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El jefe del Pentágono se va y Trump se repliega también de Afganistán

La salida del secretario de Defensa de EEUU, Jim Mattis, confirmó las diferencias en el Gobierno estadounidense con la política del presidente, Donald Trump, que acababa de anunciar la retirada de tropas de Siria y que también prepara un importante repliegue en Afganistán. Mattis subrayó la importancia de «respetar a los aliados».


El secretario de Defensa, Jim Mattis, anunció el jueves su salida del Gobierno de EEUU, confirmando sus discrepancias con las decisiones del presidente, Donald Trump, al poco de que este anunciara la retirada de las tropas de Siria y se planteara la reducción del contingente desplegado en Afganistán.

La dimisión de Mattis, que encarnaba la estabilidad en una turbulenta Administración, se suma a una larga lista de cargos que han sido cesados o que han abandonado y supone un desaire para el presidente estadounidense. En una carta a Trump, el exgeneral insistió en la necesidad de EEUU de «tratar a los aliados con respeto». «Usted tiene el derecho de tener un secretario de Defensa cuyos puntos de vista estén mejor alineados con los suyos... Creo que lo correcto para mí es renunciar a mi cargo», aseguró Mattis, marcando su desacuerdo con un Trump que en los últimos meses se ha enfrentado a sus aliados de las principales potencias occidentales. En su carta, el secretario no habla directamente del tema sirio, sino para citar la coalición internacional contra el Estado Islámico (ISIS) como ejemplo de la utilidad de las alianzas. «Nuestra fuerza como nación está unida de forma indisoluble a la fuerza de nuestro único y exhaustivo sistema de alianzas y asociaciones», insiste. Su salida es interpretada como un marcado desacuerdo con Trump, que el miércoles anunció la retirada –en el menor tiempo posible– de unos 2.000 soldados estadounidenses desplegados en Siria.

Trump tomó esa decisión tras una conversación con su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, en la que este último se comprometió a luchar contra los yihadistas, si bien su constante reclamo desde hace tiempo es que EEUU deje de respaldar a las fuerzas kurdo-árabes que combaten al ISIS en Siria.

Poco después se conoció que Washington prepara igualmente un repliegue importante de Afganistán. Mattis había pedido –y obtenido– un aumento de las unidades desplegadas en ese país el año pasado. “The Wall Street Journal” y “The New York Times” apuntaban a la retirada de la mitad de los 14.000 militares estadounidenses en suelo afgano, donde sus tropas llevan ya 17 años de guerra.

Legisladores demócratas y republicanos manifestaron su decepción e inquietud por la partida de Mattis, que también ha contrariado a los aliados de EEUU en Europa.

«Es un día triste para nuestro país», dijo Nancy Pelosi, líder demócrata en la Cámara de Representantes. Chuck Schumer, líder demócrata en el Senado, lamentó la salida de uno de los «inusuales símbolos de fuerza y estabilidad» en el seno del equipo presidencial. El jefe de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, suscribió las palabras de Mattis: EEUU debe «comprender claramente quiénes son nuestros amigos y nuestros enemigos y reconocer que naciones como Rusia figuran entre los últimos». Trump indicó solamente que Mattis dejará sus funciones a fines de febrero y que nombrará un sucesor próximamente, y la Casa Blanca señaló ayer que el jefe del Pentágono «hizo lo correcto». Destacando que EEUU no quiere ser el «policía de Medio Oriente», el presidente defendió el jueves la retirada de las fuerzas de Siria, pese a las advertencias de varios miembros de su gabinete. «Es hora de que otros peleen finalmente» contra el ISIS, dijo, invitando a Rusia, Irán, Siria y otros, a liderar esa lucha, aunque queda por definir el futuro de los ataques aéreos estadounidenses contra el ISIS, su política en la región respecto a Irán o sobre el campo libre que deja a Rusia.

 

Los kurdos piden apoyo a París ante la amenaza turca

Ante el anunciado abandono de Washington, que abre la puerta a otra operación de Turquía en Siria, delegados de las autoridades kurdas solicitaron ayer a consejeros de Emmanuel Macron apoyo diplomático y presión sobre Ankara «para que pare sus amenazas», y el respaldo de las fuerzas francesas, que tienen artillería, aviación y efectivos de unidades especiales en las zonas bajo control de las milicias kurdoárabes de las FDS. Advirtieron de que la lucha contra el ISIS será más difícil tras la retirada de EEUU, porque «nos obligará a retirarnos de las líneas del frente en Deir Ezzor (uno de los últimos bastiones yihadistas) para tomar posiciones en la frontera con Turquía» ante un eventual ataque. Recep Tayyip Erdogan anunció que aplazará esa ofensiva tras hablar con Donald Trump. «Por supuesto, no es un proceso de espera indefinida», matizó. París y Berlín alertaron del impacto negativo de la retirada de EEUU sobre las operaciones contra el ISIS, que, precisamente, lanzó ayer una ofensiva en Deir Ezzor. «Todo el mundo debe ser consciente de que sigue siendo fuerte», alertaron las FDS, que también dieron cuenta de la movilización de fuerzas iraníes y de Damasco en la provincia.GARA

 

Un «regalo navideño» para los talibanes

«Francamente, no esperábamos esta respuesta inmediata de los americanos. Estamos más que satisfechos. Esperamos más buenas noticias», señaló un líder talibán a AFP sobre los planes de repliegue de EEUU, si bien su portavoz habitual, Zabiullah Mujahid, rehusó comentarlos. La decisión estadounidense supone una victoria táctica para los talibanes en un momento en el que están avanzando sobre el terreno, y la logran sin hacer la mínima concesión. Para diplomáticos y analistas es un «regalo navideño adelantado». La Presidencia afgana trató de minimizar la medida al señalar que «la retirada de unos miles de militares extranjeros no impactará sobre la seguridad» del país, pero el súbito anuncio, que llega después de las«negociaciones de reconciliación» entre EEUU y los talibanes esta semana en Abu Dabi, sorprendió a los altos responsables y diplomáticos interrogados por AFP en Kabul, que dijeron estar preocupados por sus consecuencias sobre el terreno.GARA