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El Tour apuesta por un recorrido montañoso para su edición de 2019

La edición de 2019 del Tour apuesta por la montaña con 30 puertos, seis de ellos a más de 2.000 metros y cinco llegadas en alto. Por contra, la contrarreloj se vuelve a quedar escasa y está relegada a dos etapas de 27 kilómetros, una por equipos la segunda jornada por las calles de Bruselas, ciudad que lanzará la edición el 6 de julio, y otra en Pau en la decimotercera.

Poulidor y los pentacampeones Mercxk, Hinault e Indurain, en la presentación del Tour 2019. (Stephane DE SAKUTIN / AFP)

El Tour apuesta por un recorrido para escaladores en su edición de 2019, presentada hoy en París. El sucesor del galés Geraint Thomas, ganador de la pasada edición, deberá negociar bien los ascensos, ya que estarán jalonados a lo largo de las tres semanas, empezando por los Vogos, pasando por los Pirineos y con la traca final en los Alpes.

Tras un inicio de 192 kilómetros en Bruselas, en el que homenajearán a Eddy Merckx en el 50 aniversario de la primera de sus cinco victorias y donde se prevé un esprint, las primeras diferencias las marcará una contrarreloj por equipos. 27 kilómetros de lucha contra el crono junto al Atomium de la capital belga. La tercera etapa ya introducirá al pelotón en el Estado francés, con un final en Epernay que no debería ser para los sprinters más puros, que sí que tendrán su ocasión en la cuarta etapa con final en Nancy. 

Las primeras diferencias las marcarán los Vosgos de la mano de La Planche des Belles Filles, en la sexta etapa, con un kilómetro suplementario de esta cima que va camino de convertirse en mítica y nuevas rampas por encima del 20 %. El macizo Central abordará la media montaña, con finales en Saint-Etienne y Brioude, antes del primer reposo en Albi, antesala de los Pirineos.

Bagnères de Bigorre acogerá la llegada del pelotón tras superar Peyresourde y la espectacular Horquette d'Ancizan en una etapa de 202 kilómetros. Al día siguiente, los contrarrelojistas tendrán su única opción para abrir diferencias antes de toda la montaña, con una crono en Pau de 27 kilómetros. El sábado 20 de julio el Tour llegará al Tourmalet, que acogerá, en sus más de 100 años de historia en la carrera, su segundo final de etapa. Siguiendo el esquema de la última edición, será una etapa de tan solo 118 kilómetros, en los que tendrán que subir el Soulor antes de empezar con las rampas del Tourmalet. La última jornada de los Pirineos llegará al inédito Prat d'Albis, un puerto de 14 kilómetros, con un desnivel medio del 6,7%.

Tras un merecido reposo en Nimes, afrontarán dos etapas en los que los hombres de la general pueden recuperar la tranquilidad antes de la traca final. La primera etapa alpina llegará a Valloire tras superar 207 kiómetros y tres colosos de más de 2.000 metros: Vars, Izoard y el Galibier. Tras el descenso de este último, la meta.

Las últimas dos jornadas, antes del final en París, recuperarán el diseño de pruebas más cortas y nerviosas, pero con final también por encima de los 2.000, en Tignes y en Val Thorens, el tercer final más alto de la historia, a 2.365 metros.