no he liderado ningún proyecto propio como tal aunque llevo casi 20 años sin parar de componer y tengo en la recámara un porrón de temas que algún día verán la luz... ¿Colaboraciones? Muchas, gran cantidad de ellas para muchos de los grupos a los que he tenido la oportunidad de producir y sí, todas ellas me han enseñado algo porque la singularidad de cada proyecto educa tu perspectiva y vas abriéndote a nuevas formas de expresión. Diferentes estilos moldean tu figura como músico.

No obstante, pronto se interesa por la grabación y la producción... que deriva en los estudios Sweet Saul Music Recording Studios.

Llevo grabando desde el primer año de facultad de Física, año 1995... Me las apañaba con un cuatro pistas de cinta de casete. Me pagaba mis viajes a Londres para formarme como ingeniero de sonido y productor con las grabaciones que hacía en locales de ensayo por toda la península, así nació Sweet Saul Music, luego compré un sótano frente a la playa de Sopela, por fin contaba con un pequeño zulo para grabar más tranquilo. Ahora el proyecto está más desarrollado en el nuevo local de Larrabasterra desde el año 2009. Mi estudio (en Gatzarine 7, bajo, frente al metro de Larrabasterra, es un laboratorio abierto a todo el mundo inquieto y con ganas de hacer música desde las emociones... Con estilo y sensibilidad pero también con la energía necesaria para conseguir algo vibrante que mueva a la gente por dentro. Espíritu “old school”, pero a la vanguardia de lo que el presente nos depara, siempre atentos, siempre inventando algo nuevo.

Suele haber bastante despreocupación con la voz, curiosamente el «instrumento» que más define a un grupo, ¿se ha mejorado en este sentido en Euskal Herria?

Lo de cantar es lo más difícil y escaso. Encontrar a alguien que comunique, todavía más; pero talento sobra... Hay que crear más sinergias entre los grupos, músicos, estudios, productores etc...Crear un caldo de cultivo donde se puedan desarrollar e inspirar los más jóvenes, pero desde la emoción y no desde la competición. Pongo como ejemplo a una banda de chavales que tuve el gusto de producir The Crazy Weels Band [de Soraluze], valedores de la marca Euskadi en Boise, EEUU, y que se salen cantando.

 

¿En el setlist hay preferencias por una época de Van Morrison? Músico con el que al menos tuvo una relación de trabajo profesional.

No hay preferencias, absolutamente todo su repertorio y recorrido nos llama la atención. La relación llega al ser los responsables del backliners de alguno de sus conciertos. Van es como Dylan, Neil Young... No pueden parar quietos y la media de sus producciones es de notable. Luego hacer las obras de arte a las que nos tienen acostumbrados es circunstancial.

El trabajo de base de ordenar todo esto con once músicos le está correspondiendo a Diego Lasheras, no será una labor sencilla

Todo está siendo bastante complejo con metales, percusión etc... Pero Lasheras es un crack de un nivel excepcional como músico y aún más como persona.

¿Cómo se ve en el rol de interpretar a Morrison aun no tenido un timbre de voz similar?

Me voy a caracterizar, no te digo más y no he engordado porque mi mujer no me deja (risas...).