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Un condenado por maltrato durante 35 años evitará la prisión si hace un curso en igualdad

Un hombre condenado a 21 meses de cárcel en Araba por maltratar a su mujer durante 35 años podrá evitar la ejecución de esta pena si no vuelve a delinquir en el plazo de tres años y participa en un programa formativo en materia de igualdad de trato y no discriminación, entre otras condiciones.

Movilización celebrada en Gasteiz contra la violencia machista. (Juanan RUIZ/ARGAZKI PRESS)

La Fiscalía de Araba pedía para este hombre, que ya tiene otra sentencia firme por maltrato dictada en 2013, 5 años y 9 meses de cárcel por golpear, insultar y amenazar a su mujer desde el inicio de la relación en 1981 hasta su fin definitivo en 2016.

El juez condenó al hombre a 21 meses de prisión por un delito de maltrato habitual, pero ha acordado suspender la ejecución de la pena por 3 años si cumple una serie de condiciones: que no delinca durante ese plazo, que participe en un programa formativo en materia de igualdad de trato y no discriminación, se someta a un tratamiento de deshabituación de sus adicciones y cumpla con la prohibición de comunicarse y aproximarse a su víctima a menos de 200 metros durante 3 años.

Antes de celebrarse el juicio, el Ministerio Público y la letrada del acusado presentaron un escrito solicitando que se dictara una sentencia de conformidad en los términos que finalmente ha hecho el Juzgado de lo Penal número 2 de Gasteiz. Según se recoge en la sentencia, el acusado «ha ejercido violencia física y síquica habitual» contra su mujer con la que contrajo matrimonio en 1981 y con la que tuvo dos hijos.

Ese maltrato consistía en «puñetazos por todo el cuerpo, golpes con objetos como un palo y una jarra, fuertes empujones y zarandeos, que a veces le ocasionaron lesiones de tipo traumático, que en general no precisaron asistencia médica».

El hombre fue condenado por sentencia firme en 2013 por un juzgado de Gasteiz a 40 días de trabajos en beneficio de la comunidad. Tras esa condena cesó los malos tratos físicos, según se recoge en la nueva sentencia, pero «persistieron los sicológicos y verbales, principalmente insultos y exigencias», que llegaba a hacer en presencia de su nieta de 4 años.

Finalmente el 11 de diciembre de 2016 durante una discusión en el domicilio familiar «el hombre se puso cada vez más violento y empezó a golpear objetos y enseres hasta que en un momento dado levantó el brazo con el puño cerrado haciendo ademán de agredir a su mujer». Tuvo que intervenir la hija de ambos que logró inmovilizar a su padre y también intervino la Policía Local.

En la sentencia se reconoce que algunos de estos hechos están relacionados con el «consumo habitual y abusivo de alcohol y drogas», y con el «trastorno de ansiedad generalizada y sintomatología depresiva» que sufre el hombre, aunque se matiza que {era consciente de sus actos».

También indica que a consecuencia del maltrato, «la mujer padece un trastorno adaptativo, se encuentra en seguimiento sicológico y en tratamiento médico siquiátrico y farmacológico».