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El discurso xenófobo suplanta con éxito al soberanismo en Quebec

El recelo ante los inmigrantes y refugiados, sobre todo si no son francófonos, ha otorgado la mayoría absoluta a la formación derechista y xenófoba CAQ, desbancando a los liberales, en el poder en Otawa, y propinando el peor resultado de su historia para el independentista PQ, solo matizado por el repunte del soberanismo de izquierdas.


El partido de derecha Coalition Avenir du Québec (CAQ), liderado por un tránsfuga del soberanismo quebequés, arrasó con el 38,1 % de los votos y tendrá una mayoría absoluta aplastante (75 de los 125 diputados de la Asamblea Nacional).

François Legault, líder del CAQ y que ocupó varias carteras a finales de los noventa y comienzos de 2000 en sucesivos gobiernos del soberanista Parti Québécois, desbancará así a Philippe Couillard, primer ministro saliente de Quebec y líder del federalista Partido Liberal (PLQ) sucursal de la formación estatal en el gobierno federal canadiense, liderado por Justin Trudeau.

El PLQ quedaría reducido a unos 31 diputados con el 24,3% de los votos, lejos del 30% de votos que auguraban las encuestas a esta formación, que se nutre principalmente del voto anglófono en el enclave francófono.

Pero el gran perdedor fue el soberanista Parti Québécois (PQ), que tras varios lustros en el poder perdió su grupo parlamentario al no obtener el mínimo de 12 diputados (20% de votos). La estrepitosa caída del PQ, que con 10 diputados y un 17,25% de los votos, habría perdido más de 20 escaños con respecto a las elecciones de 2014 y cosecharía el peor resultado de toda su historia, cristaliza la renovación de la política quebequesa desde hace generaciones.

Parco consuelo

El único consuelo reside en que la alternativa soberanista de izquierdas, Quebec Solidaire (QS) ha triplicado los resultados de las últimas elecciones, al conseguir el 15,72 % de los votos, y tendrá también 10 diputados, los mismos que el PQ que, junto con los liberales del PLQ, ha sido hegemónico en la política del enclave en los últimos decenios.

Fueron gobiernos del PQ, en 1980 y 1995, los que convocaron los dos referendos independentistas En el último, los partidarios del sí estuvieron a punto de conseguir la victoria al obtener el 49,42 % de los votos.

Pero desde entonces, el PQ ha sufrido un creciente declive, paralelo a la relegación a un segundo plano del &dcThree;soberanismo.

En campaña, la cuestión quebequesa ha sido relegada por temas como el control de la inmigración, los recortes de impuestos o la economía. Solo ayer, cerradas las urnas y tras el anuncio de que Canadá se ha sumado al acuerdo para renovar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) a cambio de abrir el sector lácteo canadiense a las exportaciones estadounidenses, el tema volvió a la palestra. Al conocerse los detalles del acuerdo, que afecta especialmente a los productores quebequeses, el líder del PQ, Jean-François Lisée, afirmó que esta cesión no se habría producido si Quebec fuese un país independiente.

Francofonía-xenofobia

Coalition Avenir du Québec (CAQ) y su líder, Francois Legault, conocido empresario que en 2008 se desmarcó del PQ al proponer que la formación dejara a un lado proyectos colectivos como la independencia en favor de temas como la economía, ha logrado centrar el discurso en torno a la propuesta de reducir el número de inmigrantes (un 20% a partir de 2019) y establecer un test de valores quebequeses y lengua francesa a los que se tendrán que someter tras tres años. de estancia, so pena de ser expulsados.

Legault acusa al gobierno saliente de fracasar en la «integración y afrancesamiento» de los inmigrantes. «Hay un riesgo de que llegue un día en que nuestros niños no hablen francés».

 

Necesidades, tópicos y visión miope

Desde 2015, Quebec acoge cada año 50.000 inmigrantes y refugiados, que selecciona en sus 2/3 partes, en virtud de un acuerdo con el gobierno de Otawa.

Desde aquel año, la proporción de inmigrantes que conocen el francés ha pasado del 56% al 42% en 2017, lo que es atizado como amenaza por la CAQ. Hasta el PQ les ha comprado –¿o era suya?– la idea y defiende limitar la inmigración a francófonos o aspirantes.

Es cierto que, desde la llegada al poder de Trump en EEUU, 35.000 inmigrantes han cruzado la frontera. Como es cierto que Quebec, con un paro técnico y una demografía a la baja, necesita a día de hoy más de 100.000 trabajadores foráneos.

Hay empresas que van a Costa Rica o a Túnez buscando soldadores, maquinistas, personal de mantenimiento...

Mientras, Quebec y el conjunto de Canadá, se olvidan de la juventud nativa autóctona. En las reservas de las tribus originarias (5% de la población), el paro es masivo. Están peor vistos incluso que los inmigrantes que vienen de fuera.D.L.