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Iruñea ya cuenta con una avenida dedicada a Catalina de Foix

Otra mujer ha entrado en el callejero de Iruñea. En esta ocasión se trata de la reina navarra Catalina de Foix, a la que el Ayuntamiento del Cambio ha dedicado la avenida de la ciudad dedicada hasta esta mañana al Ejército español.

Un operario procede a colocar la placa con el nuevo nombre de la avenida, dedicada a Catalina de Foix. (Idoia ZABALETA/FOKU)

La operación de cambio de la placa de la importante avenida de Iruñea ha comenzado alrededor de las 11 de la mañana. Un camión con un brazo articulado se ha instalado delante de la placa, ubicada en el Edificio Singular, ya que se encuentra a una cierta altura. Para ello, ha sido necesario cortar uno de los tres carriles con los que cuenta la vía.

Uno de los operarios del Ayuntamiento ha sido elevado con el brazo articulado hasta el lugar en el que se encontraba la placa que durante más de cuarenta años ha dedicado la avenida al Ejército español.

Tras desatornillarla, con una gran expectación de medios, se ha procedido a retirar la placa para colocar la nueva, en la que aparece el nombre de Catalina de Foix.

Tras agrandar los agujeros con un taladro, se ha procedido a colocar la nueva, que ha quedado instalada alrededor de las 11.30 horas.

El cambio se ha llevado sin problemas y sin que nadie se haya congregado para mostrar su posible rechazo a la medida a pesar de la proximidad del Gobierno militar en Nafarroa.

La última reina de Nafarroa

De esta manera, el Ayuntamiento de Iruñea ha querido reconocer la figura de Catalina de Foix, última reina de Nafarroa y que ocupó el trono entre 1483 y 1517 con el nombre de Catalina I y continuar visibilizando a mujeres relevantes en el callejero para equilibrar el nomenclátor de la ciudad, que por ejemplo, ya cuenta con el nombre de su esposo Juan de Albret desde 1923.

Catalina de Foix (1468-1517) parece ser que nació en Bearne. Hija menor de Gastón de Foix, Príncipe de Viana, y de Magdalena de Francia, hermana de Luis XI. La prematura muerte de su hermano mayor Francisco Febus (1483) la convirtió en reina de Nafarroa, bajo la tutela de su madre. Su tío Juan de Foix, segundo en orden de sucesión, amparándose en la Ley Sálica, le disputó el trono entre 1483 a 1492, reanudándose la Guerra Civil de Nafarroa entre beaumonteses y agramonteses.

Al cumplir los 16 años se casó con Juan de Albret (1484), con quien gobernó y marcó su impronta en la vida iruindarra, fijando su residencia en la ciudad desde 1494, cuando fueron coronados en la Catedral.

Las negociaciones para casar a su primogénito Enrique, Príncipe de Viana, con una hija de Luis XII de Francia fue uno de los argumentos que esgrimió Fernando el Católico, en plena carrera por el control político y económico-militar de la tierra navarra, para ordenar la entrada del Duque de Alba en Iruñea el 25 de julio de 1512. La familia real abandonó la ciudad y buscó refugio en sus dominios franceses de Bearne.

El 23 de marzo de 1513, tras la ocupación militar del reino, las Cortes de Nafarroa, reunidas en Iruñea, proclamaron a Fernando el Católico ‘Rey de Navarra’.
Posteriormente, en 1515, en las Cortes de Burgos, sin presencia de ningún navarro, se incorporó Nafarroa a la Corona de Castilla.

Los reyes Juan y Catalina residieron en sus posesiones del Bearne, y desde allí intentaron recuperar en varias ocasiones el Reino de Nafaroa, sin conseguirlo.
Juan III de Albret moría el 17 de junio de 1516 y Catalina el 12 de febrero de 1517. Dispuso ser enterrada en la catedral de Lescar hasta que ella y su marido pudiesen ser trasladados a la catedral de Iruñea, hecho que aún no ha ocurrido.