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Blando atrás e inofensivo arriba, derrota segura

Osasuna dio otro paso en Granada... pero equivocó el sentido. No hubo agua, sol, ni mimos para los «brotes verdes» que aparecieron una semana antes frente al Elche. No hubo nada, de hecho, en un partido realmente pobre de los rojillos que, con un punto en tres partidos –y sólo el Córdoba por detrás en la clasificación–, corren el riesgo de que urgencias y nervios les priven del mínimo necesario de tranquilidad para trabajar que requiere cualquier proyecto, y más uno que está dando sus primeros pasos.


GRANADA 2

OSASUNA 0

Y trabajo le hace falta, visto lo que sucedió ayer en los Cármenes, donde el Granada, que también llegaba con ese puntito de presión que genera la falta de victorias, se encontró el rival que cualquier equipo querría: sin contundencia en defensa, sin ideas en el centro del campo y sin presencia en ataque. Una bicoca, vamos.

Por si no duraba mucho, los nazaríes decidieron aprovecharlo cuanto antes. A los seis minutos Adrián Ramos, que se convirtió en una pesadilla, se quedó solo para rematar un balón al área de Vadillo y hacerle el primero a Rubén, que se estrenaba finalmente en el once –también entraron Imanol García y Xisco y Torres se colocó en la izquierda–, en detrimento de Juan Pérez. No fue precisamente el debut soñado, ni en lo personal, ni en lo colectivo. Porque esa acción del primer gol fue un adelanto de lo que sería el primer tiempo, con el balón casi permanentemente en la parcela rojilla y la conexión entre Vadillo, Fede Vico y Adrián Ramos funcionando con demasiada facilidad.

Al otro lado del campo la nada, aunque hubo un momento, momentito, en el que pareció que Osasuna alcanzaba los mínimos de concentración e intensidad como para equilibrar el partido sobre el verde. También ofreció esa sensación, incluso ligeramente mejorada, en el arranque del segundo tiempo. Pero se acabó con el penalti clarísimo de Imanol García a Vadillo que el propio futbolista gaditano convirtió en el 2-0.

Definitivo porque, aunque la entrada de Brandon le dio algo de vidilla, fue inofensivo. Su rival no vio peligrar la ventaja en ningún momento.

«No hemos estado a la altura»

No es de extrañar el disgusto de Jagoba Arrasate a la conclusión del choque. «La idea era hacer un partido mejor y sumar. Y no hemos hecho ninguna de las dos cosas», asumió.

Lo peor es que no se trata de un hecho aislado. «No estamos como nos gustaría. Hemos jugado dos partidos fuera de casa y hemos estado por debajo del nivel que requiere la categoría para ser competitivos y sumar –reconoció el entrenador vizcaino–. Nos queda lo de casa pero en estos tres partidos no hemos estado a la altura. Lo que tampoco tenemos que hacer es enfadarse, sino buscar soluciones. Mejorar y sobre todo ganar, sumar tres puntos cuanto antes».