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La Lega y el M5S anuncian el acuerdo con el nombre del primer ministro pendiente

La reunión entre los líderes de la Lega, Luigi Di Maio, y del M5S, Matteo Salvini, cerró los últimos flecos del «contrato» para gobernar Italia, con el nombre del primer ministro a proponer aún por decidir.


Los líderes del Movimiento 5 Estrellas (M5S) y de la ultraderechista Lega, Luigi Di Maio y Matteo Salvini, respectivamente, cerraron los últimos flecos pendientes del «contrato» con el que ambas formaciones aspiran a gobernar en coalición, sin que hasta ayer llegaran a concretar el nombre de consenso para el puesto de primer ministro.

Los dos principales vencedores de las últimas elecciones tratan de poner fin a diez meses de crisis política con un pacto sin precedentes que evite una nueva llamada a las urnas.

Ambos ya han revelado que elegirán a un primer ministro «político» obligado a suscribir los 22 puntos del «contrato», de tal forma que se descarta a un «tecnócrata».

Los medios sitúan ahora como principal hipótesis que el nuevo jefe de Gobierno salga del M5S, el partido más votado en los últimos comicios, y entre los nombres que figuran están los del propio Di Maio y los de los diputados Alfonso Bonafede y Emilio Carelli. Este último ha dicho estar «a disposición del movimiento», según “Il Corriere della Sera”.

Las dos partes abordaron los flecos pendientes como, por ejemplo, aclarar si sería legal convocar un referéndum sobre las mezquitas. El programa será sometido a un referéndum de las bases de ambas formaciones este fin de semana antes de presentarlo al presidente de la República, Sergio Mattarella, para que a continuación les encargue formar gobierno.

Contrato cerrado

Al término de la reunión entre Di Maio y Salvini fuentes citadas por el diario “La Repubblica” confirmaron que el «contrato» político está ya cerrado, con progresos en las negociaciones relativas al primer ministro.

Durante más de tres horas revisaron y suavizaron los puntos más delicados del contrato de gobierno con 22 puntos en 40 páginas.

«Cerraremos formalmente el contrato en pocas horas. Estamos en los últimos detalles», declaró Di Maio al término de la reunión. «Resta por decidir el nombre del primer ministro», adelantó.

Por su parte Salvini se limitó a escribir en un tuit: «trabajo por todos ustedes y juro que he usado todas mis fuerzas».

Seis puntos, que no fueron especificados, no contaban en un principio con el consenso de ambas partes, según informaciones de la prensa que aseguran que la última versión incluye políticas «humanitarias» sobre la inmigración, defensa del medio ambiente y negociaciones de los tratados con la Unión Europea.

La filtración, el lunes, del primer borrador, con elementos que incluían un mecanismo para salir del euro, había generado alarma en toda Europa.

El euro no se cuestiona

Sin embargo, la eventual salida del euro fue desmentida reiteradamente el miércoles por ambas formaciones: «No se ha puesto en cuestión la moneda única», precisaron.

A pesar de ello, los mercados financieros reaccionaron negativamente y la bolsa de Milán registró una baja y a mediodía se disparó la prima de riesgo hasta 156 puntos, 25 más que la víspera.

Si bien la posibilidad de un «Italexit» fue descartada y no aparece en las últimas versiones del programa divulgado ayer, quedan muchos interrogantes sobre la llegada al poder de dos fuerzas calificadas de «antisistema». La idea de cancelar los 250.000 millones de euros de la deuda pública italiana en poder del Banco Central Europeo (BCE) también desapareció rápidamente del acuerdo.

Fijar un impuesto a la renta entre el 15% y el 20% –promesa electoral de la Lega– así como la propuesta de un salario fijo de ciudadanía –defendido por el M5E– además de la reforma de la controvertida ley de pensiones, figuraban por ahora en el pacto de gobierno.

El acuerdo debería introducir «la cuota 100», es decir, la posibilidad de retirarse cuando la suma de la edad y los años de contribución alcanzan los 100 años (por ejemplo, 64 años y 36 años de contribuciones).

Desde Bulgaria, donde asiste a la cumbre entre los líderes de la UE y los de los Balcanes, el primer ministro saliente, Paolo Gentiloni, defendió la necesidad de que Italia no desperdicie «el esfuerzo colectivo» de los últimos años, principalmente en aras de la estabilidad económica. Asimismo, subrayó que «Italia no abandona el curso europeísta», ante el temor a algunas de las medidas de dos formaciones críticas hacia la UE.