La final anticipada
El pragmatismo francés frente a la velocidad belga, dos propuestas colectivas y mucho talento individual.
La escuela ‘francobelga’ es la tercera potencia mundial en producción de historietas y cómics, tras EEUU y Japón. Desde el Teniente Blueberry o Lucky Luke a Spirou y Fantasio, pero sobre todo encarnada en el galo Astérix y el belga Tintín. Fantasía y aventuras como las que prometen, a priori, los contendientes de la primera semifinal de este Mundial. Franceses ‘comequesos’ y belgas ‘comegofres’, si la eliminatoria que espera esta tarde está a la altura cómica de las tribulaciones de ‘‘Nada que declarar’’ entre sendos aduaneros francés y belga el día que caen las barreras de la Unión Europea, al menos la diversión estará garantizada. Sobre el tapete, la final adelantada, probablemente los dos equipos que más han enganchado al espectador neutral aunque todos mirando con el rabillo del ojo a esa Inglaterra capaz de pasarle por la derecha a cualquiera sin pedir permiso.
El apetecible Bélgica-Francia cuenta las horas (20.00), el talento ofensivo de los De Bruyne y Hazard, o la fuerza de la naturaleza de Lukaku, frente a la capacidad atlética de los Kante, Pogba, el aleteo que decide partidos de Griezmann o los slaloms vertiginosos del por ahora guadianesco Mbappé. El equipo más goleador del torneo ante el que suma tres encuentros con la portería a cero. Quién tomará la iniciativa de inicio y asumirá más riesgos es una de las preguntas en la antesala del duelo.
«Si ganamos también estará contento porque ante todo es francés», sostiene el lateral francés Lucas Hernandez cuando se refiere a su compatriota Thierry Henry, que de ‘Titi’ ha pasado a ‘Diablo rojo’ como segundo a las órdenes de Roberto Martínez. El técnico catalán se refería estos días a las individualidades que sobresalen en ambos conjuntos y él lo tenía muy claro: «En el fútbol moderno hay tanta preparación e información que es más fácil neutralizar el talento individual del equipo contrario. Las individualidades te pueden ganar un partido, pero es muy difícil que ganen un Mundial».
Sin Meunier, con Matuidi
Uno y otro, ‘Bob’ Martínez y Didier Deschamps parecen haber conjugado lo uno y lo otro, proponer como grupo una apuesta futbolística y apelar a la magia de sus figuras cuando las fuerzas se equilibran. Una Francia hasta cierto punto resultadista pero fiable, y una Bélgica desatada por momentos máxime cuando tiene pradera por galopar, algo que será difícil que los franceses le concedan. Los primeros pierden a Meunier por sanción y los segundos recuperan a Matuidi para formar arriba con Griezmann y Mbappé.
Francia quiere emular a aquella selección intercultural del ‘Gallo’ que acabó con el guadalupeño Lilian Thuram aclamado y su hoy entrenador Deschamps alzando el trofeo en 1998, mientras Bélgica aspira a superar la leyenda de los Jean-Marie Pfaff, Eric Gerets, Enzo Scifo, Jan Ceulemans o los hermanos Franky y Leo Van der Elst, a los que Diego Maradona dejó en puertas de la final en 1986. Espadas en todo lo alto, los belgas tienen un arma diabólica: precisamente, desde el Mundial mexicano del 86, el conjunto que eliminó a Brasil en las rondas del KO siempre ha llegado a la final. Será así si tiene el permiso de Francia.