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Los Victoriano del Río realizan un encierro vertiginoso en un suelo mojado por la lluvia

Los toros de Victoriano del Río han realizado un vertiginoso encierro que ha detenido el cronómetro en los dos minutos y veinte segundos y que se ha caracterizado por el retorno de la lluvia, que ha empapado el recorrido momentos antes de comenzar la carrera.

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Los astados madrileños de Victoriano del Río se caracterizan por su gran velocidad y la han demostrado en el sexto encierro de las fiestas, ya que han volado por unas calles de Iruñea en las que la lluvia caída en los momentos previos a la carrera ha incrementado la peligrosidad del frenético encierro.

Ya desde Santo Domingo, los morlacos han imprimido un ritmo endiablado a la carrera, con un astado negro marcando el paso bien arropado por los primeros mansos, seguido de sus hermanos y cerrando el grupo el único toro de color castaño claro y de nombre Jabaleño.

A su paso por la plaza Consistorial y entrando en Mercaderes, el toro negro se ha seguido destacando, mientras por detrás uno de sus hermanos negro mulato ha resbalado y ha caído por un momento, aunque sin llegar a desengancharse de la manada.

Tras tomar la curva de Estafeta sin mayores dificultades gracias al antideslizante, el grupo se ha ido estirando, de tal manera que dos de los morlacos se han destacado abriendo hueco y permitiendo que los corredores se acercaran a sus astas.A continuación llegaba el resto de la manada a unos metros, mientras en los alrededores se sucedía un rosario de caídas de mozos y mozas.

En Telefónica se han producido nuevos resbalones tanto de toros como corredores, pero sin mayores consecuencias, aunque esos patinazos han hecho que la manada se terminara fragmentando en dos grupos, con tres astados entrando juntos en la plaza, seguidos a poca distancia por los otros tres bravos.

En esas dos tandas, han terminado entrando en los corrales de la plaza, dejando un tiempo de dos minutos y veinte segundos, y algunos contusionados.