Las reporteras denuncian el acoso que sufren en el Mundial
Un nutrido grupo de reporteras de diferentes rincones del planeta y destinadas al Mundial de Fútbol que se está celebrando en Rusia, están denunciando el constante acoso sexual que padecen a manos de los aficionados durante sus retransmisiones en directo.
El Mundial de fútbol de Rusia está poniendo nuevamente de manifiesto el grave problema que padecen las reporteras que realizan su trabajo a pie de calle. Desde el inicio del campeonato son muchas las profesionales que están denunciando las actitudes troglodíticas de los aficionados que, captadas por las propias cámaras, besan o abrazan sin su consentimiento a las periodistas.
Una de las últimas en denunciar este tipo de actitudes ha sido la reportera de Mediaset María Gómez, quien aprovechó una conexión en directo para lanzar un claro mensaje en contra de estos episodios de acoso en el que decía: «Al principio hacíamos la conexión desde la calle y dejamos de hacerla porque un listo se nos tiró encima. O lo que le ha pasado a una compañera colombiana, una compañera alemana o una compañera brasileña que también han denunciado».
Gómez finalizó su mensaje señalando que le parece «surrealista que lo tengamos que pedir, pero basta ya de estas actitudes y basta ya de este tipo de hombres. Somos trabajadoras, no somos floreros ni muñequitas, somos profesionales y pedimos respeto».
La reportera colombiana Julieth González Theran se ha expresado en términos similares a la hora de describir lo que padeció durante una transmisión en vivo para Deutsche Welle y en la que fue víctima de acoso sexual por parte de un aficionado. González recurrió a Twitter para exigir respeto y manifestar que «debemos identificar los límites del afecto y el acoso». La periodista brasileña Julia Guimaraes tuvo que hacer frente a un hombre que trató de besarla durante una transmisión en directo. La periodista le gritó «no lo hagas, no se lo hagas nunca a ninguna mujer». Guimaraes pertenece al colectivo de periodistas deportivas brasileñas que se unieron para denunciar el acoso sexual en su trabajo bajo el lema “Deixa ela trabalhar” (“Déjala trabajar”).