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La familia de Cabacas piensa llegar hasta el final para lograr justicia

En noviembre la Audiencia Provincial de Bizkaia condenó a un oficial, ya retirado, a una pena de dos años de prisión por la muerte de Iñigo Cabacas, fallecido por el impacto de una pelota de goma disparada por la Ertzaintza hace siete años. Ayer la familia advirtió de que han recurrido el fallo «para llegar hasta el final, para que quien lo hizo lo pague».


«Esto no ha terminado, hemos recurrido porque queremos llegar hasta el final, que quien lo hizo lo pague. Esto no puede quedar impune». Así lo manifestó Manu Cabacas en el acto celebrado ayer en el callejón de María Díaz de Haro. En el mismo lugar en el que su hijo, Iñigo, recibió el impacto de una pelota de goma disparada por la Ertzaintza el 5 de abril de 2012. Falleció cuatro días después.

«Son siete años pero para mi es como si hubiera sido ayer, el recuerdo no se va ni un segundo», señaló en declaraciones a los medios de comunicación, ante los que advirtió de que «es muy duro que todavía tengamos que seguir luchando para que alguien lo pague».

En este sentido, insistió en que «el primer culpable» de la muerte de Iñigo es quien dio la orden, «el ‘Ugarteko’». «Pensamos que esa persona por lo menos tiene que sentarse, él dio la orden y era el responsable policial y los demás obedecieron órdenes», añadió.

Y destacó que la condena al único ertzaina que ha sido penado por la muerte de su hijo, un oficial retirado al que la Audiencia Provincial de Bizkaia impuso una pena de dos años de prisión y cuatro de inhabilitación por un delito de homicidio por imprudencia profesional grave, estaba «preparada».

«No va a pasar por la cárcel y está jubilado, y es el que no quería mandar disparar porque decía que era una bestialidad porque era una ratonera. Le condenaron por hacer algo, por maquillar, cuando saben que él no fue el máximo responsable, porque el máxima responsable, vuelvo a insistir, fue el que dio la orden», indicó antes de recordar que no han podido saber quien fue el autor material de la muerte de Iñigo «porque se encargaron muy bien de ocultar y limpiar todas las pruebas».

«Nosotros no queremos ni ir contra la Ertzaintza ni contra el Gobierno ni contra nadie. Pero los responsables policiales y políticos que había en ese momento tienen que dar la cara y decir por qué hicieron esa atrocidad innecesaria. Una salvajada que se hizo porque había una sed de venganza por el sitio que era y le tocó a mi hijo como le podía haber tocado a otro cualquiera. Y para limpiar esa mancha hay que pedir perdón, reconocerlo y que lo pague quien lo tenga que pagar», aseveró Manu Cababas.

Emotivo homenaje

Él y su mujer, Fina Liceranzu, estuvieron arropados por cientos de personas. Por ciudadanos anónimos y allegados, que ayer volvieron a rendir un homenaje al joven hincha del Athletic. «Porque nadie muere si no se le olvida. Y nosotras y nosotros ni vamos a olvidar nunca», subrayó Koldo Gutiérrez, amigo que intervino en nombre la plataforma Iñigo Gogoan.

«Y estamos aquí porque queremos mantener viva la memoria. Iñigo no se cayó por casualidad al suelo aquí. Lo tiraron, una pelota de goma acabó con su vida. Son muchas las personas responsables de aquel suceso. Y debemos recordar que, según la ley recien aprobada esta semana –en alusión a la reforma de la Ley de víctimas de la violencia del Estado aprobada en el Parlamento de Gasteiz–, Iñigo no está reconocido como víctima. Por eso estamos hoy aquí».

Por último, trasladó un mensaje de apoyo a los padres de Iñigo Cabacas. «No vamos a dejar a Fina y a Manu solos. Ni lo hicimos el 5 de abril del 2012, ni en los seis años que pasaron hasta el juicio, ni en todos los 5 de abril de nuestras vidas». «Aquí nos tendréis», concluyó.