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Esos idiomas tan raros…

Como es reciente, es fácil recordar la ilusión generalizada que supuso la participación de ‘Loreak’ como primera película en euskara en la carrera hacia los Óscar, aunque finalmente no llegara a pisar la alfombra roja del Teatro Dolby.

Cristina Gallego y Ciro Guerra en TCM Topaketak. (NAIZ)

Algo parecido debieron de sentir los wayuu de La Guajira cuando a finales de junio asistieron por primera vez a una proyección en wayuunaiki, el idioma que se habla en la película ‘Pájaros de verano’ y la lengua del pueblo más antiguo de Colombia que primero se enfrentaron a los piratas, luego a los españoles, después a los gobiernos y ahora a las empresas mineras. La cinta, codirigida por Cristina Gallego y Ciro Guerra, se presenta en Perlak y ha sido nominada esta semana a nueve candidaturas de los premios Fénix, los principales galardones del cine latinoamericano, después de haber sido elegida como representante de Colombia para optar en Hollywood a la Mejor Película Extranjera.

Sus directores han querido contar una historia desconocida, enmarcada en los orígenes del narcotráfico, en el idioma de una tribu ancestral. La película cuenta la historia de una familia indígena Wayuu y un lugar habitualmente predispuesto al narcotráfico al que en los años 60 empezó a transformar la llegada de los gringos y el negocio de la marihuana. Gallego y Guerra, saturados de esa imagen que «sataniza a los colombianos y encumbra a los narcos», han recuperado un relato más fiel «el de una comunidad tradicional, acostumbrada a vivir según las interpretaciones de sus sueños y de la naturaleza, y devastada por el capitalismo salvaje», asegura Gallego.

Y lo han hecho en wayuunaiki, el idioma dominante «en el 70% de la cinta y el que habla el 30% del equipo», calcula Ciro. La película protagonizada por Carmiña Martínez, Natalia Reyes y José Acosta ha contado con intérpretes profesionales y nativos: «Varios de los actores desconocían el idioma y han tenido que realizar un esfuerzo, lo cual ha sido muy bien recibido. Supongo que también ocurrirá aquí con actores que tienen que decir algo en euskara», comparan los realizadores.  

También han expuesto su versión desde la mirada de una mujer, o quizás de dos, la protagonista y la de una de sus directoras Cristina Gallego, convencida de que «las mujeres tenemos un sexto sentido. Son mujeres fuertes, madres y abuelas, pero estas cosas las cuentan los hombres y siempre están inundadas de presencia masculina», señala antes de que su compañero Ciro recuerde que la infancia de Gabriel García Márquez está empapada de sirvientes y matriarcas hablando wayuunaiki, gente que dejó huella en el padre del realismo mágico.