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Un movimiento de convergencia de izquierdas nace en Alemania

Políticos del Linke, los Verdes y SPD presentaron en Berlín el movimiento de convergencia de izquierdas Aufstehen (Levantarse). Defienden una política social y de carácter pacifista apostando por la redemocratización de Alemania. Quiere ser una alternativa progresista tanto a la Gran Coalición de Angela Merkel como a la xenófoba AfD.


Conocidos políticos pusieron ayer ante la prensa alemana cara y voz al movimiento Aufstehen (Levantarse) que pretende promover la confluencia de los partidos de izquierda y que hasta ayer sólo había sido visible a través de su página web y de su presencia en las redes sociales. Ante la Conferencia Federal de Prensa, que reúne a los periodistas acreditados en Berlín, se presentaron la cojefa del grupo parlamentario Die Linke (La Izquierda), Sahra Wagenknecht; la alcaldesa mayor de Flensburgo por el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), Simone Lange, y el ex secretario de Estado de los ecologistas Verdes, Ludger Volmer. Junto con el dramaturgo Bernd Stegemann y el experto en comunicación Hans Albers, explicaron los principios fundacionales de Aufstehen, que han sido firmados por unas 80 personas del mundo de la política y la cultura y por lo que han sido fuertemente criticados.

Una reacción que no sorprende porque si este nuevo movimiento pasa del mundo virtual a la realidad cambiaría, desde la izquierda, el panorama político de Alemania, que ya ha sufrido un lifting parcial de la mano de la xenófoba Alternativa para Alemania (AfD). El auge de la nueva derecha se explica por que ha sabido presentarse como una alternativa a la no oficial megacoalición que para cuestiones esenciales, como el rescate del euro, ha formado la canciller y presidenta de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), Angela Merkel, con el SPD y los opositores Verdes. Buena parte del electorado actual de la AfD proviene de las capas sociales más expuestas a la explotación de los minijobs, pendientes de las ayudas sociales y sometidas al severo régimen del Hartz IV, creado por el SPD, que afecta a todos los desempleados. Dado que la CDU de Merkel y el SPD de Andrea Nahles no han hecho nada para abolir el Hartz IV, el temor a que el paro podría llevarse todos los ahorros, seguros de vida e incluso la vivienda es grande. La AfD ha sabido aprovechar esos miedos incrementándolos con la idea del supuesto «refugiado invasor» que recibe y se lleva todo: dinero, trabajo, forma de vida y mujeres. Las mentiras calan hondo como se ha puesto de manifiesto en la caza al extranjero que neonazis protagonizaron en Chemnitz.

Hasta ahora, la élite política ha optado por ignorar al electorado de la AfD e incluso ha preferido meterlo en el mismo saco que los ideólogos y activistas ultraderechistas y neonazis que han cerrado filas con el partido azul. Como consecuencia, la AfD se está consolidando como segunda fuerza política a nivel nacional, por detrás de la CDU y por delante del SPD.

«Estoy harta de dejar la calle a Pegida», señaló Wagenknecht ayer en referencia al movimiento xenófobo que actúa como bisagra entre la AfD en la instituciones y la gente en la calle.

Ante este situación, Aufstehen propone un cambio decisivo en la política social e internacional. Volmer recordó que los Verdes nacieron de dos movimientos que confluyeron en los años 80, el ecologista y el pacifista. De hecho, Aufstehen proclama que los productos biológicos sean alcanzables para todos y no sólo para los de ingresos altos, lo cual es un aspecto más de como se presenta la cuestión social hoy en día en Alemania. Otro es la digitalización que afectará el tejido industrial del país.

La espinosa cuestión nacional no la tocaron, aunque en el manifiesto se opta por un cambio radical de la política exterior, sobre todo con respecto a Rusia.

A Wagenknecht su partido le criticó por oponerse a la apertura de fronteras para todos y por querer solucionar las causas de los éxodos en los países de origen de los refugiados.

Volmer tiene en su contra haber sido responsable en el Ministerio de Exteriores cuando el SPD y Verdes llevaron a Alemania a sus primeras guerras después de 1939, primero a Yugoslavia y después a Afganistán.

Ahora está por ver, si los 100.000 simpatizantes de Aufstehen se han levantado solo en las redes sociales o si son capaces de llevar el cambio a la calle.