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Ferrari, a la caza de Hamilton

La escudería italiana trata de dar un golpe de estado y quitar al inglés su trono de los últimos años. Cinco títulos suma ya, y el primero de ellos lo logró con McLaren.


Dice el tópico que muchos jubilados, los más pobres, se pasan las horas apoyados en las vallas de las obras dando instrucciones sobre cómo hay que construir, destruir, encofrar o tabicar. Otros, mucho más ricos, matan el tiempo de circuito en circuito siguiendo la Fórmula Uno de aquí para allá, zonas vip, mobil homes de lujo y sin soltar el gin-tonic hasta que toca pedir otro. Dicen que son ellos los que más saben y, al igual que hace siglo y medio los indios de Norteamérica pegaban sus orejas a las vías para saber a qué distancia estaba el tren y cuánta carga llevaba, los ricachones de hoy en día, con sombreros de paja y bajo una buena sombra –¡otro gin-tonic, por favor!–, agudizan sus oídos o sus sonotones y sentencian la temporada que le espera a una escudería u otra en función del ruido que emiten sus coches. Ellos, pero solo los que están más pendientes de la pista que de las azafatas, aseguran que el motor de los Ferrari es el que mejor suena en estos momentos. Dicen que el silbido que se escucha por debajo de su estruendo es tan limpio como el sonido de un violín y que, a nada que sus pilotos anden un poco finos, llevará muchas alegrías a la casa de Maranello.

Mercedes no baja el pistón

Parece que Ferrari está más cerca de reverdecer sus laureles de antaño. La empresa italiana es que que más veces ha ganado el Campeonato de Constructores, 16, pero la última data de 2008 y eso parece un siglo en una disciplina tan marcada por la tecnología. El destino es caprichoso y ha decidido que lo que separa a Ferrari de su victoria 17 sea Lewis Hamilton.

Para ello cuentan con Sebastian Vettel, cuatro veces campeón del Mundo, único en activo junto a Hamilton con algún título. Le acompañará Charles Leclerc, joven monegasco de 21 años que pilota como un diablo.

Ya tienen coche y pilotos. Ahora, solo les falta, que no es poco, que Hamilton y Mercedes les dejen. La escudería alemana mantiene la fiabilidad que le ha llevado a ganar los últimos cinco Mundiales y a la calidad de Hamilton –si gana este año superara a Fangio con seis títulos y se pondrá a uno solo de Schumacher– une la fiabilidad del finlandés Valtteri Bottas.

Hasta aquí los favoritos, los que pasan de 400 millones de presupuesto anual. El tercero en discordia, que pasa de los 300 y es quien heredó el reinado de Ferrari y luego se lo pasó a Mercedes, es Red Bull. Cuenta para tratar de batir a los dos gigantes automovilísticos con el joven, pero experimentado, Max Verstappen. Con tan solo 21 años ya lleva 81 grandes premios y cinco victorias. Puede ser la temporada de su explosión aunque necesitará para ello que ayuden los de Honda con su nueva unidad de potencia, aquella que sigue esperando el asturiano Fernando Alonso, que ya no está.

Un peldaño más abajo está Renault, con un buen motor y dos pilotos fiables como Ricciardo y Hülkenberg con capacidad para poner las cosas difíciles a cualquiera, aunque pueden saltar las chispas entre ambos.

En cuanto a la estadounidense Haas, su motor Ferrari va como un tiro pero a la pareja formada por el francés Grosjean y el danés Magnussen, la más fiel tras tres años consecutivos juntos, parece faltarles un punto de ambición. McLaren era una de las grandes pero lleva cuatro años para olvidar. Sainz y el joven Norris tratarán de darle visibilidad. También en horas bajas está Williams y lo fía todo al motor Mercedes, al joven Russell y al regreso de Kubica. Alfa Romeo, marca que ganó el primer Campeonato con Farina, ha asumido la estructura de Sauber y cuenta con la seriedad de Raikkonen. Toro Rosso se la juega con los jóvenes y Racing Point apuesta por el mexicano Pérez y el joven Lance, hijo del magnate canadiense Lawrence Stroll, dueño de la escudería.